MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Morena y el 45 Aniversario antorchista, la comparación necesaria

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Indefendible resulta asegurar, a estas alturas, que los integrantes de Morena representan una nueva clase política. ¿Pruebas? Basta con advertir el proceso interno que vive en estos días el morenismo para renovar su dirigencia nacional. ¿Es un proceso armonioso y democrático? No. Es la clásica rapiña política electorera, repleta de zancadillas y carroñeo de posiciones; presuntos desvíos de recursos públicos para campañas personales, pactos, traiciones, en fin, una chocarrera pugna por un "hueso que roer". Esto tiene estrecha relación con aquella adhesión espontánea de actores políticos de todas las tonalidades (incluida la extrema derecha) a su nuevo partido; sólo a título de ejemplo, poco más del 75% de los candidatos al Senado en 2018 fueron exmilitantes de otros partidos. La admisión de este oportunismo fue coyuntural, en aquel momento para que AMLO afianzara su ventaja a cambio de que aquellos mantuvieran a flote su carrera política. Es importante subrayar este carácter electoral, pues por más que en el discurso patoso de AMLO quiera aparentar una revolución en marcha, su tropel de colaboradores tienen en mente solo una meta: su propia carrera política.

En consonancia, varios especialistas advierten que la instrumentación de las tarjetas asistenciales tiene una nítida e ineludible inclinación a la manipulación electoral. Antorcha ha sostenido que este asistencialismo no sólo no combate la pobreza, sino que también deja una secuela negativa en la consciencia de la gente "beneficiaria", a saber, el conformismo y su consecuente inmovilidad política. En esta misma orientación se encuentra la saña del presidente por desprestigiar e, incluso, intimidar a las organizaciones políticas y asociaciones civiles; promociona la participación política individual, sin aclarar que esta manera de proceder, en política, profundiza la irresolución de los grandes problemas del país.

Y si decimos que Morena no tiene como propósito fundamental la concienciación política de las masas, también debemos apuntar que el discurso amorfo del presidente y su mazacote ideológico, lejos de ser claro, confunde más a la clase trabajadora. Luego de oír sus &039;mañaneras&039; el pueblo mexicano no aprende nada nuevo, porque las peroratas del morenista, además de imprecisas (en materia económica, por ejemplo), se reducen a ataques a sus enemigos políticos o justificaciones de su ineficacia como gobierno; ítem, un estudio de la empresa Fact Checking realizó un muestreo de 92 frases del presidente escogidas aleatoriamente (desde diciembre de 2018 hasta mayo de 2019) y encontró que 28 frases fueron falsas (30.5%) y 24 engañosas (26%); nuestro presidente no es un practicante irrestricto de la verdad.

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Y para redondear, una palabra que define, hasta ahora, a la administración federal: austeridad. Esta práctica de ahorro del gasto público no redunda en una mejora de la vida de la gente; por el contrario, el recorte del presupuesto a los servicios de salud -traducido en falta de medicinas y suspensión de tratamientos-, el cierre definitivo de guarderías, comedores comunitarios y casas refugio para mujeres violentadas, la reducción del presupuesto para investigación científica y apoyo cultural, y un largo etcétera apuntan a un solo objetivo: reforzar la bolsa para repartir dinero en tarjetas; es decir, todo este sufrimiento y carencia que padece la población se explica por la prioridad a los intereses electorales del partido gobernante.

En contraste, el Movimiento Antorchista nació con otro objetivo más loable y con una visión histórica más amplia, que las clases no privilegiadas se conviertan en protagonistas en política mediante una acción consciente y organizada; y, con ello, no ser utilizados solamente como carnada en tiempos electorales. Los grupos antorchistas son creados para exhortar a que la gente actúe en bloque y no de forma individual, o sea, fomentar la solidaridad para que los políticos hagan su trabajo y así generar servicios públicos, vivienda, escuelas, caminos y una lista larga de obra pública, y que hoy da testimonio fehaciente, a quien le quepa duda, de nuestra labor. Es importante subrayar que ello se hace sin la condición de que seamos gobierno; en pocas palabras, el antorchismo inclina la balanza de la política en favor de los sectores no privilegiados todos los días del año, sea o no tiempo electoral.

Aunado a ello, en las asambleas, conferencias, pláticas y lecturas de artículos explicamos a detalle la realidad del país y del mundo. Defendemos las posturas política que más convienen a la clase trabajadora. Tan sustancial es como nuestra titánica labor cultural y deportiva. Los magnos encuentros antorchistas de teatro, danza, poesía, canto y música son coronados anualmente por las Espartaqueadas; en ellas fomentamos la participación de decenas de miles de personas de escasos recursos para realizar arte y deporte. Por si fuera poco, anualmente, realizamos la Espartaqueada de Matemáticas, con el firme propósito de impulsar esta ciencia de forma masiva. ¿Qué partido político o asociación civil organiza, sin tener presupuesto público, actos de tales magnitudes? Tenemos claro que la práctica del deporte y arte abre la mente a los marginados de la política, les abre sus perspectivas y les fomenta la inteligencia. Los cambios verdaderos requieren ser conducidos por gente consciente y no por la espontaneidad.

De este modo, los antorchistas nos hemos congregado en eventos multitudinarios en grandes foros del país para celebrar 45 años de existencia y para dar evidencia de esta afirmación: somos una fuerza política organizada y politizada. En estas concentraciones masivas presenciamos actos culturales de música y folclor de alta talla artística; y el eje de la reunión es el discurso de Aquiles Córdova Morán que es, hoy por hoy, el intelectual más consecuente, luchador de toda la vida e incansable educador de las masas; cualquier amante de la cultura y de la elocuencia no puede negar que sus intervenciones públicas son auténticos despliegues de razonamientos pulcros y certeros, todo con la diáfana intención de elevar culturalmente a los organizados en Antorcha.

El próximo evento se realizará en Puebla, Puebla, el próximo 10 de noviembre. Acontecimiento emblemático, pues será organizado por los estados donde el antorchismo echó raíz por vez primera en México. Los festejos de aniversario confirman, además, que es una mentira que el antorchismo es cúmulo de arribistas que viven del erario -como sí hacen varios políticos electoreros, incluidos los de Morena. Magnánimos hoy podemos proclamar: el antorchismo nacional no desapareció, permanece y se consolida, como la única opción que salvará a México de la barbarie.

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