MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

CRÓNICA | Jornada de Declamación en IESIZ San Pedro

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La cancha del Instituto de Estudios Superiores Ignacio Zaragoza (IESIZ) se convirtió, este sábado 25 de octubre, en un escenario donde las emociones encontraron voz y la poesía se hizo carne. En el marco de la III Jornada Nacional de Declamación, organizada por la Comisión Cultural del Movimiento Antorchista, los versos dejaron de ser letras sobre el papel para transformarse en respiración, mirada y gesto.

Desde el primer momento, el aire tibio del lugar se impregnó de sentimiento. Los declamadores no recitaban, vivían el poema. Cada movimiento era una extensión del verso: las manos trazaban el dolor, las voces se quebraban con la desesperación de quien exige justicia, y los rostros se iluminaban al evocar el amor o el anhelo de ser correspondido.

El ambiente mutaba con cada intervención; hasta el viento parecía acompasarse con el ritmo de los poemas.

Hubo instantes en los que la realidad y la imaginación se confundieron. El público, absorto, siguió el hilo de las historias como si se tratara de una sola respiración colectiva. Cuando un poema hablaba de muerte, el aire mismo parecía impregnarse de su sombra.

Uno de los momentos más conmovedores fue la declamación de un poema que narraba la tragedia de un niño fallecido por la falta de servicios médicos en su comunidad, una denuncia viva contra la injusticia social. Otro evocó el amor imposible de Manuel Acuña, con un tono tan humano y desgarrador que arrancó suspiros entre los presentes. También hubo lugar para la esperanza, con un poema que celebraba la solidaridad humana, recordando que, aun sin conocernos, la empatía nos hermana y nos hace más humanos.

Al término de las participaciones, los aplausos llenaron el patio del IESIZ. Los asistentes reconocieron con entusiasmo el esfuerzo y la sensibilidad de cada declamador. Luego, en un gesto sencillo pero profundamente simbólico, se compartió una ensalada comunitaria, signo de convivencia y unión.

Antes de ello, Jaime Carrizales, responsable estudiantil de San Pedro e integrante del Comité Estatal del Movimiento Antorchista en Coahuila, dirigió unas palabras que quedaron resonando entre los asistentes:

“Todos deberíamos aprender poesía, pues al ser una construcción social, todos podemos practicarla. La poesía cambia la forma de entender la realidad, transforma nuestro léxico y también la manera en que tratamos a los demás.”

Sus palabras fueron el cierre perfecto para una jornada donde la poesía se hizo vida. Porque, en el patio del IESIZ, entre versos y voces, comprendimos que declamar es también un acto de amor, de protesta y de esperanza.

A su vez, Teresa Díaz Peñaloza, responsable cultural del Movimiento Antorchista, tomó la palabra para subrayar el valor del arte y la formación humana:

“Antorcha nos ha enseñado que la cultura y el arte son capaces de formar hombres y mujeres con voluntad de hierro, dispuestos a entregarse en cuerpo y alma a las grandes causas del ser humano. La poesía, al ser el conocimiento profundo del lenguaje, logra despertar los sentimientos más hondos, los pensamientos más elevados y sublimes, capaces de llevar al hombre a entregar su vida por sus ideales y por sus semejantes.”

Finalmente, Díaz Peñaloza enfatizó que el Movimiento Antorchista, desde su origen, ha promovido la cultura y el arte como herramientas de educación, concientización, politización y formación del pueblo mexicano, impulsando desde los rincones más apartados del país la lucha por una patria más justa y equitativa.

Y así, mientras el eco de los aplausos se perdía en el aire cálido de la tarde, quedó la certeza de que la poesía sigue viva: como voz del pueblo, como arma de conciencia, y como abrazo que nos une en la búsqueda de un mundo mejor.

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