Todos somos testigos que, durante el periodo de campaña, el ahora presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, hizo una sarta de promesas que se ganaron la simpatía de la mayoría de los mexicanos y que lo llevaron finalmente a ocupar la silla presidencial. López Obrador aprovechó el malestar general de los mexicanos que hemos sido burlados, engañados, defraudados, ignorados, robados y tratados como peste, por todos los gobiernos de todos los colores; y se lanzó a los comicios bajo la consigna de una transformación en la que se vería primero por lo pobres, por el bien del pueblo.
Sin embargo, a casi un año de que comenzó su mandato, el presidente ha dejado mucho que desear, ha adoptado medidas que dejan ver su verdadera cara, un plutócrata defensor de los intereses personales y mezquinos de los dueños del dinero de México y del mundo.
El respaldo que da a gobiernos fascistas como el de Omar Fayad en el estado de Hidalgo, quien se niega a atender al pueblo que lleva más de cien días plantado frente a sus oficinas y que en su lugar ha mandado a la policía y grupos de porros para agredir y desmantelar el plantón de los hidalguenses; el silencio cómplice ante leyes que violan el derecho constitucional del pueblo pobre de organizarse y exigir sus derechos, para proteger la inversión del capital nacional y extranjero en el sureste mexicano; la instrumentación de un plan de austeridad quesque para sanear la economía y combatir la corrupción que, según cifras oficiales, ha dejado en el desempleo a más de 9 mil trabajadores, que ahora tendrán que ingeniárselas para sustentar los gastos económicos de sus familias; la desaparición de programas sociales como PROSPERA perjudicando a 6.7 millones de familias, que contaban con este apoyo para cubrir gastos de alimentación, educación, salud, etc., y que ahora se les ha privado de estos derechos elementales; la cancelación del Seguro popular y el cierre de varias Unidades de Medicina Familiar, que aunque tuvieran muchas deficiencias, representaban un ahorro significativo en la economía de los hogares mexicanos; la desaparición del ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación, que permitía el financiamiento a los estados y municipios, destinado a la ejecución de obras y servicios para el desarrollo de las comunidades; todas estas medidas desatinadas y caprichosas, que están muy lejos de beneficiar y combatir la pobreza de los pobres de México, son símbolo de un gobierno anti popular, ¿en dónde quedó su línea de "primero los pobres"?.
En últimas fechas y a raíz de los problemas políticos con el gobierno vecino de los Estados Unidos y las amenazas a la economía mexicana por el problema de la migración de los países centroamericanos , en la búsqueda por alcanzar el sueño americano, los programas sociales de transferencia monetaria del nuevo gobierno, se están cerrando porque no alcanza el presupuesto, pues el señor presidente está destinando el dinero de los mexicanos, 90 millones de pesos, a sanar la problemática económica de países como El Salvador, Honduras y Guatemala y se para el cuello presumiendo de solidario, pero esto es una farsa, sólo se les está apoyando porque así lo demandó el presidente Trump, so pena de aumentar en un 5% los aranceles a las mercancías que nos llegan de ese país, lo cual significaría un golpe brutal para nuestra economía. ¿Qué no había dicho el presidente que iba a defender la soberanía de México y no agachar la cabeza ante el imperio gringo? Eso no lo vemos y el pueblo necesitado de México, bien, gracias.
El presidente le ha quedado mucho a deber al mismo pueblo que lo llevó al poder. Tanto se dice que son el gobierno de la cuarta transformación, pero es más de lo mismo: no gobiernan para el pueblo, sino para los señores del dinero.
¡Pueblo de México, despierta! ¡Organízate y lucha por tus demandas y por una patria justa y generosa con sus hijos! A la clase que está en el poder, nada le importa si no tenemos para vivir, mientras sigan engordando sus bolsillos a costa de nuestro trabajo. La riqueza de México la hacemos nosotros, es nuestra, hay que reclamarla. El verdadero cambio está en el pueblo organizado y educado, y esto ha sido demostrado, por una organización que aglutina a más de 3 millones de mexicanos que tras 45 años de una lucha tenaz y sin descanso, en todos los lugares donde se ha asentado, ha dado muestras de progreso y bienestar para la clase trabajadora, y esa organización tiene nombre y apellido, y es preciso decirlo: ¡Movimiento Antorchista Nacional! No te dejes llevar por las calumnias de aquellos que se dicen amigos del pueblo pero que con los hechos lo traicionan, ¡Súmate con nosotros, emprendamos la lucha por hacer de México una patria más justa para todos los mexicanos!
0 Comentarios:
Dejar un Comentario