Este mes de noviembre el antorchismo nacional recuerda los 108 años de la Revolución Mexicana, cuyos inicios registra la historia el 18 de noviembre en Puebla con el levantamiento de los Hermanos Serdán, que no sé enteraron de que se había pospuesto la fecha de inicio para el día 20 de noviembre de 1910.
Pero Antorcha recuerda o celebra la fecha de manera sui géneris, es decir, lo hace preparando a quienes deben continuar con el rol de la historia: ¡El pueblo pobre de México! El cual debe educarse políticamente y organizarse, primero, para comprender la etapa histórica que le tocó vivir; segundo, para atender la necesidad de estar a la altura en las nuevas tareas que le depara la Patria, es decir, como dijo el cubano "José Martí": "Ser hombre de su tiempo".
Y esto lo va logrando con un trabajo incansable: este viernes 16, sábado 17 y domingo 18 de noviembre, la Comisión Cultural Nacional del Movimiento Antorchista realizó el XIX Encuentro Nacional de Teatro y el XIV de Pintura, en San Luis Potosí. Cerca del medio centenar de compañías teatrales se presentaron con sus puestas en escena para unos teatros abarrotados durante los tres días del evento, cientos de actores se presentaron día tras día, se transformaron y transformaron al espectador que los siguió detalle a detalle.
El teatro enseña la vida del pueblo y sus grandes momentos históricos y por ende el actuar de los diferentes grupos y capas sociales, las diferentes "clases sociales". Vimos por ejemplo la puesta en escena del "Jardín de los cerezos" del escritor ruso Antón Chéjov, la cual nos muestra con una gran profundidad, con una gran maestría del escritor y una gran representación de los actores, la decadencia de los señores feudales, de la aristocracia rusa de fines del siglo XIX, de la nobleza Rusa en los tiempos del Zar, vemos la decadencia de una clase social, que al terminar su periodo, se desploma y que será sustituida inevitablemente por otra clase social.
Vimos también del gran dramaturgo inglés William Shakespeare, "El Mercader de Venecia", una gran enseñanza sobre la miseria del ser humano, sobre la usura, sobre el racismo, y, sobre todo, el mensaje principal muy bien logrado por los actores: ¡para terminar con la injusticia, lo que se debe hacer es luchar por cambiar la sociedad! Vimos "Cyrano de Bergerac" de Edmond Rostand que nos muestra la importancia de la lectura, del conocimiento, de la educación, de la poesía, de lo que es el ser humano.
Vimos "Casa de muñecas" de Henrik Ibsen, una defensa de la importancia del papel de la mujer, una obra adelantada para su tiempo; la rebeldía ante un sistema opresivo que ve a la mujer como objeto y no como un ser humano; vimos "Las Meninas" de Ernesto Anaya; vimos "La muerte de un viajante" de Arthur Miller, obra estremecedora que nos muestra la cruda realidad del capitalismo en las familias atrapadas por los cantos de sirena del capital, de la cual debemos sacar la enseñanza de que sólo con él cambio del sistema opresivo que es el capitalismo, el hombre podrá ser un verdadero ser humano. Entre otras que se presentaron en el teatro de "La Paz" que correspondieron a la categoría semiprofesional.
En el Teatro del Instituto Potosino de Bellas Artes en San Luis Potosí, se presentaron también un sinnúmero de obras de la categoría amateur. "Tierra baja" de ángel Guimerá, nos muestra como el pueblo se hace justicia por propia mano cuando no se le ha dejado otra alternativa. "Los Justos" de Albert Camus, nos confronta con la idea de si el camino para lograr una vida mejor para el pueblo, pasa por el terrorismo. Haciendo alusión a la muerte del Zar, el Gran Duque Sergio Aleksándrovich Románov en la Rusia Zarista de 1905. Y una gran cantidad de obras, autores y dramaturgos, que hicieron de este decimonoveno encuentro de teatro un verdadero banquete cultural para todos quienes pudieron presenciar las puestas en escena. Entre quienes pudieron estar se encontraban campesinos, colonos y jóvenes estudiantes; una gran cantidad durante tres días. Tanto en la inauguración como en la clausura, se pudo escuchar las intervenciones del Ing. Aquiles Córdova Morán, líder nacional del Movimiento Antorchista.
Antorcha impulsa el teatro porque: "enseña verdades profundas de la realidad social" que hacen pensar a la gente, a los antorchistas, al pueblo pobre, y necesitamos que el pueblo pobre aprenda a pensar para que se explique lo que está pasando en su entorno, en la actualidad el capitalismo hace un uso disfrazado del lenguaje, cambiando el significado de las palabras: a la intervención extranjera en un país le llama: "revolución de colores", "primavera árabe", a la lucha organizada basada en las garantías constitucionales y a quienes la dirigen o encabezan les llama "chantajistas", "populistas", "intermediarismo", etc. vivimos engañados, manipulados, nos hacen creer en verdades absolutas, lo que está ocasionando que el pueblo vaya perdiendo su capacidad de pensar, nos hacen pensar que venimos a esta vida a sufrir para que mejoremos después, y la única manera de que esto no suceda es que el pueblo se eduque, critique, conozca y convierta esta arma del conocimiento en una herramienta que le sirva para transformar su realidad, para mejorarla.
Para cumplir, para avanzar en esta tarea de educarse, el teatro juega un gran papel, pues es un instrumento muy eficaz para lograr este propósito. Por eso hay que continuar con la tarea y hacer que el teatro vuelva a vivir entre nosotros. Nos permitirá discernir que el único remedio a los males que nos aquejan todos los días, no es más, que el cambio del Modelo Económico, pero para lograr ese cambio debemos de contar con una fuerza muy grande, superior, por dar un ejemplo: 10 millones de mexicanos organizados y disciplinados, educados y concientizados.
Esto es muy importante que lo comprendamos, para hacerlo una realidad, tenemos dos aliados: El pueblo pobre que debe organizarse, educarse y politizarse, así como el desarrollo histórico sujeto a leyes, es decir, la rueda de la historia, que ha llevado a nuestro país al neoliberalismo, haciendo a un lado a la Revolución y sus promesas para con el pueblo trabajador. Pero el pueblo anhela la justicia, la paz, el progreso y su bienestar y no parará hasta conseguirlo. ¡Adelante!
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