MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Regreso a clases, condicionado por el ingreso económico

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El regreso a clases está a la vuelta de la esquina, ya se observan los uniformes, zapatos, útiles escolares y el material de papelería en los exhibidores de los locales comerciales en espera de que los padres de familia los adquieran; hay mercancías de todo tipo, de diferentes marcas y de diferentes precios para que “elijan” lo que más les guste, pero en realidad se elige no lo que más gusta, sino para lo que realmente alcanza.

Las familias tienen que hacer un esfuerzo económico titánico cada ciclo escolar para cubrir los gastos que implica enviar a sus hijos a la escuela, a pesar de que la Constitución establece que la educación es obligatoria y gratuita.

El capital se ha encargado de aumentar su productividad, pero ha castigado a los trabajadores; les paga lo necesario para sobrevivir o los expulsa, obligándolos a entrar a las filas de desocupados o en el trabajo informal. Así se explica por qué hay tantas mercancías y muy pocas personas que puedan adquirirlas.

Michoacán es, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la decimotercera economía más grande del país, pero eso no se ve reflejado en la vida de muchas personas porque, si tomamos en cuenta los datos que reveló la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh), es el décimo primer estado con los ingresos más bajos, pues el promedio del ingreso mínimo es de 5 mil 339.1 pesos, o sea, hay quien tiene que vivir con 177.7 pesos al día y, como es lógico, esa cantidad no permite que se den el lujo de comprar lo que les guste; más bien, tienen que priorizar y arreglárselas como puedan, ya sea comprando cosas de segunda, haciendo tandas o haciendo intercambios con otras madres con tal de disminuir los costos y completar lo necesario para que sus hijos vayan a la escuela. Ese es el calvario de las familias más humildes.

A pesar de que en el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se establece que la educación impartida por el Estado, incluyendo la inicial, preescolar, primaria, secundaria y media superior, es obligatoria y gratuita, en la realidad las familias tienen que hacer un esfuerzo económico titánico cada ciclo escolar.

En varios medios aparecen los encabezados que aluden a la preocupación que viven los padres en esta fecha. El Universal publicó una nota que dice que “el regreso a clases implicará un gasto de entre 4 mil y más de 6 mil pesos por hijo, de acuerdo con un sondeo realizado por Up Sí Vale”. 

Continúa: “En tanto, 29 % prevé un desembolso superior a los 6 mil pesos por alumno. Así, para hacer frente a esta carga, 66 % de las familias prevé recortar otros gastos, 15 % dejar de ahorrar o recurrirá a préstamos y 75 % planea cubrir el gasto con su ingreso quincenal”.

Es pues, para las familias que tienen menos ingresos un desembolso importante y muy difícil de completar. Pero no sólo están las historias que publican los medios, es seguro que todos conocemos más e incluso más crudas.

Sin embargo, por otro lado, la realidad nos dice que no siempre se puede hacer ese gasto enorme, que no todos logran salir victoriosos de esa batalla, pues los ingresos tan bajos y la presión económica provocan que niños y jóvenes abandonen la escuela y se vayan como trabajadores a los campos de fresa, de zarzamora, de arándano, de aguacate o de limón para contribuir al gasto familiar, algunos incluso desde muy temprana edad, truncando así su formación académica y, con eso, se disminuye también la cantidad de profesionistas y científicos que puedan contribuir al desarrollo del país.

Es pues necesario tener claro que este problema social no cambiará hasta que haya una distribución de la riqueza más justa, que les permita a las familias de Michoacán y del país vivir dignamente, sin tener que estarse preocupando porque no completan la inscripción o la lista de útiles escolares. Y nos preguntaremos: ¿será posible? 

Sí, sí es posible, y el Movimiento Antorchista lo tiene claro, por eso sus cuatro ejes son: 1. Empleo para todos en edad de trabajar, 2. Salarios bien remunerados, 3. Redistribución del gasto social, 4. Política fiscal progresiva.

Con este proyecto puesto en práctica, las madres de familia no tendrán que, como ellas dicen, “estirar el ingreso que tienen” para que les alcance para el alimento, la educación, la salud y el vestido.

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