En la antigüedad, los jefes gentilicios (cuando la humanidad se organizaba en gens) gozaban del respeto espontáneo y universal de su tribu, por su valor, honradez, sabiduría y trabajo. Esos tiempos se terminaron con la división de la sociedad en dos clases antagónicas, donde la clase económicamente poderosa es la que verdaderamente elige a los gobernantes para defender sus intereses y no los de la sociedad en general.
Desde que surgió la propiedad privada y la sociedad se dividió entre los que son dueños de los medios de producción y los que tienen que trabajar para esos dueños —de los instrumentos de trabajo, de las tierras y todos los recursos materiales para la producción social—, se ha mantenido hasta la época actual.
En México, la clase política y nuestros gobernantes desde hace muchos años no gozan de credibilidad, pero en últimos años, a partir de que llegó al poder la 4T, han hecho de la mentira su forma de gobernar.
En México, la clase política y nuestros gobernantes desde hace muchos años no gozan de credibilidad, pero en estos últimos años, a partir de que llegó al poder la 4T, han hecho de la mentira su forma de gobernar.
Desde el sexenio pasado se nos prometió un sistema de salud desarrollado, de primer mundo, y lo que hemos obtenido son sólo mentiras: los hospitales públicos se están cayendo por falta de mantenimiento y hay desabasto escandaloso de medicamentos, lo que generó millones de recetas sin surtir.
Para “solucionar” esa situación, el gobierno creó desde fines de 2023 el proyecto de la “Megafarmacia”, anunciada con bombo y platillo y, claro, los funcionarios no olvidaron echar la culpa del desastre a la tan trillada corrupción que dicen combatir.

Desde su inauguración, la “Megafarmacia” nunca tuvo éxito para terminar con el desabasto de medicamentos. Para enero de 2024 había recibido 12 mil 541 llamadas de gente desesperada solicitando medicamentos ante el desabasto nacional que afecta a toda la población mexicana, pero sólo surtió a 67 personas.
Para principios de mayo de 2024, su número de recetas surtidas subió a 341 en cuatro meses de operación, lo que representó que surtía apenas 2.7 prescripciones diarias en promedio. Hasta julio de 2024 la “Megafarmacia” surtió sólo mil 155 recetas a nivel nacional, es decir, seis recetas diarias en promedio.
En octubre de 2024, la administración actual presentó una estrategia para la compra de medicamentos que involucra a distintas dependencias. En marzo de 2025 el subsecretario de Salud reconoció posibles indicios de corrupción en la megacompra, al obtener medicamentos con sobreprecio por casi 13 millones de pesos (¿no que se había terminado la corrupción?) y, según el documento donde se establece la “estrategia” —señala el periódico El Universal, en su edición del 26 de octubre—, todo lo adquirido quedó en un bodegón vacío.

Si de educación hablamos, las cosas no están mejor. El secretario de Educación, Mario Delgado Castillo, aseguró que la prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes) no es una prueba útil para medir el nivel de aprovechamiento en México, ya que es una prueba ajena a nuestro sistema educativo.
Resulta que ocho de cada diez alumnos de tercero de secundaria presentaron deficiencias en los campos formativos de saberes y pensamiento científico, y los expertos en educación destacan que los bajos aprendizajes terminan por desmotivar a los estudiantes, por lo que en muchas ocasiones acaban por dejar las aulas.
En el ciclo 2024-2025, casi un millón de estudiantes abandonaron los estudios en los diferentes niveles educativos, a pesar de que las becas “Benito Juárez” se incrementaron en 64 %.
Por otro lado, se anunció como gran logro la creación de 203 “Universidades del Bienestar” que ayudarían a absorber a los estudiantes que no encuentran espacio para continuar sus estudios en las escuelas y universidades como la UNAM, el IPN, etcétera, pero resulta que esas “Universidades del Bienestar” carecen de instalaciones y, al revisar su funcionamiento, se ha detectado que no cumplen con los requerimientos de una universidad: no tienen laboratorios ni realizan prácticas, y existe total opacidad en cuanto al recurso destinado a este proyecto.

Un tema muy preocupante y actual es la inseguridad. Desde el 1 de enero pasado y hasta la fecha han desaparecido, en promedio, 40 personas al día, con lo que México ya rebasó las 130 mil personas desaparecidas.
En lo que va del sexenio ya son diez los presidentes municipales asesinados. De acuerdo con datos del Inegi, 23.1 millones de personas mayores de dieciocho años fueron víctimas de algún delito. Mientras, el gobierno habla de estrategias de seguridad y de la disminución de los delitos.
Podría seguir enumerando ejemplos sobre cómo se ha hecho de la mentira una forma de tranquilizar al pueblo; sólo busco inquietarlos y ponerlos a dudar sobre lo que circula en los medios de comunicación y en la versión oficial.
Los invito a analizar los fenómenos e ir a fondo en todo lo que vemos y leemos, incluida mi opinión; es necesario que los mexicanos abramos los ojos para ver objetivamente la realidad, para que podamos sentir indignación ante tan descarada manipulación y no permitamos más mentiras. Porque sólo sabiendo la verdad podremos actuar sobre ella y cambiarla a nuestro favor, y que, cuando esto ocurra, no sea demasiado tarde.
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