El Movimiento Antorchista Nacional concluyó con éxito la XXI edición de la Espartaqueada Nacional Cultural que cada año organiza en Tecomatlán, Puebla, para que miles de niños, jóvenes y adultos disfruten de obras de arte dramático, música, danza, poesía y oratoria en el Teatro Aquiles Córdova Morán y el Auditorio Clara Córdova Morán.
A lo largo de una semana, grupos de arte de todos los estados del país cantaron, bailaron, actuaron, declamaron y brindaron grandes sorpresas a los espectadores con nuevas propuestas creativas, como fue el caso de la puesta en escena de una danza escrita por Antonio Velazco Piña en la que se cuenta la historia de Tlacaélel y el inicio de la etapa de esplendor del pueblo mexica.
En esta obra, presentada por el Centro Universitario Tlacaélel, se relata la muerte de Chimalpopoca y cómo se unge a Tlacaélel como el “Azteca entre los Aztecas” y mediante la famosa Triple Alianza entre los pueblos oriundos de Aztlán combaten y derrotan a los azcapotzalcas y al tirano Maztla.
El grupo artístico del Estado de México interpretó también bailes de Polinesia, pueblo formado por los habitantes de las más de mil islas del gran archipiélago del océano Pacífico, el cual no fue jugoso botín ni objeto del manoseo cultural de los conquistadores europeos gracias a su lejanía y dispersión.
Por esta razón, los bailes polinesios conservan sus coreografías milenarias en las que hay pasos y actitudes gestuales que proceden de cuando sus habitantes se hallaban en el periodo histórico del comunismo primitivo. Una de las danzas representa la pelea entre dos tribus que se disputan a la hija del jefe de la fratria.
Cuando una de las tribus vence a la otra, ésta se suma al homenaje de la triunfadora para dar un mensaje de la unidad comunitaria: un mensaje en el que se proyecta la aguerrida identidad cultural de un pueblo unido y fuerte.
En los escenarios de la XXI Espartaqueada Nacional Cultural vimos a niños, a jóvenes y adultos mayores desplegando toda su energía al declamar, cantar, danzar, bailar, actuar y pronunciar discursos elocuentes para obtener un premio o reconocimiento en los concursos.
En la ceremonia de clausura, el ingeniero Aquiles Córdova Morán dijo que las Espartaqueadas tienen como objetivo combatir la cultura deformadora que proviene del extranjero; exhibir las cualidades creativas del pueblo mexicano y dar una muestra de que en México es posible hacer mejores cosas, a diferencia de la apología de la violencia como la que recientemente se vio en la Feria del Caballo de Texcoco.
En México, enfatizó el ingeniero Córdova Morán, es posible construir una sociedad competitiva, pero pacífica; entregada, pero serena; aculturada, pero segura de sus raíces. La alternativa que tiene el pueblo de México es Antorcha y sus exitosas Espartaqueadas Culturales una muestra de que es posible un México mejor.
Las múltiples expresiones de arte de los triunfadores de la XXI Espartaqueada serán divulgadas en todo el país, porque harán una gira nacional y porque el EstudiOne de la Escuela de Bellas Artes de Texcoco reproducirá las grabaciones de las declamaciones y cantos ganadores.
El gran esfuerzo que los comités estatales del Movimiento Antorchista hicieron al enviar a sus concursantes; al recién inaugurado Teatro Aquiles Córdova Morán y la hospitalidad y seguridad que les brindó el pueblo de Tecomatlán demostraron una vez más que las Espartaqueadas Culturales son un ejemplo para todos los pueblos de México.
Además, son eventos que se organizan sin apoyo gubernamental y cuentan con el reconocimiento y admiración de grupos artísticos profesionales que no están afiliados a Antorcha.
Mientras la Presidencia de la República promueve los “corridos tumbados”, Antorcha promueve el rescate de los valores más altos y las tradiciones más hondas del pueblo mexicano. Muchos autores de música popular y clásica como Agustín Lara, Gonzalo Curiel, Guty Cárdenas, Ricardo Palmerín, Rubén Fuentes, José Alfredo Jiménez, María Grever, Manuel M. Ponce, Rachmaninov, Chopin, Liszt se hicieron presentes en los escenarios de Tecomatlán.
Danzas del norte, del centro y sur del país fueron representadas con calidad respetable y también desfilaron bailes de todas las regiones del país: norteños, yucatecos, jaliscienses, michoacanos, chiapanecos, veracruzanos, poblanos, tamaulipecos, hidalguenses, hidrocálidos, colimenses, nayaritas, tabasqueños, campechanos, etcétera.
Felicitamos a todos los concursantes, incluidos quienes expusieron cualquier cosa, porque ya con eso ganaron, pues superaron su timidez, su egoísmo y una vez en liza experimentaron la satisfacción de competir en un ambiente de fraternidad en el que el triunfo y la derrota son aceptados con magnanimidad.
Invito al pueblo de México a que conozca al Movimiento Antorchista, que lo estudie y que lo juzgue sin prejuicios a partir de sus hechos y no de los dichos; con ello podrá comprobar que Antorcha es una propuesta de solución a los problemas de México, porque sólo el pueblo organizado y educado puede tomar en sus manos el proceso de cambio que reclaman las mayorías.
La Espartaqueada Cultural, así como la Deportiva, formarán parte de una política distinta cuando Antorcha gobierne esta patria, es decir, cuando el pueblo gobierne y pueda tomar en sus manos el proceso político y social. ¡Que vivan las Espartaqueadas Culturales del Movimiento Antorchista Nacional!
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