El año pasado, en la conferencia impartida por el Maestro Aquiles Córdova Morán en ocasión de los 200 años del natalicio de Carlos Marx, el ponente comenzó su discurso de la siguiente manera: "es posible que haya quien piense que nosotros no sabemos en qué país y en qué momento político estamos viviendo, porque en vez de estar metidos en la parafernalia de las elecciones, estamos aquí reunidos para hablar de algo aparentemente muy alejado de esta problemática. Quiero decirles que Antorcha tiene un trabajo cotidiano que tratamos de sacar adelante de acuerdo con nuestra visión del país, y que a pesar de eso vimos obligado hacer este pequeño paréntesis para recordar a uno de los hombres más grandes que ha producido la humanidad: la vida de Carlos Enrique Marx". En efecto. En plena campaña electoral, a todos les pareció un despropósito realizar un acto masivo en el Auditorio Nacional sólo para hablar del filósofo alemán. A todos, menos a Antorcha.
En los días que corren, la organización está próxima a celebrar la edición número veinte de la Espartaqueada Cultural, el concurso que se celebra bianualmente en Tecomatlán, Puebla, y que reúne a miles de artistas de todo el país. Hoy, en un momento en el que Antorcha es blanco favorito de los ataques del presidente, muchos podrían pensar que no es atinado celebrar un festival de arte. En Antorcha no pensamos así. Al contrario: sabemos que la actividad artística que promueve la organización en miles de comunidades del país, es una de las mejores defensas ante las calumnias; es uno de los medios más eficaces para mostrarles a todos que Antorcha es una organización distinta, una organización que mejora la vida de los pobres de México no sólo en el terreno material, sino también en el espiritual. Y esta afirmación puede probarse. Pondré sólo un caso.
Los bachilleratos emsad (Educación Media Superior y a Distancia) y tbc (Telebachillerato Comunitario) de Colima –escuelas públicas de nivel medio superior ubicadas en medios rurales- solo han comenzado a construirse en los últimos años, gracias a la lucha de Antorcha. Durante años, los emsad y tbc funcionaron en las instalaciones de escuelas secundarias. Fue solo cuando los maestros y alumnos se organizaron con Antorcha, cuando se obtuvieron edificios propios para estos bachilleratos. La experiencia vivida acercó a directivos, docentes y alumnos a la organización, pero fue precisamente a través del arte que varios alumnos comenzaron a interesarse más por lo que hacía Antorcha. Pronto se identificó a los muchachos que tenían inquietud por bailar, y se formó el Ballet Folclórico Estatal de Antorcha en Colima. Estos jóvenes de diversos municipios, ensayan con su maestro para después presentarse en los eventos que realiza la organización.
Hoy, el Ballet se prepara intensamente para concursar en la xx Espartaqueada Cultural. Su jornada de ensayos comienza a las 6 de la mañana y termina a las 8 de la noche. Tienen ya listo el cuadro que presentarán en Tecomatlán y los bailarines están entusiasmados por asistir, pues saben que es un evento con mucha competencia. Como parte de los preparativos, el Ballet ha hecho comisiones, mítines y marchas en las dependencias gubernamentales para exigir que las autoridades apoyen la cultura y se le proporcione al Ballet el vestuario y el transporte que necesita, ya que son gastos que los jóvenes no pueden solventar por su propia cuenta. A fuerza de marchar repetidamente, finalmente lograron el vestuario y el transporte solicitados. Con Antorcha, los jóvenes están aprendiendo a bailar y a luchar.
Cada vez que se presentan en una comunidad –porque se colocó la primera piedra de una escuela, porque se logró una pavimentación, o por otro motivo similar- los bailarines conocen el quehacer de Antorcha. El público que presencia los cuadros, a su vez, conoce la actividad artística que realiza la organización, e invariablemente aplaude al Ballet, pues llenan sus corazones de alegría, aunque sea sólo momentáneamente. Las familias de los bailarines, por su parte, se entusiasman porque ven que sus hijos se desarrollan sanamente. En un estado que ocupa el primer lugar nacional en homicidios dolosos desde 2016, donde los jóvenes prefieran bailar y ejercitarse a enrolarse en las filas del crimen organizado, es algo que las madres de familia saben apreciar. Las familias de los bailarines, pues, también conocen a Antorcha por su actividad artística.
Y eso que sólo he abordado el caso de Colima, sin embargo casos similares se presentan en cada lugare donde Antorcha forma un grupo de danza, un grupo de teatro, un coro, etcétera; se presenta, entonces, en todos los estados. Así, a través del arte que fomenta la organización, miles de estudiantes, maestros, obreros, campesinos, amas de casa y comerciantes conocen y se involucran con Antorcha. Para ellos es muy claro. Después de un evento reciente en el que se presentaron el Ballet de Colima y el Ballet de Michoacán, una señora comentó la publicación que sobre el evento se hizo en Facebook: "muchas felicidades antorchistas que les dan ánimo a esos jóvenes que no rajan en sus eventos. Que Dios los bendiga siempre donde quiera que vayan y a sus maestros que los acompañan". A través del baile, la poesía, la música y el teatro, Antorcha le muestra al pueblo que, además de educación, vivienda, salud, y lucha, también es arte y cultura.
Por eso, ante los ataques recibidos, en Antorcha no nos arredramos. La campaña de mentiras y calumnias que busca desprestigiar a la organización, para así desaparecerla, es contestada por nosotros con la lucha cotidiana en las comunidades donde tenemos presencia, sí, pero también con el fomento del arte y la cultura, que enseñan a la pueblo lo que realmente es Antorcha y lo que quiere para él. En un momento especialmente crítico para la organización, cuando el presidente clama contra nosotros en todos los foros que pisa, la xx Espartaqueada Cultural será la voz coral que eleve la verdad contenida en estos versos: "puede una gota de lodo sobre un diamante caer; puede también de este modo su fulgor oscurecer; pero aunque el diamante todo se encuentre de fango lleno, el valor que lo hace bueno no perderá ni un instante, y ha de ser siempre diamante por más que lo manche el cieno". Por más que nos manche el cieno.
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