MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La ayuda perversa del Presidente

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Las ayudas económicas gubernamentales –decisiones políticas que disponen de dinero público– son perversas si no tienen por objeto resolver un problema público, si no de todos los habitantes de un país sí de un lugar o sector en específico que exige la atención del gobierno.

En México, la implementación de políticas públicas es relativamente reciente, lo que no quiere decir, que su novatez le haya hecho tomar siempre malas decisiones al respecto. No obstante, en el Nuevo Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) los problemas políticos de los partidos se hacen pasar por problemas públicos a costa del dinero público, y el final no puede ser optimista para ningún mexicano ni para la salud política de los partidos.

Los estudiosos de las políticas públicas proponen cinco etapas para su análisis y desarrollo: posicionar una situación en la agenda gubernamental, definición del problema, diseño, implementación y evaluación; pasos que el Nuevo Gobierno de mayoría morenista ha ignorado en varios, si no es que en todos, los programas asistenciales implementados, entre los que se encuentra la beca "Benito Juárez" en sustitución de "Prospera".

"Prospera" fue un programa de asistencia social gubernamental orientado hacia los hogares en pobreza y pobreza extrema. El apoyo familiar tenía por objeto incidir en tres aspectos: mejorar la nutrición de los niños, brindar atención médica e invertir en educación por estudiante para evitar la deserción escolar y, de esta manera, disminuir la pobreza. La entrega se realizaba de mano de los funcionarios de la entonces Secretaría de Desarrollo Social a los y las jefes de familia por cada niño o joven considerado que lo necesitaba y no a través de "organizaciones intermediarias" como hoy sostiene el presidente de la república. Una vez entregada la ayuda, el programa exigía cumplir con citas periódicas a centros y casas de salud u hospitales para garantizar que estaba mejorando la nutrición de los infantes al tiempo que prevenían enfermedades. Los padres estaban obligados a entregar a la dependencia la boleta de calificaciones de los estudiantes para comprobar que el recurso se destinaba al uso adecuado.}

Con la llegada de López Obrador, tras una intensa campaña en contra de varios programas sociales se dio muerte a "Prospera" y a otros más. El argumento presidencial: servían para desfalcar al Estado y permitían la corrupción. Sobre "Prospera" (un programa que ha mutado de nombre cada sexenio) se dijo que los padrones estaban alterados y había inscritos que no existían. Muy probablemente llegó a ocurrir eso, pero nunca se aceptó que el programa había cumplido sus objetivos. La Auditoría Superior de la Federación informó que con "Prospera" se dieron becas a más de cuatro millones 680 mil estudiantes de educación básica, así como a un millón 153 mil alumnos de nivel medio superior, y más del 90 por ciento tuvieron una asistencia regular a clases. Pero no sólo eso, Susan Parker, evaluadora del programa e investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas, aseguró que el programa aumentó el grado de permanencia en la escuela y el ingreso monetario de las familias. Así pues, "Prospera" cumplió con su objetivo de ayudar a esos sectores marginados, si hubo padrones alterados debió revisarse su implementación, pero no eliminarlo sin argumentos sólidos y suficientes ni propiciar el empobrecimiento acelerado de las familias y la deserción escolar.

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En lugar de "Prospera" nació la beca "Benito Juárez", programa que asigna a los padres de familia un solo apoyo de 800 pesos mensuales sin considerar el número de estudiantes necesitados por hogar. Asimismo, ahora pueden recibirlo sin mediación de los padres los jóvenes de preparatoria y universidad. Esta nueva iniciativa, que carece de reglas de operación y objetivo preciso y, por tanto, que no exige revisión periódica, no sólo redujo el número de beneficiarios menores, ahora se entrega sin control riguroso –en algunos lugares, a un año de gobierno de AMLO, es la hora en que no han llegado– a jóvenes, la utilicen o no adecuadamente, que ya sufragan o que en un año o año y medio estarán en posibilidades legales de votar.

El presidente aseguró en su recién estrenado libro Hacia una economía moral: "los programas sociales de los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón –léase en secuencia Solidaridad, Progresa, Oportunidades y Prospera– han sido meros paliativos para la pobreza, cuando no mecanismos perversos de control y manipulación con fines electorales" (Cáp. II, pág. 51).

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2011), estos programas deben aplicarse con reglas de operación claras y deben de ser condicionados a objetivos bien definidos; es decir, si se destinan recursos a la educación se deben idear mecanismos de revisión para su puntual cumplimiento. Y agrega: "la efectividad de estos programas depende, en gran medida, de la presencia de sólidos sistemas universales de salud y educación, así como de una economía dinámica que logre generar de manera sostenida empleos de calidad".

Lo que nadie advierte es que ningún programa de transferencia monetaria directa ha sacado de la pobreza a nadie en ningún país del mundo. Las becas a la educación y todos los demás programas no resolverán el problema de la pobreza, pues todos comparten el defecto congénito de las políticas anteriores: no atacar verdaderamente las causas de la pobreza; no existe una economía en crecimiento que genere un ambiente de prosperidad para los mexicanos ni se generan empleos. Por lo que los programas del Gobierno de la también llamada 4T no sólo son continuidad de los gobiernos de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, sino una mala copia.

Aún no existen datos que corroboren que el programa del presidente es mejor que el de las administraciones pasadas, pero, de acuerdo con la definición del propio presidente, si este programa no tiene por objeto principal paliar la pobreza, como los anteriores; entonces, estamos ante un programa perverso de compra de conciencia de millones de jóvenes con posibilidades de votar en la próxima elección intermedia a costa del dinero de todos los mexicanos.

¿Qué le hace pensar al presidente que en su gobierno todo será distinto procediendo de la misma forma de antaño, aun cuando en su discurso diga una cosa y en su libro otra?


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