Los estados de Puebla y Oaxaca se posicionaron en el cuarto lugar nacional entre las entidades con los salarios más bajos de los trabajadores: el ingreso promedio mensual es de 8 mil 504 pesos. Ya estábamos mal. Eso es muy cierto. Pero el panorama económico y político del estado no nos dice que vayamos a mejorar, sino a empeorar. Más pobreza, más hambre y más miseria en la sierra, la mixteca y la capital.
Si queremos saber para qué alcanzan los 8 mil 504 pesos que gana en promedio al mes un poblano, es necesario dividir esa cantidad entre 30 días.
Los estados con peores salarios son: Chiapas, con un salario promedio mensual de 7 mil 59 pesos; Tlaxcala, con 8 mil 347 pesos; Morelos, con 8 mil 377 pesos. Para sorpresa nuestra, nos supera Guerrero (antes teníamos “más” dinero nosotros): 8 mil 747 pesos. Los estados con los salarios más altos (aunque tampoco pueden festejar porque también es una miseria) son: Chihuahua, con 12 mil 747 pesos; Nuevo León, con 14 mil 191 pesos; Baja California, con 14 mil 771 pesos; Baja California Sur, con 15 mil 825 pesos, y la Ciudad de México, con 16 mil 187 pesos. Tomando en cuenta estos datos, los salarios en Puebla son 50 % peores que en la CDMX.
Si queremos saber para qué alcanzan los 8 mil 504 pesos que gana en promedio al mes un poblano, es necesario dividir esa cantidad entre 30 días. Eso nos da un total de 283.4 pesos para gastar todos los días, lo que implica poder gastar ¡cuatro pesos más que el salario mínimo en el país! ¡Cuatro pesos! ¡Qué desgracia! ¿Y qué se compra con 283 pesos? Pues casi nada: medio se come, medio se viste y medio se vive.
Estos datos los publicó hace unos días el Índice de Competitividad Estatal 2025, mismo estudio que afirma que, en Puebla, el 69 % de la población trabaja en condiciones de informalidad laboral, sin acceso a la seguridad social, prestaciones ni contrato.
Además, el 29 % de los trabajadores en Puebla labora más de 48 horas a la semana. Es decir, somos “informales” y, eso sí, muy trabajadores. Si lo miramos de otra forma, nos daremos cuenta de que los empresarios del estado no nos contratan, por eso hay tanta informalidad, y cuando lo hacen nos pagan una miseria que apenas alcanza para medio alimentar a la familia; además, nos obligan a trabajar más de las ocho horas que ordena la Constitución.
En efecto, la OCDE sostiene que los hombres de México trabajan en promedio diez horas al día y las mujeres doce horas en promedio al día. Son las más trabajadoras del mundo.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo afirmó en mayo de 2025 que el 42 % de los trabajadores poblanos (un millón 265 mil 960 personas) ganan un salario mínimo: 279 pesos diarios. La misma encuesta dice que, en el primer trimestre de 2025, la informalidad laboral y las condiciones críticas de ocupación incrementaron en el estado de Puebla.
En el estado hay 3 millones 14 mil 438 personas con algún empleo, pero el 72 % (varía según la forma de medir, pero el resultado sigue siendo muy alto) de esta población se encuentra en la informalidad, es decir, cerca de 2 millones 169 mil 397 personas.
“El porcentaje de población en situación de pobreza en Puebla creció 4.4 %, reveló el informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022 del Coneval. De 2018 al 2020, el porcentaje de 58 % pasó al 62.4 % de la población en esta condición de pobreza en territorio poblano”, sostiene una nota de El Universal de febrero de 2023.
“La brecha de desigualdad en Puebla entre los que menos tienen y los que viven en la opulencia es abismal. (…) El 10 % de los hogares más pobres del estado tiene ingresos mensuales de 3 mil pesos. (Mientras que los más ricos, o sea) el decil X, reportó ingresos cada mes de 39 mil pesos mensuales, lo que representa un total de 117 mil trimestrales”. (Central, agosto de 2019).
Y la cosa no ha mejorado; empeora cada día. La ENIGH 2022 afirma que “las actividades a las que más le destinan tiempo los poblanos son las siguientes: trabajar, estudiar, cuidar sin pago extra niños, así como ancianos, actividades que le gustan, quehacer del hogar, acarrear agua o leña, realizar trabajo comunitario y dar mantenimiento al hogar.
Del total de entrevistados en la entidad, 889 mil 76 poblanos dieron a conocer que no tienen un sueldo asignado y 13 mil 205 respondieron que sí, es decir, que hay más personas en la informalidad que con trabajo formal”.
Pero no es todo. En Puebla 1.7 millones de personas padecen de pobreza alimentaria, según una investigación de La Jornada de Oriente (mayo de 2023). Y agrega: “Se trata de 30.4 % de la población, que equivale a 1.7 millones de personas que tienen dificultades económicas para acceder a la canasta básica y, en casos extremos, no cuentan con recursos para alimentarse”.
¿Y los ricos? Ellos están plenamente apoyados por el segundo piso de la 4T: siguen explotando a los poblanos en el trabajo y, por lo tanto, enriqueciéndose sin medida con el apoyo de un gobierno que los apoya, les crea leyes para protegerlos y les ofrece todas las ventajas para que “vengan a invertir en el estado”.
El gobierno de Morena es un empleado del empresariado poblano. Por eso los apoya para abrir empresas y darles facilidades para explotar a los poblanos. En abril de 2023, el ahora gobernador afirmó: “yo me la juego con los empresarios”. Muy bien. ¿Y con el pueblo trabajador, también? Los datos del propio gobierno nos dicen que no.
Urge un cambio. No podemos ser un estado cuyo salario promedio mensual sea sólo superior en cuatro pesos al salario mínimo. Y ese cambio no llegará bajo los gobiernos de la 4T. ¿Cómo, entonces?
Ese cambio llegará cuando los obreros, campesinos y estudiantes progresistas se organicen, se politicen y luchen por el poder político del país, bajo un partido de nuevo tipo que pelee con ellos en las calles y que les responda sólo a ellos con sus acciones.
El Movimiento Antorchista a eso llama a los trabajadores del país. No hay de otra: urge un cambio verdadero, pero ese cambio sólo llegará con la lucha del propio pueblo.
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