El ocho de junio del presente, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador durante un mitin político, dio a conocer en el municipio de Tijuana, que México respaldará las políticas migratorias del país vecino, políticas que endurecerán las fronteras de nuestro país con países latinos, aquí las palabras textuales "estoy orgulloso del trabajo profesional, político y diplomático de la delegación mexicana que estuvo a cargo de este complejo asunto, encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard. Agradezco también la solidaridad de los mexicanos, de todas las clases sociales, de todos los sectores, de todas las corrientes del pensamiento, que no titubearon en manifestar su apoyo en la defensa de la dignidad de México y en preservar la amistad con el pueblo de Estados Unidos".
Momento seguido, prosiguió "¿Qué sigue? Cumplir puntualmente los compromisos, reforzar nuestra frontera, aplicar la ley y respetar los derechos humanos. Promover la aplicación inmediata del programa de desarrollo de la CEPAL para impulsar las actividades productivas y crear empleos en Centroamérica y en el sur-sureste de México. Desde la semana próxima estaremos ofreciendo oportunidades de empleo, educación, salud y bienestar a quienes esperen en México su solicitud de asilo para ingresar legalmente a Estados Unidos".
Así se cumplió, más de 6 mil soldados fueron enviados a la frontera del territorio mexicano con Guatemala, soldados que se desprendieron de sus actividades comunes para cuidar que ni un solo migrante pise suelo mexicano, algo parecido a las políticas migratorias que propiciaron los estadounidenses años y meses atrás, y las cuales criticamos ferozmente cuando se maltrató al mexicano que perseguía el sueño americano.
En días pasados se dio a conocer también el apoyo económico que brindó el gobierno mexicano al Salvador, recursos que se cifró 30 millones de dólares, es decir más de medio billón de pesos mexicanos ($540,000,000.00), recursos que dijeron se emplearán en el famoso ya programa Sembrando Vida, y fue la delegación mexicana que llevó el dinero hasta tierras no muy lejanas, sembrando también unos árboles; situación que causó revuelo en las redes sociales por el actuar de nuestros funcionarios.
No es de esperarse que esto indignara de manera estrépita a un gran número de mexicanos, que desde hace días se han manifestado en contra del gobierno federal por la falta de entrega en programas sociales como las Becas Benito Juárez, Apoyos a Adultos de la Tercera Edad y el cierre de los programas sociales.
Y es que la indignación inmediata es solo el comienzo, como en todo movimiento social, de un gran desatino en políticas migratorias que requieren de un plan estratégico basado en las condiciones sociales de cada uno de los países y de nuestra patria misma; ejemplo hay aquí en Tijuana, donde cientos de migrantes se encuentran todavía en incertidumbre, desempleados, dependiendo de las migajas que pueda darles el gobierno bajacaliforniano, en hacinamiento y en condiciones realmente malas.
Situación que viven, no en menor grado, miles de familias bajacalifornianas, que carecen de empleos dignos, salarios bien remunerados, prestaciones de ley, ya no hablar de centros de salud que hace unas semanas dieron a conocer las pésimas condiciones en las que se encuentran, ya no hablar de centros educativos, que si los hay son las zonas populares de material reciclado, careciendo de servicios tan elementales como agua, drenaje, alumbrado público y red eléctrica, misma situación que guardan las colonias populares de la periferia de este municipio fronterizo.
En los próximas días, miles de estudiantes de todo el país protestaron de manera pacífica en busca de que el gobierno federal entregue las becas a jóvenes estudiantes, becas que ha beneficiado solo a algunos y no a los hijos del pueblo trabajador; que no nos espante que también la ciudadanía en general proteste, no solo por las becas, sino por toda la falta de infraestructura social que existe a lo largo y ancho del territorio nacional, hoy los ojos de nuestros gobernantes están desubicados, solamente la ciudadanía organizada podrá ubicarlos. Este es solo el comienzo de una serie de consecuencias por haber aceptado hacer el trabajo sucio de los estadounidenses y seremos los mexicanos los que pagaremos estos compromisos.
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