Ha transcurrido casi un año de que entregamos en la oficina del Sr. Gobernador del Estado, nuestro pliego petitorio de demandas, que es un apretado resumen de las necesidades más apremiantes de miles de nayaritas humildes que lo único que buscan es mejorar sus precarias condiciones de vida. Estamos hablando de servicios básicos como son agua potable, drenaje, electrificación, apertura de caminos, instalaciones educativas, paquetes de materiales para el mejoramiento de vivienda, insumos agrícolas y servicios de salud, que toda mente sana se puede dar cuenta, son indispensables para la vida humana. Pero a pesar de acudir en reiteradas ocasiones a palacio de gobierno, esperando encontrar sensibilidad y disposición a dar un poco de justicia social a los más menesterosos del estado, esto no ha sido así. Es por ello, que el próximo 31 de agosto, regresaremos a insistir que se nos escuche por el mandatario estatal ya que sus funcionarios se han mostrado insensibles e incapaces de dar soluciones a nuestras demandas.
Para nadie es desconocido que a pesar de que vivimos en un país inmensamente rico, pues estamos dentro de las 15 economías más prósperas del mundo, la inmensa mayoría de los mexicanos viven en condiciones de pobreza y de pobreza extrema y Nayarit no es la excepción, esto como consecuencia de un modelo económico que ha sido muy bueno para producir riqueza, pero muy malo para distribuirla y que por tanto, aunque el pueblo mexicano sea muy trabajador, lo que gana no le alcance más que para medio comer, sin poder contar con los recursos necesarios para que por cuenta propia haga frente a cuestiones como la atención de la salud, educación y vestido de su familia. Y si a eso le agregamos que el gasto social de los diferentes niveles de gobierno no se destina para atender las necesidades de infraestructura en las comunidades y sobre todo en las más humildes, entonces se cierra el círculo y ello explica que haya miles que viven en condiciones infrahumanas sin contar con lo elemental para tener una vida digna.
Y también todos lo sabemos, que ahí donde el pueblo no ejerce su derecho constitucional a la protesta y manifestación pública, ningún gobierno voltea hacia él y menos se interesa por resolver sus demandas más apremiantes. Habrá quienes critiquen las marchas y los mítines tratando de explicar la pobreza de la gente con el argumento de que están así, porque son haraganes y no tienen ni la inteligencia ni la capacidad para salir adelante, pero esto es falso y obedece a una visión completamente equivocada de la realidad que vive la inmensa mayoría de la población. Es el pueblo quien con su trabajo produce la riqueza nacional, pero son unos cuantos los que se la apropian y así mientras unos cuantos son los que amasan fortunas exorbitantes, millones son cada día más pobres. Para acabar con la pobreza es necesario que se cambie el modelo económico imperante en nuestro país, por uno más justo y más equitativo y mientras tanto, en las actuales condiciones, lo único que le queda al pueblo trabajador, es la organización y la lucha, para exigir que se le escuche y atiendan sus demandas. Y eso es, precisamente lo que viene haciendo el Movimiento Antorchista Nacional desde hace 44 años y gracias a ello son ya millones de mexicanos los que han logrado mejorar sus condiciones de vida.
Por tanto, sabedores que nos asiste la razón, no descansaremos hasta que se atiendan las demandas de esos miles de nayaritas, que al día de hoy no cuentan con lo mínimo necesario que les permita tener mejores niveles de vida. Desde aquí, un llamado respetuoso, pero a la vez enérgico, para que el Señor Gobernador del Estado, el C.P. Antonio Echevarría García, nos escuche e intervenga de manera decisiva a favor de esos miles de Coras y Huicholes que lo único que buscan es una vida mejor para sus familias.
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