En reiteradas ocasiones hemos denunciado que en Yucatán hay un problema eminente: el agua. A pesar de contar con una gran reserva subterránea, su disponibilidad disminuye año con año, enfrentando desafíos como la contaminación o, en su caso, la pérdida de agua por fugas.
Las entidades que enfrentan año con año la escasez de agua son aquellas donde hay presencia de cerveceras, como Nuevo León, Baja California, Sonora, Jalisco, Estado de México, Veracruz y Chihuahua.
De acuerdo con Forbes México, la Península de Yucatán es rica en agua, principalmente subterránea, con una recarga natural anual de 21 mil 813 hectómetros cúbicos (hm³). No obstante, la disponibilidad de agua ha disminuido en los últimos años.
Según el mismo medio, en 2003 se registró una disponibilidad de 5 mil 759 millones de metros cúbicos, mientras que para 2020 esta cifra descendió a 2 mil 386.92 millones de metros cúbicos, lo que representa una disminución del 58.6 %.
A pesar de que se contamina, se reduce la cantidad y no hay regulación para el uso del vital líquido por parte de empresas refresqueras o cerveceras, comparado con el resto del país, el sureste sigue siendo rico en agua. Este es, sin duda, el motivo por el cual ahora voltean a ver a la península, sobre todo a Yucatán, para poder explotar esos mantos acuíferos, acelerando el desabasto de agua potable para la población vulnerable.
Habitantes de colonias populares que viven al día hoy se enfrentarán a un problema mayor —ya de por sí grave— que será el incremento del desabasto de agua potable, aquella que actualmente no llega a los hogares, complicando así su día a día. Ahora, con el anuncio de la construcción de una nueva planta cervecera en el municipio de Kanasín, se configura una situación de riesgo para los yucatecos, al no señalar cómo se regulará el uso del agua para esta empresa, ante una evidente escasez en el estado que perjudicará a las colonias.
El gobierno anunció el pasado 11 de junio con bombo y platillo la millonaria inversión por parte de la cervecera Heineken, que ascenderá a dos mil 750 millones de dólares y que generará tres mil empleos directos e indirectos. Sin embargo, lo que debe ponernos en alerta —y que no se menciona— es la regulación para explotar los mantos acuíferos, ya de por sí dañados por la contaminación.
Diversos especialistas han señalado que la situación hídrica de Yucatán podría complicarse con la escasez de agua, enfrentándonos a una crisis por la calidad y disponibilidad del recurso en un tiempo no muy lejano.
Por ello, el gobierno tiene que regular y, a la par que otorga concesiones para construir esta planta, debe dar solución al problema del agua y garantizar que sus habitantes tengan acceso a ella. No sólo hablamos de la sobreexplotación de los mantos acuíferos, sino también de la contaminación que ha llevado a Yucatán a una situación hídrica crítica.
Se cree que en Yucatán hay abundante agua, lo cual ya ha sido desmentido por especialistas; caso contrario, se ha ido agotando poco a poco, y no por los yucatecos, sino justamente por las grandes empresas avícolas y porcícolas que contaminan el vital líquido, mientras no hay regulación para cerveceras y refresqueras.
Es importante tomar acciones oportunas, pues quienes habitamos en la península podríamos enfrentar un panorama igual o peor al que se vive en estados del norte del país, donde el riesgo de llegar al día cero es cada vez más latente.
Tan sólo el año pasado vimos en las noticias que los estados del norte tenían serios problemas de agua. No se tomaron medidas, y los principales afectados fueron las familias de escasos recursos económicos, las colonias populares, quienes no tienen para costear una pipa.
Las entidades que enfrentan año con año la escasez de agua son aquellas donde hay presencia de cerveceras, como Nuevo León, Baja California, Sonora, Jalisco, Estado de México, Veracruz y Chihuahua.
Los yucatecos deben exigir a las autoridades la regulación del agua para las empresas cerveceras y refresqueras, pero, sobre todo, asegurar el servicio para el pueblo trabajador, que es el más perjudicado por estas acciones, llegando a quedarse sin agua por días, semanas e incluso aquellos que no tienen acceso a ella. Si no queremos llegar al día cero, está en nuestras manos exigir que se actúe de inmediato, así como informarnos sobre el tema.
Dicha planta cervecera podría consumir más de treinta millones de metros cúbicos de agua al año, lo que agravaría la situación de miles de familias que ya enfrentan carencias de agua potable en sus colonias, destacando que la planta estará ubicada en la Reserva Ecológica Cuxtal, donde se concentra el líquido que abastece a la población de Mérida y Kanasín. Su situación sin el líquido empeoraría para beneficiar a esta empresa, mientras el gobierno estatal sólo destaca los beneficios de la inversión.
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