Eran las dos de la madrugada del martes 2 de julio, la gente llegaba al punto de partida de donde saldrían los camiones rumbo a Toluca, iban bien abrigados, con sus mochilas al hombro y envueltos en cobijas pues el frío calaba en los huesos.
Entraron a la ciudad de Toluca a las 4 de la mañana, la capital recibió a los ixtapaluquenses con una fuerte lluvia que los despertó...la lluvia y el frío de Toluca impidieron que volvieran a dormir; entumecidos, adoloridos por el camino, somnolientos y congelados de frío bajaron de los camiones a las 7 de la mañana.
La gente se estiraba, se sacudía el sueño y la pereza, buscaba algo con que calentar el cuerpo pues las articulaciones se habían entumecido, muchos se compraban un café, un atole, no tardaron en aparecer los puestos de tacos de canasta, de bistec y longaniza, los tamales; sabían que la jornada sería larga y muchos desayunaron.
A las 9 de la mañana los demás contingentes hicieron su arribo; Nicolás Romero, La Paz, Texcoco, Chimalhuacán, Toluca, Ecatepec, Zumpango, Chalco etc., poco a poco llegaban; bajaban de los camiones listos y combativos, con pancartas en las manos, banderolas, cartulinas se formaban, hicieron filas de 4 personas, los hombres a las orillas y las mujeres al centro.
A las diez de la mañana los contingentes comenzaron a avanzar, al frente de toda la marcha una banda musicalizada llamaba la atención de extraños que al cruzar salían de sus casas, de los negocios, muchos toluqueños se asombraban de la marcha y como si fuera un suceso extraño, fuera de la realidad, con sus celulares grababan el pasar de la marcha.
Después de la banda musicalizada tres chicos cargaban una vinilona que decía: "Treinta mil antorchistas exigimos recursos para obras y servicios", y después los dirigentes del Movimiento Antorchista en el Estado de México encabezaron a los 30 mil antorchistas que al grito de "Somos un solo hombre, somos un solo ideal", marchaban dispuestos a exigir una solución por parte del gobierno del estado.
Después de recorrer 3 kilómetros, desde las torres bicentenario hasta la Plaza de los Mártires frente al palacio legislativo, los antorchistas se congregaron en dicha plaza, lugar que abarrotaron. En el templete que estaba colocado frente al palacio legislativo esperaban los moderadores del evento, que con consignas recibieron a los 30 mil antorchistas.
Con las banderas en alto y atentos, esperaron por más de dos horas que la comisión de la dirigencia entrara a pedir audiencia para la resolución de las demandas, mientras tanto varios pudieron disfrutar de los bloques culturales que solo Antorcha lleva a una protesta pacífica.
El cielo amenazaba con sus nubes negras que caería una lluvia estrepitosa, pero los antorchistas no se movieron de lugar, siguieron firmes esperando en la plaza a que saliera la comisión, seguían las canciones de los cantantes, aplaudían, sonreían, se limpiaban el sudor de la frente, algunos sin reparo se sentaban por algunos minutos en el piso, esos 30 mil antorchistas eran 30 mil corazones latiendo al mismo ritmo.
Cuando por fin salió la dirigencia del palacio legislativo, los que se encontraban sentados se pararon, toda la gente se acercó lo más que pudo al templete y atentos oyeron el mensaje de Jesús Tolentino Román Bojórquez.
"Queremos que se cumplan los acuerdos y que pare esa insensibilidad de los funcionarios, porque un gobierno sensible es aquel que siente en carne propia el dolor ajeno, que si falta agua que se ponga el agua como si fuera yo el que tuviera sed; que si falta medicina que se entregue la medicina como si fuera yo el enfermo, esa debería de ser la actitud de los funcionarios sensibles".
Tolentino Román, agradeció el esfuerzo de los 30 mil antorchistas y les aseguró que la lucha seguirá, porque en México entero se resiente este tipo de funcionarios, que no se dan baños de pueblo, que no viven en la entraña del pueblo, y no escuchan verdaderamente al pueblo y por eso no conocen lo que están viviendo.
Al término de la marcha, los antorchistas buscaron su camión para regresar a sus hogares, no sin antes estar seguros que volverán a Toluca si no se les resuelven sus demandas; regresarán en una cantidad mayor, no 30, tal vez no 40 lo más seguro es que sean 60 mil antorchistas los que participen en la siguiente ocasión en la que regresen a la capital del estado como un solo hombre, como un solo corazón latiendo al mismo ritmo y exigiendo que el gobierno del Estado de México, cumpla con obras y servicios para el pueblo mexiquense, porque los mexiquenses lo merecen y porque hoy gracias al voto de esos hombres humildes, de esos hombres buenos, el gobernador del estado, Alfredo del Mazo Maza es gobernador.
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