MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

De nosotros depende

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El pasado 4 de agosto se publicó en el diario La Jornada una entrevista que el sociólogo Boaventura de Sousa Santos le concedió al periodista Miguel ángel Velázquez. En ella, el sociólogo portugués –uno de los pensadores de izquierda con más renombre en la actualidad latinoamericana- habló acerca de la importancia del gobierno de Andrés Manuel, y del papel que frente a él le corresponde a la izquierda mexicana. "Si el proyecto de López Obrador fracasa, realmente estaremos en la oscuridad total, sin proyecto político, ¿qué nos queda en el continente?", dijo. Ante esta posibilidad, "las izquierdas deberían ser más cuidadosas [...] pero han tenido una posición totalmente brutal, han entrado en cierta lógica de izquierda radical, y los atacan como si fueran de derecha, pero es un error total a mi juicio", abundó De Sousa.

Con estas declaraciones, Boaventura se suma al coro de figuras de la izquierda latinoamericana que interpretan al gobierno morenista como un intento serio por construir en México una sociedad más equitativa y cercana al socialismo. Ven a Andrés Manuel como un líder cuasi socialista que encabeza una revolución democrática; oponerse a él significa oponerse al cambio, convertirse automáticamente en un agente conservador que lucha contra la posibilidad de hacer de México un país más cercano al socialismo. Esto, a pesar de que el propio Andrés Manuel ha manifestado abiertamente su desprecio por el marxismo. Raúl Castro, Nicolás Maduro y Evo Morales, son algunas de estas voces. Desde sus posiciones, pontifican sobre la administración obradorista. Sin embargo, si bien los logros de estos hombres les han ganado sus incuestionables títulos de revolucionarios, en su análisis sobre la coyuntura mexicana, yerran. En realidad, Andrés Manuel y su partido no saben a dónde van.

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Con su característica irreverencia, el 29 de julio Paco Ignacio Taibo II lanzó duras críticas al partido en el poder: "Morena se ha convertido cada vez más en un partido blandengue, burocrático, electoralista; perdió su esencia social. Se volvió un partido buscachambas", dijo. Las declaraciones causaron revuelo. Motivado por las críticas de Taibo II, el morenista Bernardo Bátiz Vázquez -propuesto por AMLO para dirigir la Fiscalía General de la República-, escribió un artículo que apareció en La Jornada el 5 de agosto. "Estamos en horas de definición y reconstrucción del partido; fuimos un partido que se enfrentó al poder; estuvimos en una lucha continua cuesta arriba por mucho tiempo", comienza el jurista, para luego plantear la pregunta central: "¿Cuál es hoy la nueva misión de este partido triunfador? Una respuesta muy importante es reconstruir su propia estructura", dice. Pero la segunda respuesta es la que verdaderamente interesa. "El otro gran pendiente es precisar sus principios doctrinarios y ponerlos en dos documentos, una declaración de principios y un programa de acción política; ciertamente estamos de acuerdo en no mentir, no robar y no traicionar, en combatir la corrupción y en equilibrar los ingresos [...] pero la definición debe ser más clara. En materia económica, ¿qué proponemos?, ¿libre mercado?, ¿justicia social?, ¿participación de los trabajadores en la propiedad y en la dirección de las empresas? o ¿una sociedad sin clases y la abolición de la propiedad privada?". Hasta aquí Bernardo Bátiz.

En pocas palabras, el abogado morenista reconoce que su partido no sabe qué hacer con el país ahora que ha pasado de ser oposición a ser gobierno. Pero esto, que ahora es verbalizado por Bátiz Vázquez en su artículo, era ya algo evidente para cualquiera que observe con detenimiento las medidas que se han tomado desde la silla presidencial en los ocho meses de la autonombrada Cuarta Transformación. Intentando articular todas las acciones con el discurso del combate a la corrupción, Andrés Manuel toma decisiones tan poco coherentes entre sí que es necesario que los intelectuales de la 4T salgan en su defensa todos los días. En la televisión, los periódicos, los medios digitales y las redes sociales, los defensores letrados del lopezobradorismo buscan darle sentido a medidas tan poco justificables como la Ley Garrote o la ampliación del periodo de gobierno en Baja California, por citar las más recientes. La realidad es que ni el presidente ni su partido saben qué hacer con el poder; durante dos décadas buscaron gobernar, y ahora que han alcanzado su meta, no saben hacia dónde llevar al país, ni cómo hacerlo. He ahí la causa de la incompetencia de que hacen gala.

Aprovechando lo errático de la administración actual, el polo opuesto busca aprovechar la frágil situación para lanzar su zarpazo. El 4 de agosto la revista Proceso publicó un reportaje titulado "La derecha empresarial alista su proyecto de nación", firmado por álvaro Delgado. El reportero afirma que la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) está llevando a cabo un plan denominado "Alternativa por México". Se trata de una iniciativa política que capacitará y formará líderes que se conviertan en "agentes ciudadanos de cambio", mismos que en las elecciones de 2021 podrán contender planteando la oferta política de esa iniciativa empresarial. El Instituto Tecnológico de Monterrey, será el encargado de dotar a los líderes seleccionados de las cualidades necesarias para cumplir su tarea; mientras que Celina Fernández -quien trabaja para la USAID- supervisará el correcto funcionamiento del proceso de preparación. La cara más visible de este proyecto es Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Coparmex, quien no descarta lanzarse como candidato a Presidente de la República. Es claro que la burguesía inconforme ya está ejecutando un plan respaldado por los Estados Unidos para entronizarse en la Presidencia de la República en el corto plazo.

Nadie debe dudar, hasta los propios morenistas lo declaran así, que la Cuarta Transformación no sabe a dónde va; Andrés Manuel tiene el poder, pero no sabe qué hacer con él. Esta realidad no debe ser solapada, y menos todavía apoyada, por la izquierda mexicana. Al contrario de lo que plantean las voces autorizadas de la izquierda latinoamericana, es necesario criticar con argumentos sólidos al gobierno morenista, ya que solo así el pueblo mexicano comprenderá lo erróneo de la política obradorista. No criticar con crudeza los defectos del gobierno actual equivale a cruzarse de brazos, para ver con ojos cómplices cómo la incompetencia de la 4T alimenta el huevo de la serpiente de la derecha empresarial, opción que encuentra en el gobierno de Andrés Manuel el clima perfecto par desarrollarse. Los antorchistas somos conscientes del peligro en el que se encuentra México y, por lo tanto, actuamos en consecuencia. De nosotros y del pueblo mexicano depende no entregar el país a las garras del imperialismo estadounidense y sus aliados locales. ¡Adelante, antorchistas!

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