Chiapas es la entidad más pobre de todo México. El número de personas en situación de pobreza pasó de cuatro millones 113 mil 950 a cuatro millones 174 mil 596, o sea, entre el 2016 y el 2019, 60 mil 646 se sumaron a la estadísticas de pobreza. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), ocho de cada 10 chiapanecos viven con carencias de diverso tipo. Los datos dicen que el 46.7% se encuentran en pobreza "moderada", mientras que el 29.7% en pobreza extrema. Los indicadores de carencia social reflejan que el 29.2% de los chiapanecos tienen rezago educativo, el 17.6% no tienen acceso a los servicios de la salud (y los que sí lo tienen, no cuentan con el servicio adecuado), el 83.6% no tienen seguridad social, el 22.3% sufren pobreza alimentaria, el 23.6% no cuentan con vivienda y el 57.1% no tienen acceso a los servicios básicos como el agua potable, luz eléctrica, etc.
La misma institución declara que las políticas públicas de desarrollo social no han tenido impacto significativo en el combate a la pobreza. A pesar de que en el estado han gobernado partidos de todos los colores y todos han lanzado campañas para reducir la pobreza, ninguno ha tenido éxito; el actual gobierno local justifica esta falta de resultados a la "corrupción". Pero a 10 meses de que MORENA asumiera la gubernatura, la situación de pobreza sigue igual y crece. El gobernador Rutilio Escandón, en su discurso de toma de protesta, puso fe y esperanza en que el Tren Maya y la plantación de árboles serían los grandes proyectos que detonarían y reactivarían la economía chiapaneca, cosa que no ha pasado; al contario, ambos proyectos son un peligro para nuestras selvas, bosques y pueblos indígenas según aseguran varios especialistas en el tema.
Además, en aras de la austeridad republicana, fueron despedidos más de nueve mil trabajadores del gobierno, que se suman al ya de por sí gran número de desempleados. La desaparición de programas sociales que representaban un ingreso seguro para las amas de casa, campesinos y estudiantes; no existen más. En los hospitales y clínicas sigue el desabasto de medicamento; no hay obras sociales y acceso a los servicios básicos. La enumeración de las acciones que en nada ayudan a combatir la pobreza y que, al contrario, hacen que crezca, podría seguir, pero el punto queda demostrado: no hay combate a la pobreza.
Sin embargo, a pesar de este panorama nada favorable y sombrío para los chiapanecos, en el estado existe un centenar de organizaciones sociales que están aglutinando y organizando a las masas trabajadoras. Una de ellas, la más exitosa, es el Movimiento Antorchista Nacional, organización social que desde su llegada a tierras chiapanecas en el año 1983, no ha hecho más que organizar, educar y politizar a las masas populares, encabezando demandas de obras y servicios de pueblos, regularización de colonias y construcción de escuelas.
Entre los éxitos logrados hasta el momento se encuentran la formación de colonias en Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo y Coita; la creación de albergues estudiantiles y culturales, como el recién inaugurado en Tapachula, que alberga a hijos de campesinos y obreros que quieran continuar sus estudios, aunque también los hay en San Cristóbal de las Casas y otros municipios. Otros logros de Antorcha son los apoyos para los campesinos, como los recién ganados en Huixtl; apoyo y fomento al deporte y la cultura con la creación de grupos culturales, gracias a los cuales se ha podido consolidar el Ballet Estatal de Antorcha, formado por jóvenes entusiasta, hijos de obreros y campesinos que embellecen cada evento de nuestra organización, además de que han sido ganadores de concursos nacionales. Esto y mucho más es el fruto de la unión, la fraternidad y la lucha que, por 45 años, nos ha enseñado nuestro guía, el Ing. Aquiles Córdova Morán.
Así pues, Antorcha sí ha contribuido y luchado por acabar con la pobreza en nuestro estado y en el país. El camino ha sido largo y difícil, pero los resultados y hechos ahí están, a la vista de todos. En este tenor, miles de chiapanecos se han unido a nuestras filas porque ven que sólo Antorcha representa sus intereses y ven en ella una salida a los graves problemas de marginación en que viven. Haciendo uso de su derecho –pues el Artículo 9º de nuestra Constitución nos da a todos los mexicanos la libertad de asociarnos con la organización o partido político que más represente nuestros intereses– se suman a Antorcha e invitan a sus vecinos, amigos y familiares para que también lo hagan.
Por eso es una violación flagrante que el Gobierno Federal, en contubernio con el estatal, hayan negado el uso del estadio "Víctor Manuel Reyna", que sería sede del tercer evento multitudinario para celebrar los 45 años de logros y lucha del Movimiento Antorchista. ¿Dónde queda, pues, el Estado de Derecho?, ¿por qué tajantemente se viola nuestro derecho a la reunión pacifica?, ¿por qué tanto ataque y calumnias, desde las esferas más altas del poder, hacia el Movimiento Antorchista? La respuesta es obvia, porque sólo Antorcha ha encabezado verdaderamente las grandes inconformidades sociales, solo Antorcha ha educado y politizado al pueblo, la que le ha enseñado que los gobiernos en turno no van a acabar con la pobreza del país; la que le ha abierto los ojos y la ha hecho consciete de que solo él, el pueblo, puede cambiar de raiz la injusta realidad en la que vive, pero que para ello es necesario que se organice en un partido y pelee el poder político del país.
La cancelación de nuestro evento de aniversario en Chiapas solo muestra, una vez más, que la 4T no combate la desigualdad social como tanto pregonó en campaña, pues sólo se ha dedicado a atacar y a perseguir a sus adversarios políticos. Pero nuestro movimiento, lejos de sentirse ultrajado y en peligro de extinción, se fortalece día a día. Los pobres de México sabemos que Antorcha es la única luz que le queda al país, pero que es necesario organizarse y luchar por una patria más justa.
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