De oficio carpintero, el dirigente social antorchista en Chetumal habla durante la XXI Espartaqueada Cultural en Tecomatlán sobre su paso de la poesía oral al trabajo propio
Manuel Tabla Díaz es un antorchista de 65 años originario de Guanajuato que desde hace doce años radica en la ciudad de Chetumal. Carpintero de oficio, conoció el Movimiento Antorchista durante una asamblea de solicitantes de terrenos, lo que lo llevó a convertirse en líder fundador de la colonia “La Esperanza Antorchista” en Chetumal. Además de su compromiso social, don Manuel es un apasionado de la lectura, la buena música y la poesía.
En entrevista, afirma que nunca es tarde para hacer arte y cultura y comparte su experiencia en la reciente XXI Espartaqueada Cultural Nacional.
Don Manuel, lo hemos visto declamar en varios eventos culturales. ¿En Antorcha desarrolló sus cualidades como poeta?
Sí, por supuesto. Aquí en la organización aprendí cómo se debe declamar. Aunque conocí la poesía desde niño —declamé dos poesías en la primaria—, tenía libros que contenían la obra de distintos poetas. En mi casa, como en miles más, cada fin de año escuchábamos el disco de don Manuel Bernal declamando El brindis del bohemio u otra docena de poesías.
Usted es el autor de Juan Valente. ¿Qué mensaje transmite su poema a la ciudadanía?
Es una historia basada en la vida y enfermedad de mi esposa, que por desgracia acaba de fallecer en enero de este año. En ella narro la pobreza que vivió en su niñez, así como la necesidad de depender de la cosecha para poder subsistir. También hablo de cómo padece una enfermedad y, por falta de recursos, está casi postrada en una cama.
Finalmente, el esposo, Juan Valente, decide emigrar a Estados Unidos en busca de una oportunidad para mejorar su situación, pero el sueño no se cumple, pues nunca regresó ni se volvió a saber nada de él. ¿A quién culpamos? ¿Al gobierno, a la pobreza, a la ignorancia o a todos ellos juntos?
En la reciente Espartaqueada, el jurado le ofreció la presea áurea y una mención honorífica. ¿Cómo se siente?
Primero que nada, me siento muy honrado de que el jurado me haya calificado con la presea áurea y me haya otorgado una mención honorífica. Las recibo con mucho gusto a nombre de los que no tienen voz y solo son carne de cañón para los poderosos.
El reconocimiento es de ellos y para ellos. Yo lo único que hice fue denunciar una dolorosa realidad que afecta no solo a nuestro lastimado México, sino que es una constante en todos los países latinoamericanos, así como en otros continentes, como lo es África.
¿Cómo calificaría la reciente Espartaqueada Cultural y las instalaciones con las que cuenta Tecomatlán?
Tecomatlán no deja de crecer. Se ha convertido en un centro de reunión de gente pensante, crítica y propositiva, que desde sus habilidades y fortalezas se ha dado a la tarea de cambiar la mentalidad del mexicano común (léase el pueblo) para convertirlo en un hombre culto, creativo, digno y profundamente conocedor de sus orígenes.
Además, es un practicante activo de las bellas artes, lo que habrá de convertirlo en un hombre sensible y humanista.
Sin duda alguna, las pasadas Espartaqueadas Culturales han sido todo un éxito. Cada vez sube más el nivel de los participantes, llegando casi a la perfección. Maestros, personal operativo y de logística se esfuerzan por cumplir la meta de ser mejores año con año. Y si le agregamos a las instalaciones ya existentes el nuevo teatro “Aquiles Córdova Morán”, podemos decir que estamos a un nivel inmejorable.
¿Qué le comentaría a los artistas y a la juventud sobre la cultura que promueve la organización?
A los nuevos artistas les digo que solo la perseverancia y la preparación constante los llevará a conseguir logros destinados para unos pocos. Que el estudio es diario, que es una disciplina que exige constancia, tenacidad y esfuerzo, pero que el resultado lo vale.
¿Algo más que quiera agregar?
Sólo decir que nuestras Espartaqueadas Culturales tienen un nivel que, a nivel nacional, solo igualan el Festival Cervantino y la Guelaguetza.
Por ello, debemos sentirnos profundamente orgullosos y contentos de que nos volveremos a reunir en dos años y volveremos a hacer de Tecomatlán una Atenas en la Mixteca poblana. Gracias.
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