A tres años de gobierno del priista Omar Fayad Meneses, los hidalguenses no perciben los avances ni mucho menos ven remediar su situación de pobreza y marginación. El gobierno en aquella entidad no puede jactarse de que el pueblo no le exponga sus necesidades, pues de manera organizada -al menos quienes forman parte del Movimiento Antorchista-, en reiteradas ocasiones le han expuesto sus principales demandas, llevan incluso un plantón de más de 90 días sin que reciban soluciones.
En cambio, lo que, si reciben un día sí y otro también son amenazas y una andanada de ataques en medios, orquestado a todas luces desde la oficina del propio gobernador y su secretario de Gobierno, Simón Vargas. Resulta todavía más grave, porque no se han quedado en las amenazas, este fin de semana, un grupo de porros agredieron a antorchistas, quienes recababan firmas entre la ciudadanía, donde exponían sus inconformidades del gobierno de Fayad Meneses.
Y ante todo esto, ¿Qué es lo que piden los hidalguenses? Que los ha obligado a estar 94 días en plantón frente a Palacio de Gobierno. No son obras de lujo ni mucho menos inversiones millonarias, son pequeñas obras de drenaje, agua potable, luz eléctrica, programa de vivienda y apoyos a campesinos, quienes por años han vivido en la pobreza y sin la falta de servicios, de concretarse estos proyectos, puede mejorar su calidad de vida, en una zona donde abunda la pobreza y la desigualdad.
Y es que hay familias que por años han padecido la falta de agua potable, que, para poder acceder a ella, tienen que caminar por varias horas hasta llegar a un riachuelo, que, si bien les va, lo encuentran desbordándose de este vital líquido, pero cuando no, tienen que esperar a que llueva para poder adquirirlo, tal es el caso de los habitantes de la Huasteca.
Según la información de diversos indicadores, como el Coneval, el INEGI o los propios datos gubernamentales, la Huasteca hidalguense es aún una de las zonas con mayor índice de pobreza, ahí carecen de un hospital o clínica, ni se diga de un médico o medicinas, que les permita atenderse en lo inmediato, su salud pues, está a merced por decirlo así, de Dios.
Es inadmisible que en pleno siglo XXI, las personas no tengan un lugar dónde curarse, que sufran de las inclemencias del frío porque no tienen un techo seguro dónde cubrirse o que aún se alumbren con velas.
Pero la lucha que libran los hidalguenses es tan solo el reflejo de muchos gobiernos del país, quienes se niegan a atender las demandas de la gente. Situación que se ha agudizado en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, que empiezan a replicar la política de la negación de recursos para obra pública, porque aseguran, las familias están recibiendo una tarjeta. Lo que no entienden los gobiernos –Fayad en primer lugar-, es que una tarjeta no resuelve el problema de la pobreza.
Por todo esto, los antorchistas del país queremos dejar en claro que estamos con nuestros hermanos de clase, con nuestros compañeros hidalguenses y hoy más que nunca, aprovechando los foros donde realizaremos los festejos por los 45 años de lucha, alzaremos la voz, es tiempo del pueblo; urge un cambio en el modelo económico del país, y para ello se requiere de una organización sólida y comprometida con los pobres.
Compañeros hidalguenses, su lucha es justa y necesaria, por lo que hay que seguir firmes y unidos, porque el camino que han tomado millones de mexicanos de la mano del antorchismo es el correcto. Sí, ha sido complicado, pero no imposible; el saber que la mayoría, nuestros hermanos de clase nos lleva a reafirmar día con día nuestras convicciones, nuestros ideales, porque como diría nuestro querido maestro, el ingeniero Aquiles Córdova Morán "un mundo mejor es posible". Así que, adelante compañeros.
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