En Nuevo León, existen millones de personas que no cuentan con una vivienda digna, es más, no contamos si quiera con un terreno, con una casa, con una escuela en nuestra colonia, y las pocas que hay, están saturadas hasta el tope. Nuestros hijos no tienen las mismas oportunidades que los hijos de los funcionarios públicos las pocas escuelas donde educamos a nuestros hijos no tienen las suficientes aulas, están amontonados, hay muy pocos maestros, varios de los niños y jóvenes estudian afuera de las aulas, a la intemperie, sin pizarrón, sin computadoras, sin nada que les ayude a crecer y formarse como verdaderos humanos.

Los tienen amontonados como gallinas, como ganado en salones sin aire acondicionado, y con qué objetivo? Con el simple objetivo de no gastar en la educación del pueblo pobre, de los hijos de los obreros, amas de casa, campesinos, etc., No hay oportunidad para los estudiantes foráneos, ni si quiera para los que sí viven en la ciudad natal, las pocas escuelas kinder, primaria, secundaria, y preparatorias están saturadísimas; de miles de jóvenes que hacen su examen de admisión, solamente cinco mil, o menos quedan en las escuelas públicas.

Nuestros hijos, los hijos de los pobres, merecen una educación de calidad, por lo menos igual a la de los hijos de los empresarios, igual a la de los hijos de los ricos, por lo menos en eso debemos de igualar las condiciones.

El Movimiento Antorchista de Nuevo Leon, ha luchado por varios años para construir escuelas, se ha gestionado ante diversos entes de gobierno, los maestros Antorchistas no reciben un salario, pues están conscientes de que la educación es primordial para salvar al pueblo pobre.

Las gestiones de la organización han dado frutos, se tiene una Casa de estudiantes que ha dado la oportunidad a cientos de jóvenes para que terminen una carrera en la Universidad Autónoma de Nuevo León, durante 30 años han luchado para que esa casa no la desaparezca el Estado, y que además le otorgue un subsidio para la renta y pago de servicios básicos como la luz, agua potable, etc., Ya no se diga para la alimentación y mobiliario de la misma.

Actualmente, la Casa del Estudiante de Monterrey A. C. No cuenta con subsidio para el pago de los servicios, el Gobierno del Estado de Nuevo León, desde que entró la administración del Ing. Jaime Rodríguez Calderón, retiró dicho subsidio, y los jóvenes han tenido que mantener con colectas y actividades económicas dicho albergue.

La Preparatoria Lic. Ponciano Arriaga, ubicada actualmente en Escobedo, no cuenta si quiera con pizarrones, butacas y ya no se diga aulas y computadoras, los vecinos han tenido que cooperar y luchar para que esa escuela siga existiendo.

Los Diputados Federales del Movimiento Antorchista Nacional, y el trabajo constante de la clase trabajadora amas de casa, colonos, campesinos y estudiantes lograron obtener el recurso para que esa escuela se pudiera construir en el municipio del Carmen, N. L. Pues fue ahí donde el alcalde y los regidores dieron en comodato un terreno para que se edificara dicha escuela.

Pero, la necesidad es mucha y el apoyo casi nulo de los diversos gobiernos, pues en Zuazua, Nuevo León, un municipio con más de 30 mil habitantes, la educación básica de varias colonias se da afuera de las aulas, los niños se quedan sin clases por falta salones, y las madres piden y casi ruegan que el gobierno las apoye con aulas móviles. ¿Será acaso que nuestro Gobierno del Estado no tiene los recursos suficientes para construir dichos espacios? Siendo uno de los estados más ricos y prósperos en toda la república? O será que la educación está pensada para unos cuántos, hijos de empresarios, políticos, etc.?

Los Antorchistas lucharemos hasta donde las fuerzas nos ayuden, con tal de cambiar el estado de cosas, por qué nuestros hijos también se merecen una educación de calidad.

Todos juntos, compañeros de Nuevo León, luchemos por la Casa del Estudiante de Monterrey, por las Preparatorias Ponciano Arriaga de El Carmen, Zuazua y Galeana, luchemos porque ningún niño tenga que recibir educación afuera de un aula, luchemos por nuestros hijos, porque ellos también lo merecen.