Un monstruo de cabeza coronada, emergió de las profundidades del infierno al iniciar el año 2020. Ante ese monstruo devorador de vidas, los pueblos del mundo se han visto casi indefensos, mientras que los gobiernos y gobernantes de todo el orbe se han puesto a prueba. Cada quien podrá sacar sus propias conclusiones acerca de cuáles gobiernos y gobernantes han sabido hacer frente a la gravedad del problema, protegiendo con prontitud y eficacia a todos sus gobernados.
En mi modesta opinión, pienso que la mayoría de los personajes que se han pronunciado en torno a este problema mundial, lo han hecho más para el lucimiento personal que para tratar de aportar o buscar soluciones al mismo. Solamente daré un ejemplo para sustentar mi afirmación. Hace pocos días, navegando por internet, encontré un video oficial del gobernador del estado de Hidalgo, licenciado Omar Fayad Meneses, en el que daba cuenta de las acciones que su gobierno ha emprendido para hacer frente a la pandemia. En dicha video grabación, el señor gobernador hace gala de una bien estudiada técnica de oratoria y actuación, elementos que aunados a los recursos técnicos empleados, hacen del material gravado, un impactante recurso mediático que seguramente en más de un espectador, causará el efecto deseado de admiración y reconocimiento hacia la persona del gobernador. Se cuidaron todos los aspectos, incluso casi para rematar, en el clímax de la película, se deja claro que el señor Fayad, es un sobreviviente de la terrible enfermedad. Y anuncia varias medidas que tomará su gobierno para "seguir enfrentando" la enfermedad, entre las cuales, anunció la creación de un hospital especial para atender a enfermos de coronavirus en Huehuetla.
Ahora bien, yo vivo en Huehuetla y me desplazo por la región Otomí-Tepehua, en esta zona he preguntado a varios de los habitantes si en verdad creen que el gobernador estuvo enfermo de coronavirus, la mayoría no lo creen y los demás lo ponen en duda. Por mi parte, comparto la opinión de que la tal enfermedad padecida por el gobernador, es solamente un recurso mediático para ganar simpatías entre el público poco prevenido. Ahora bien, en cuanto al anuncio del hospital especial para atender a los enfermos del coronavirus, no dejó de sorprendernos, pero tras la sorpresa, vino la decepción. Comenzamos a informarnos, dónde sería instalado dicho hospital pero todo quedó en el misterio, hasta que una mañana clara se vio sobrevolar los pobres caseríos a un helicóptero, esparciéndose la noticia de la inauguración del anunciado hospital, se movilizaron algunas docenas de empleados del ayuntamiento, más la policía municipal y la guardia nacional. Una vez recobrada la calma, se pudieron apreciar unas vinilonas anunciando la existencia del recién nacido hospital, tales anuncios puestos al público fueron colocados sobre la construcción de lo que se conoce en Huehuetla como el Centro de Rehabilitación Integral, instalaciones de servicio público que funcionan desde hace varios años y que fueron construidas por gobiernos anteriores. O sea, el anuncio hecho con bombo y platillo de un "hospital especial", resultó un desafinado trompetazo. El señor gobernador, o algún representante suyo, se apareció unos minutos en el cielo de la Otomí-Tepehua para saludar con sombrero ajeno. Así las cosas. Huehuetla ya cuenta con un hospital de mentiras para atender enfermos que no existen.
Y afortunadamente, todavía no hay en esta región enfermos de coronavirus, pero las consecuencias de este mal se dejan sentir en el terreno de la economía familiar. Los precios de los productos de la llamada canasta básica han subido de manera escandalosa durante las últimas semanas. Y aquí una nota mala más para los tres niveles de gobierno, porque sí es una verdad inocultable que el pueblo de México y por lo tanto el de Hidalgo, están padeciendo hambre. El gobernador Omar Fayad, anunciando su "operativo escudo", afirma que se están llevando despensas a las familias, pero tales despensas no han llegado ni siquiera a la mitad de la población, además son insuficientes aun para las familias que ya las recibieron. A esto hay que agregar la presencia de los desempleados que se han visto obligados a regresar de los lugares donde estaban trabajando para sostener a sus respectivas familias. Por eso, cuando se le pide a la población que permanezca en sus casas, pero no se les garantiza su alimentación, es tanto como decirles que se encierren para que esperen a la muerte en sus domicilios.
Sostengo, que muchos de los personajes que hablan de la actual problemática sanitaria, lo hacen solamente para lucirse como actores vulgares. Y sostengo, que también existen los que en realidad sí están luchando contra la pandemia, sostengo que esos luchadores sociales, en su mayoría silenciosos, serán los que en realidad van a encontrar alternativas de solución a la problemática. Por si alguien lo duda, ahí están con su actitud heroica, todos los trabajadores del sector de la salud, ahí están los que horas tras horas trabajan en los laboratorios buscando un antídoto eficaz. Y entre otros, ahí están varios activistas del Movimiento Antorchista Nacional, quienes, como nuevos Quijotes, salen a las calles a socorrer a los menesterosos, a buscar y llevar ayuda a los necesitados, a apoyar a los débiles; activistas de Antorcha que llevan como escudo y protección su propio corazón. Y en primerísimo lugar, ahí están nuestros hermanos, los médicos que la Cuba socialista ha enviado al mundo, para combatir al leviatán de estos detestables siglos.
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