La inseguridad se ha desbordado hoy en día en todo el país, y en la Ciudad de México ésta ha rebasado por completo a las autoridades. Para colmo de males, los elementos integrantes de corporaciones policiacas son pagados, situación que todavía vuelve más difícil el combate a la inseguridad.
Siete meses han transcurrido desde que llegara a la presidencia de la república, Andrés Manuel López Obrador, y en este lapso de tiempo se ha descontrolado la pobreza y las necesidades de miles de mexicanos que habitan los 32 estados de la república y por supuesto, la inconformidad va en aumento, porque cada día este gobierno se descara con sus políticas antipopulares porque queda claro que a él no le interesa el bienestar de los más pobres, aquellos a los que engañó para que le dieran su voto, haciéndoles creer que llegando al poder todo cambiaría. Las cosas van de mal en peor, así que ese cambio dista mucho de poderse materializar.
La inseguridad y violencia son otros de los grandes problemas que sufren muchos de los estados de la república como: la Ciudad de México, Michoacán, Tamaulipas y Veracruz, en mayor medida.
Especialmente en la Ciudad de México la inseguridad se está volviendo más complicada, a pesar de que en campaña la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum prometió que se tomarían cartas en el asunto para que ésta disminuyera considerablemente, y, hasta hoy por lo visto esa estrategia de la que hablaba trata de echarle la culpa a los demás gobiernos de su fracaso constante, para salir bien librada, siendo que ella y gran parte de su gabinete formaron parte de esos gobiernos anteriores. Por lo visto ahora Sheinbaum sufre de una profunda amnesia. Es el momento de aceptar culpas y poner soluciones, la Ciudad de México se hunde poco a poco en la inseguridad.
Al inicio de la administración de Sheinbaum se vivió una crisis en materia de seguridad con los alarmantes casos de mujeres que intentaban secuestrar en los alrededores del Metro. En aquellos momentos impactó la ausencia de respuesta por parte de la autoridad capitalina, que transitó entre negar los hechos, después decir que no había denuncias hasta todo tipo de pretextos pero que jamás presentó una visión de cómo afrontar el problema.
Posteriormente en la capital se desataron los robos, los secuestros y los homicidios. En homicidios dolosos, por ejemplo, la cifra en los primeros dos meses de Sheinbaum fue de 323 víctimas, un incremento de 93% respecto del periodo comparable, diciembre de 2017 y enero de 2018, cuando hubo 167. Lo mismo sucede con las extorsiones, en las que el aumento fue de 109%, y con los secuestros, en los que fue de 233%, asaltos incluso en restaurantes, robo a casa habitación y todo ante una ausencia absoluta de la autoridad.
Entre la incapacidad para contener al menos la problemática la mandataria Claudia Sheinbaum, ni siquiera atina a dar alguna explicación a sus electores. Cuando se atreve a responder, lo hace con miedo. Siguiendo el ejemplo del presidente se dedica a culpar a las administraciones anteriores, sin ubicar que la mayoría de quienes encabezaron espacios de responsabilidad en la Ciudad de México en los últimos años hoy forman parte de su mismo proyecto político.
Parece que la intención de la Jefa de Gobierno es la de dibujar una ciudad de ensueño hasta la administración de Ebrard y un caos a partir de la administración de Mancera, pero muchos funcionarios de su administración actual, empezando por el segundo puesto en relevancia, la Secretaría de Gobierno, tuvieron cargo también en la administración de Mancera.
Es en ese escenario que, en una Ciudad donde el secuestro ha incrementado en un 400% durante unos cuantos meses de su administración, se presentó el secuestro de Norberto Ronquillo, estudiante de 22 años a unas horas de recibir su título de licenciatura en la Universidad del Pedregal y el cual fue, posteriormente, brutalmente asesinado pese al pago de rescate por parte de sus familiares. Mientras se vivía esta crisis en la Ciudad de México y sin que podamos saber aún si en esos momentos Norberto aún estaba con vida, aunque todo parece indicar que ya había sido asesinado, Claudia Sheinbaum acudió al llamado de su jefe para fortalecer el mitin / festejo en Tijuana.
Lo peor se dio en el evento en la Alcaldía GAM donde el presidente aprovechó para echar porras a la Jefa de Gobierno y reiterarle que no está sola. Aquí, el presidente afiló sus baterías contra quienes han sido críticos a la actuación de la autoridad y dio un espaldarazo a una mala administración. El aplauso a la ineficiencia y la ineficacia y el abandono a los gobernados.
Ya es hora de que Claudia Sheinbaum demuestre que el puesto no le quedó grande y que solucione el problema de la inseguridad que está hundiendo a la capital del país. Debe Recuerde que la paciencia de los capitalinos está llegando a su límite, así que póngase a trabajar.
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