A siete meses del nuevo Gobierno Federal que encabeza el Lic. Andrés Manuel López Obrador, la economía y la política del país, no avanzan, por el contrario, la situación social en los sectores más vulnerables del territorio nacional se complica más y más. Un día sí y otro también, aumenta la inconformidad de la gente con la política de gobierno que el Presidente de la República ha implementado en este lapso de su mandato. Veamos por qué:
Se canceló, por ejemplo, el programa conocido como Prospera, que fue un programa social emblemático, dirigido al combate a la pobreza durante más de 20 años por las administraciones federales anteriores, con el cual se beneficiaba aproximadamente a casi 30 millones de personas, quienes con el monto económico que se les otorgaba, aliviaban en alguna medida carencias de carácter educativo, alimenticio, de salud, entre otras. Ahora con el gobierno de la "Cuarta Transformación", Prospera ha sido sustituido por "Becas para el Bienestar Benito Juárez".
Lo primero que hay que señalar, es que dicho programa desapareció con el argumento de que había corrupción e intermediarismo de las organizaciones en su aplicación y que se debía terminar con estos lastres sociales que el viejo régimen venía prohijando. Sin embargo, es necesario señalar que el actual Gobierno Federal, no ha podido demostrar que hubiera corrupción, ni cómo se daba ese "intermediarismo" en la ejecución de dichos programas. Por ello debemos preguntarnos ¿Por qué no ha probado nada? Y la respuesta es, porque en realidad, no se trata de combatir a delincuentes ni corruptos sino porque no existía tal intermediarismo, como lo ha estado sosteniendo el Presidente de la República en todos aquellos foros donde ha hablado de que los apoyos ahora serán de "manera directa", esto se explica porque los apoyos eran entregados directamente por funcionarios de la Sedesol a las familias beneficiarias. De lo que se trata pues, es de acabar con la única herramienta que tienen los pobres en este país para su defensa, que es el derecho a organizarse para exigir que se hagan realidad sus derechos, pero además para volver institucional la representación de los sectores populares, mediante los militantes de Morena, que con el nombre de "Servidores de la Nación", se han dedicado a seleccionar a los beneficiarios de los programas gubernamentales. Es decir, se trata de eliminar a la oposición organizada y hacer derecho exclusivo de Morena la representación de las causas populares en México. Y si eso no fuera bastante, el Presidente maneja un doble discurso, pues alega oposición al intermediarismo y utiliza a Banco Azteca, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, uno de los hombres más ricos de México, que además, forma parte del Consejo Asesor Empresarial del presidente Andrés Manuel López Obrador, como la entidad financiera para dispersar los recursos de los programas sociales, he aquí un verdadero intermediario.
Pero eso no es todo, con la sustitución de Prospera por un programa de becas, desaparecen los componentes de salud y alimento, es decir, se quitó el subsidio que se le otorgaba a las familias para adquirir alimentos y recibir atención médica, con lo cual el 15% de los hogares beneficiados quedará automáticamente fuera del programa, ya que no cuentan con ningún integrante que sea estudiante. Además de lo anterior, ahora el monto de transferencia promedio disminuye, pues, conforme a las reglas de operación, en el caso de las becas a estudiantes, la transferencia será de 800 pesos mensuales por estudiante, solo durante 10 meses, ya que el programa deja fuera al periodo vacacional, es decir, 8 mil pesos al año sin tomar en consideración el número de estudiantes en cada una de las familias; en el caso del anterior programa para estudiantes, hasta el 2017 cuando menos, la transferencia promedio por hogar beneficiada por Prospera, rondaba los 11 mil 600 pesos por familia y aún cuando en una familia contarán con este programa, a los estudiantes que continuaban sus estudios universitarios se les daba un apoyo, dependiendo del promedio que cada estudiante, razón que les permitía encaminarse el primer año de su carrera, cosa que no sucederá ahora.
Vemos pues, que dicho "cambio" traerá como consecuencia, una disminución drástica en el monto que recibía cada familia y, por tanto, se visualiza que la transformación radical de Prospera al nuevo Programa de Becas "Benito Juárez", no ayudará en nada a combatir el rezago de las familias más pobres del país. Y si analizamos más a fondo los "cambios estructurales" de los programas dirigidos al pueblo mexicano de esta "Cuarta Transformación", ninguno de ellos pretende cambiar la situación social en la que viven millones de pobres, pues ni el Programa para Adultos Mayores, Bienestar para Personas con Discapacidad Física, Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, etc., vienen en este momento tan complicado para el país a erradicar el flagelo tan grave que enfrenta el pueblo de México, que es el problema de la desigualdad generada por la concentración excesiva de la riqueza social en ciertos grupos de poder en el país.
Por lo tanto, al pueblo de México, debe convencerse de la necesidad de organizarse y luchar porque los derechos constitucionales a una vida mejor, se hagan realidad, exigiendo a los gobiernos de los distintos niveles, que atiendan a las necesidades de los sectores más desprotegidos. De no ser así, es necesario empezar a luchar por poner el poder político en manos de los pobres.
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