Todo ha sido tan rápido, ya pasó la etapa de precampañas para conquistar al mayor número de votantes y que éstos crean en cada uno de los aspirantes del poder y elijan a quien mejor los haya engañado.
Porque es ingenuo que llegue un verdadero cambio social con las elecciones de julio de 2018 que se avecinan, y menos cuando ya esté elegido quien nos representará como Presidente de la República, sea del partido que sea, porque es sabido que el Estado mueve sus piezas a donde mejor se acomoden y por lo tanto, esperar una jornada limpia y un resultado igual no es razonable.
Todos los personajes –nos debe quedar claro- que obtengan un cargo de elección popular por limpio que parezca son servidores del sistema y del Estado y viejos lobos de mar en la política y la clase mercenaria que se encuentra en el poder, por eso ellos mueven piezas a su antojo para que se garantice un buen gobierno por supuesto, un gobierno que haga oídos sordos a las demandas sociales por ejemplo, que sólo favorezca a la clase pudiente y que brinde pleitesía a sus jefes, o sea los que mantienen el poder económico en sus manos, que son los que verdaderamente mandan en el país, y a sus marionetas que serán elegidos próximamente.
El próximo mes de julio se elegirá al nuevo Presidente de la República, y a toda una serie de funcionarios que con él arriban a ocupar los puestos públicos y en nueve entidades federativas se elegirá gobernador y presidentes municipales. Para esto vemos como algunos se desgarran las vestiduras y otros se avientan con lodo, se sacan sus trapitos al sol y dejan en claro lo corruptos que son la mayoría, aunque traten de aparentar otra cosa para engañar la conciencia de los mexicanos.
No es de sorprendernos que en este sucio juego de intereses se ponen en la balanza las conveniencias, y hoy vemos cómo partidos que supuestamente son alas contrarias se volvieron amigos repentinamente e inseparables, poniendo por delante sus intereses, porque lo que les importa es ganar votos y triunfar en la contienda, por ejemplo el Partido de la Revolución Democrática que se alió con Acción Nacional, Morena que se dice de izquierda y luchador acérrimo contra la corrupción, pero con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza se ha dedicado a ungir con su manto sagrado a los más corruptos y a integrarlos a su partido prometiéndoles altos puestos, al parecer ser que entre más corrupto seas en este partido te podrán acomodar mejor, por ejemplo, el flamante ex líder de los mineros Napoleón Gómez Urrutia quien fue acusado por malversación de un fideicomiso sindical de 55 millones de dólares, razón por la que se autoexilió en Canadá, y a pesar de que en 2014 la Policía Internacional Criminal (Interpol) emitió una ficha roja por fraude cometido en contra de los trabajadores mineros, el mismo año fue cancelada la última orden de aprehensión vigente por parte del Cuarto Tribual Colegiado en Materia Penal.
Ahora regresa con el mayor de los cinismos y es acogido en el santo seno de Obrador y como pago a su "brillante lucha en favor de los trabajadores", se le paga con la colocación en el número 6 de la lista de candidatos plurinominales por Morena a senador.
Otra fichita ungida es Nestora Salgado, propuesta de Obrador para ser candidata al Senado, a pesar de que pesan sobre ella denuncias interpuestas por los vecinos del municipio de Olinalá por secuestrar a varias personas; hechos por lo que estuvo detenida por la Marina y a casi dos años y medio de arresto fue liberada de un penal femenil en la Ciudad de México.
Así las cosas, con candidatos que se están valiendo de todas las armas a su alcance aunque estás estén muy percudidas para echar abajo a su contrincante y resultar a toda costa ganador de una contienda que ya parece perdida para todos los mexicanos, porque no esperemos que la cosas cambien, no, el cambio verdadero no está en los partidos ni en los "mesías" del hoy, que en sus discursos ni siquiera mencionan a los verdaderos problemas del país, sino que se van por la ramas, cuando todos sabemos que el verdadero problema radica en el modelo económico injusto implementado en gran parte del mundo, este modelo que ha traído consigo una concentración de la riqueza desmedida y que los pobres se multipliquen y hoy asciendan a cien millones de mexicanos que viven en la marginación, olvidados de las autoridades, a pesar de que en época electoral prometieron hasta las perlas de la virgen y se tomaron la foto con la anciana y el niño sucio comprometiéndose a un cambio que nunca llegó.
Que toda esta nueva campaña nos sirve de ejemplo para cambiar nuestra mentalidad y urgir en la necesidad de un verdadero cambio, un cambio que sólo podrá gestarse en las entrañas del propio pueblo, el pueblo representado por el Movimiento Antorchista que ya tienen 44 años existiendo y que en todo este tiempo ha demostrado ser la única organización social que se preocupa por el bienestar del pueblo pobre de México, y que ha analizado los verdaderos problemas y sin tapujos los menciona y pone el dedo en la llaga para atacarlos, por eso, a través de un profundo estudio se han dado cuenta que lo que se necesita en el poder de manera urgente es que todos los mexicanos en edad de trabajar tengan un empleo digno, con salarios justos que alcancen para satisfacer las necesidades familiares de alimentación, educación vestido y hasta recreación o sea un salario de 450 o 600 pesos diarios no el salario de hambre que pagan a la mayoría de los mexicanos, que los que más ganen paguen más impuestos y que el gasto social de distribuya de manera más equitativa.
Hoy es necesario razonar no sólo el , sino poner a trabajar nuestra conciencia e inteligencia, porque el cambio verdadero se acerca y todos tenemos que ser partícipes de éste apoyando y siendo parte de la única organización que sacará al país del atolladero, y este es el Movimiento Antorchista, la organización de los pobres de México.
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