Exigir la renuncia del gobernante que traicionó su palabra, es recurso obligado de los pueblos en todo el planeta al sentirse y verse burlados por el que se comprometió con su desarrollo y no cumplió. Pueblos enteros en diversos países se han movilizado y conseguido la salida del poder de gobernantes incumplidos o corruptos o traidores a su pueblo. Y eso hacen precisamente los humildes ciudadanos de Hidalgo organizados en el Movimiento Antorchista cuyos legítimos derechos humanos son violados a diario desde hace tres años, flagrante y de manera impune, por el gobernador Omar Fayad Meneses.
Hidalgo es un estado con casi tres millones de seres humanos donde campea a sus anchas la extrema pobreza y brilla por su ausencia el apoyo presidencial. Al no existir ningún ánimo de respuesta a lo más elemental de sus peticiones: agua, semilla y fertilizante, salud, caminos, aulas, para al menos 900 comunidades, sino pura y descarnada represión a sus expresiones de inconformidad, los antorchistas hidalguense se han lanzado a la lucha por la renuncia de Omar Fayad, fijando como meta cien mil firmas de ciudadanos para que el Congreso de su estado eche del poder al insensible gobernante.
Para conseguir este propósito central de su lucha, mantienen un plantón permanente desde hace casi 100 días frente al Palacio de Gobierno donde despacha el gobernador en la capital del estado, sufriendo las inclemencias del tiempo y agresiones como la golpiza que con porros propinaron a nuestros compañeros en calles de la propia ciudad de Pachuca, y descaradas amenazas de agredir en su propio domicilio a la líder de los antorchistas hidalguenses profesora Guadalupe Orona Urías. El organizador y ejecutor de todas las agresiones que manda a realizar contra ellos el gobernador, su funesta mano derecha, el secretario de gobierno Simón Vargas Aguilar, individuo de larga trayectoria como violento enemigo de la protesta social.
"Ya no va haber apoyos para los pobres" de Hidalgo repiten con su gobernador la mayoría de los presidentes municipales, porque Omar Fayad ya está negando estas limosnas que venían arrojando a los más humildes hidalguense. Esta es la nueva política que sigue la autoridad máxima de Hidalgo, mientras se deshace obsequiosamente en atenciones ante el presidente de la república, López Obrador cuando éste visita la entidad para promover la "tarjetita" de sus programas sociales, que dicho sea de paso, recurso que no esta llegando como se prometió mayoría de los casos y en la mayoría de los programas.
Por la política de negar apoyos a los pobres, el mismo Omar Fayad, sufrió desaires y desprecios recientes en uno de tantos municipios olvidados al arribar a su "visita" a entregar la "ayuda" de una silla de ruedas, una camilla con soportes de madera de los que ya no se usan, los representantes de los futbolistas locales no permitieron a su helicóptero aterrizar en el campo de futbol, por los incumplimientos del munícipe del lugar, producto de los recortes financieros que hace el gobernador de ese estado.
El escribir estas líneas nos enteramos que Omar Fayad Meneses, cínicamente y con risas, quiere ser el Porfirio Díaz de los hidalguenses haciendo campaña para estar en el poder dos años más, de 2022 que termina su periodo a 2024 a imagen y semejanza de Jaime Bonilla recién electo gobernador de Baja California del partido morena que quiere, por sus pistolas, ampliar su mandato dos años más, contando, desde luego, con el decidido apoyo obradorista. Dice bien el dicho: "Dios los crea y ellos se juntan"...para seguir cabalgando en las espaldas del pueblo. Ahí está la razón a tantas reverencias, tantas alfombras a los pies de su protector de ahora, Andrés Manuel López Obrador.
Pero el pueblo pobre es poderoso cuando se organiza y toma sus destino en sus manos. Que tiemblen todos los Omar Fayad de México, Antorcha conduce a los ofendidos de este gran país a la victoria de sus intereses más hondos y legítimos, lo cual conseguirá más pronto de lo que se imaginan sus verdugos actuales. El juntar firmas para exigir la salida de Fayad Meneses, enemigo público número uno del noble pueblo de su estado, continúa a tambor batiente, en avalancha de firmas por todo el estado de Hidalgo.
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