MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Joseph Stiglitz y el populismo

image

Hace unos días, El Universal publicó una entrevista a Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, bajo el título "No es malo el populismo". Algunos de los conceptos manejados por el entrevistado me parecen importantes y, por eso, quiero compartirlos a través de este escrito.

El economista norteamericano explica dos formas de entender el populismo: la primera "tiene que ver cuando en búsqueda de apoyo, se hacen promesas vacías" y ejemplifica con la corriente política de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos. "Cuando Trump dice que va a llevar de regreso los empleos manufactureros a Estados Unidos, sabemos que eso no va a ocurrir. Eso es populismo, en su peor faceta...Su preocupación (de Stiglitz) respecto al populismo tiene que ver cuando en aras de obtener el apoyo popular, se hacen promesas vacías atacando los fundamentos de la verdad". Y añade que es preocupante que parte de la población no tiene el nivel de educación como para darse cuenta qué es verdad y qué es mentira.

Luego, a la pregunta de "¿por qué Trump triunfó en las elecciones pasadas de Estados Unidos?, Stiglitz responde: "el desempeño de otras administraciones, incluyendo la del expresidente Barack Obama, habría tenido que ver con la victoria inesperada del magnate y estrella de reality shows. La victoria de Trump en las elecciones de noviembre pasado no habría sido posible de no ser por la gran cantidad de estadounidenses que se convirtieron en los grandes perdedores de la crisis financiera mundial desatada en octubre de 2008, por una burbuja hipotecaria".

Según algunas estimaciones, del 2008 al 2012 casi 10 millones de familias norteamericanas habían perdido sus viviendas.

Continúa Stiglitz: "La crisis de 2008-2009 amplificó todas esas preocupaciones y de repente tenías a millones de estadounidenses perdiendo sus casas (...) el malestar popular subió de proporción cuando el gobierno respaldó a los banqueros, quienes no dejaron de recibir compensaciones millonarias. Ni uno de los banqueros fue a dar a la cárcel, mientras la gente fue despojada de su casa y perdió su empleo. Por eso no sorprende que haya ese nivel de enojo", señala.

Obama dijo después que había que agradecer que se resolvió la crisis, recuerda y la respuesta de esta sociedad irritada fue "¿cuál recuperación?". Los ingresos no aumentaron, no había trabajo, lo que se tradujo en una completa pérdida de confianza en el gobierno.

"Cuando Obama dejó la Presidencia, ¿ante quien fue a dar un discurso? A los banqueros que fueron rescatados y a quienes no se les fijaron condiciones después de la crisis ni se les fincaron responsabilidades", destaca Stiglitz.

"Eso da una idea de por qué hay una sociedad enojada y Donald Trump capitalizó ese enojo", explica.

En ese punto lo más fácil para el ahora presidente estadounidense fue culpar de todo a los extranjeros, haciendo ver como enemigos de la grandeza estadounidense a China, Alemania y -como es bien sabido- a México.

¡He aquí, lo que sucedió en Estados Unidos explicado por un notable intelectual norteamericano! No fue la injerencia de Rusia ni la presencia de inmigrantes mexicanos o extranjeros la causa de la crisis económica y política de Estados Unidos, eso es una falacia, un engaño. La causa de la crisis económica de nuestro vecino del Norte es la aplicación de una política que privilegia a los capitalistas, permitiéndoles acumular grandes riquezas y explotar inmisericordemente a los trabajadores.

Pero, ¿por qué Trump no dice la verdad si es economista egresado de la Universidad de Pensilvania? Porque Donald Trump es parte de la clase poderosa, su empresa familiar "Elizabeth Trump and Son" hoy rebautizada como "The Trump Organization" se dedica ¡fíjense ustedes! a la industria inmobiliaria; es decir, es de las empresas beneficiadas por el gobierno de Barack Obama. Según la revista Forbes, Trump tiene una riqueza de 4 mil 500 millones de dólares y según él su riqueza asciende a 10 mil millones de dólares.

Entonces cuando Trump promueve una política racista culpando a los inmigrantes de estar ocupando empleos que corresponden a los trabajadores norteamericanos está protegiendo a su clase social, a los magnates como él, verdaderos culpables de la crisis económica de Estados Unidos.

Ahora bien, ¿cuál es la solución a un problema como éste? Joseph Stiglitz avizora una posible respuesta a esta pregunta cuando explica la segunda interpretación del significado de populismo: "siempre y cuando se oriente a corregir carencias sociales, no debe ser una corriente política temida o aborrecida. Lo importante es prestar atención a las propuestas que presenten quienes aspiran a un cargo de elección popular, sobre todo en la medida en que éstas sean congruentes" con la realidad y beneficien al pueblo trabajador en los hechos. Entendido así, ¡no es malo el populismo!

  • Etiquetas:

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más