MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Si ahora son mentiras ¿qué será después?

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Queda menos de un mes para que concluyan las campañas políticas; el 2 de junio será la elección extraordinaria en el estado de Puebla donde se elegirá al titular de la gubernatura y a quienes ocupen la silla presidencial en cinco alcaldías, entre ellas la de Ocoyucan. Como todo mundo sabe, actualmente gobierna en este municipio un Concejo Municipal morenista impuesto por el Congreso del Estado como consecuencia de la decisión que tomó la Sala Regional Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de anular el resultado de los comicios realizados el primero de julio del año pasado bajo el argumento de que se "rompió la cadena de custodia", quitándole así el triunfo –unas horas de rendir protesta- al presidente electo Rosendo Morales Sánchez.

De eso ya hemos hablado, si no ampliamente, sí lo suficiente para fijar nuestra postura entorno. Como muestra de madurez política se acató la decisión de las autoridades electorales aún a sabiendas de que se trataba de una acción que violó la democracia al no permitir que se respetara la decisión de miles de personas que eligieron a Rosendo Morales como su representante; no mandamos al diablo a las instituciones ni mucho menos, confiados en el respaldo y aceptación popular, esperamos los tiempos fijados para lanzarnos de nuevo a la contienda electoral y buscar, una vez más, el apoyo del pueblo ocoyuquense.

Ahora, inmersos en este nuevo proceso atípico donde los candidatos, como es su derecho, buscan los mejores argumentos para convencer al electorado, se desatan las pasiones una vez más y los representantes de los diferentes partidos y sus simpatizantes –quizá sólo sean los más recalcitrantes- se lanzan con un amplio, pero ya conocido repertorio de inmundicia en contra del candidato priista que salió ganador en la campaña pasada: Rosendo Morales Sánchez. La misma vieja y gastada artimaña de siempre.

Pero en esta ocasión se añade un nuevo elemento en el discurso de algunos candidatos, quienes aseguran que "Ocoyucan es de los ocoyuquenses", como si se tratase de alguna propiedad de la que alguien en particular es dueño y haciendo clara alusión a que sólo los nacidos en este municipio tienen "derecho" a aspirar a gobernar el municipio.

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Hace algunos años, en tiempo de la Revolución Mexicana, cuando el pueblo de nuestro país, cansado del dominio al que estaba sometido buscó mejores condiciones de vida, entre los caudillos que los lideraban había uno que afirmó "la tierra es de quien la trabaja". Aunque esta frase pudiera parecer simple y entenderse como esta tierra es de mi propiedad porque yo voy a trabajar en ella, en realidad va más allá. Los caciques de aquella época concentraban bajo su dominio grandes extensiones de tierra que se hacían producir por la explotación del campesino. Aunque los terratenientes eran los dueños "legítimos" (porque muchas de las veces despojaban a la mala a los campesinos de sus pequeñas propiedades para incrementar las suyas), eran los campesinos quienes hacían, con el sudor de su frente, que esa tierra rindiera frutos de los cuales no gozaban. ¿Es acaso lógico que una persona que no trabaja viva del resultado trabajo extenuante de otro?

A mi parecer, esa lógica equivoca se trata de emular por quienes en su carrera buscan a toda costa hacerse con el control del municipio. Y esa misma acción de defender el fruto de su trabajo es lo que ha hecho ya la ciudadanía de Ocoyucan. ¿De qué sirve haber nacido en Ocoyucan si nunca se ha movido tan sólo una piedra, aunque sea un ápice para despejar el camino? Ya lo dijo Miguel de Cervantes a través del caballero de la triste figura: no es uno más que otro si no hace más que otro.

Bajo esta lógica, me parece que la única "ventaja" que poseen los candidatos de otros partidos políticos es haber nacido en Ocoyucan, pero a la gente esto no le basta, pues quieren a alguien que realmente trabaje en beneficio de las familias de este municipio, alguien que contribuya a mejorar la calidad de vida de las familias empobrecidas, alguien que les brinde mejores condiciones materiales, que transforme el rostro de Ocoyucan con progreso y desarrollo. Eso fue lo que pasó el 1º de julio del 2018.

Y aunque no nació en Ocoyucan, Rosendo Morales Sánchez ha vivido en este municipio por 30 años, trabajando día a día desde su llegada para que las condiciones cambiaran en favor de los más necesitados. Esa es su carta de presentación, el dar cuenta de frente a los vecinos lo que se ha hecho para mejorar el municipio. Rosendo Morales pude dar cuenta de cada una de las pavimentaciones que se han hecho, de las redes de agua potable y drenaje sanitario, de las electrificaciones, de la construcción de aulas, comedores escolares, techumbres, apoyos a la vivienda, al campo e infinidad de acciones que ha realizado como resultado de una gestión intensa y permanente en su vida como luchador social que vive con el pueblo, conoce sus carencias y lo organiza, para junto con él, resolver su problemática.

ítem más. Algún candidato con malicia, por lo menos más que los otros, asegura que el triunfo le fue robado, sin embargo, olvida –no sé si con intención-, que al finalizar el conteo de todos y cada uno de los votos en las casillas, se firmó por parte de los representantes de todos los partidos involucrados un acta en que se plasmaban el resultado de dichos votos. Al finalizar, Rosendo Morales obtuvo 4 mil 99 votos; su competidor más cercano reunió tan sólo 3 mil 791 sufragios, y de ahí para abajo. Entonces ¿a quién verdaderamente se le robó el triunfo?

Hoy no son las mismas condiciones. Eso no impide que los vecinos de Ocoyucan sigan molestos por la flagrante violación que se le hizo a su derecho de elegir representante. Conocen bien a cada uno de los candidatos y saben que la única persona que puede dar resultados más seguros es Rosendo Morales Sánchez, quien a lo largo de su trayectoria ha demostrado saber hacer las cosas aun sin tener cargo público, y su postulación a la presidencia municipal no responde a intereses personales, sino a la petición y en algunos casos exigencia de los propios vecinos de diferentes comunidades que saben de lo que es capaz un pueblo organizado y con un gobierno salido de sus entrañas, humano y sensible.

Las acciones hablan por sí solas. Por eso pregunto, si los detractores basan ahora su campaña en mentiras ¿qué será después?

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