El pasado 3 de agosto, los docentes del país recibieron la indicación de suspender toda actividad educativa.Los maestros debían estar a la espera del mensaje que el presidente Andrés Manuel López Obrador, junto con el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, darían para delinear la estrategia de regreso a clases en el contexto de la pandemia.
El mensaje llegó con una resolución fatal.El nuevo ciclo académico iniciará el 24 de agosto con las televisoras de por medio.Desde sus hogares, los estudiantes accederán a los contenidos escolares por televisión.Esta propuesta es la continuidad del famoso programa Aprende en Casa, cuyos resultados hasta ahora han sido pésimos.Primero, hasta la fecha, la UNESCO reportó que 2.5 millones de alumnos dejaron las aulas por efecto de la pandemia de la covid-19.Segundo, el rezago educativo se amplió en niveles alarmantes: la Unicef informó que 75 por ciento de los estudiantes no pudieron seguir su educación a través de los medios digitales pues no tenían acceso a estos.Tercero, la salud mental y física de los niños y jóvenes también se vio afectada.Además, la inactividad, el encierro y el estrés disminuyó significativamente su rendimiento.Cuarto, la desnutrición tocó nuevas puertas.Algunas escuelas contaban con el programa social de desayunadores y comedores, el cual permitía a muchos niños realizar por lo menos dos comidas diarias, en casa es poco probable que lo pudieran seguir haciendo.
La estrategia de conceder a las televisoras la transmisión de los cursos escolares se presentó con bombo y platillo.El presidente expresó con mucho orgullo que "somos (los mexicanos) pioneros (en aplicar este proyecto de educación televisiva), esto no se lleva a cabo en ningún país del mundo".Sin embargo, esta medida es una ruta de escape a la responsabilidad que tiene el gobierno de tomar medidas extraordinarias para frenar de lleno la pandemia y sus efectos.El que esta solución no haya sido contemplada en ningún otro lugar del mundo, debería ser, más que motivo de orgullo, de preocupación.Mientras tanto, los beneficios de este convenio se han concentrado en las mismas televisoras.El programa les concedió jugosas ganancias económicas, pues a la Secretaría de Educación Pública (SEP) le costó 450 millones de pesos.
Este plan educativo deja de lado los principios básicos de la Pedagogía.No es incluyente, ni equitativo, y no considera a los grupos más vulnerables.Casi un tercio de los alumnos matriculados no tienen acceso a ningún medio de comunicación.Por otra parte, en la primera etapa del Aprende en Casa 1, no se aplicó ninguna medición evaluativa que permitiera saber qué tanto aprendieron los alumnos durante ese periodo de confinamiento, y con base en ello diseñar los materiales de la siguiente etapa.Ahora, con Aprende en Casa 2 se pretenden suplir las funciones del docente en el aula.El niño prácticamente se encontrará en un espacio físico solo con libros, libretas y con dudas que no le podrá resolver el televisor.La ausencia de contacto visual elimina la posibilidad de diálogo para retroalimentar el proceso de aprendizaje mediante la solución de dudas, impide supervisar la atención de los estudiantes, dificulta inculcar la disciplina necesaria para afrontar con mayor éxito los retos académicos y de otro tipo, y retrasa, o lo hace de una manera muy deficiente, la formación de los valores que el futuro adulto requiere para convivir de forma adecuada en sociedad.
Estas tareas recaerá ahora en los padres y madres de familia.Sin embargo, en muchos casos, ellos tampoco están capacitados para hacerlo, además de que no cuentan con el tiempo suficiente para ocuparse de ello.Los padres no pueden renunciar a sus trabajos, por lo que tendrán que decidir entre llevarse consigo al niño a su centro laboral, o dejarlo solo frente al televisor, a menos de tener la opción de dejarlos encargados con algún familiar o conocido.Se podría pensar que en algunos casos los abuelos podrían cumplir esta función, pero muchos de ellos, lamentablemente, son analfabetas.Los cuestionamientos a esta estrategia también se extienden a los contenidos de los materiales.Los maestros con vocación y con conocimiento en Pedagogía no fueron convocados a construir, armar y diseñar los contenidos de enseñanza que se transmitirán, sino que se contrató vía outsoursing a una empresa para que elabore los materiales audiovisuales.
En suma, la propuesta sigue siendo inadecuada, aunque se le intente atenuar calificándola de solución emergente.Nuevamente las autoridades civiles y educativas se equivocan.La mejor forma de afrontar el problema educativo es, primero, poner fin a la crisis sanitaria.El gobierno, para eludir esta tarea pretende distraernos con planes aparenatemente "innovadores", poco pensados y de eficacia sospechosa.Las televisoras no pueden sustituir las clases presenciales.Esta alternativa significa un retroceso mayor al ya de por sí deficiente sistema educativo mexicano.Previo a la pandemia, la ONU afirmó que existían 250 millones de niños en rezago educativo; en el contexto actual se sumaron 5,950 niños más.Organizaciones internacionales, como la UNESCO, han hecho hincapié en que la educación debe ser una prioridad, debido a las consecuencias que su desatención puede acarrear en el futuro próximo.Es responsabilidad de todos los que estamos ligados a la enseñanza denunciar la falta de compromiso del gobierno federal y exigir que se tome en serio las demandas de la población.
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