Como a todos los estados, también a Colima le llegó su hora. El pasado 15 de octubre, el Presidente electo visitó la capital del estado como parte de su gira de agradecimiento. Estuvo en Colima unas pocas horas, pero eso bastó para alimentar las esperanzas de sus seguidores y reiterar los ataques contra quienes considera sus enemigos. El itinerario que sigue Andrés Manuel en todos los estados que visita consiste en dos partes: primero se reúne con el gobernador de la entidad, en un afán de reconciliación con los mandatarios de otros partidos, y luego efectúa un mitin para repetir sus promesas de campaña y afirmar que él no nos va a fallar. En Colima, López Obrador primero se reunió con Ignacio Peralta, ambos expresaron muestras de cordialidad y entendimiento, y se dieron a conocer algunos proyectos para el estado; después, asistió a un mitin que tuvo lugar en el Parque de la Piedra Lisa. De los dos eventos quiero destacar algo.
Reunidos en el Palacio de Gobierno, el Gobernador le planteó al futuro presidente un reto: hacer de Colima el primer estado en erradicar la pobreza extrema. Por su parte, el tabasqueño manifestó que durante su sexenio los colimenses serán beneficiados con programas sociales por un monto anual de 2 mil 40 millones de pesos. Días después, Valeria Pérez Manzo, titular de la Secretaría de Desarrollo Social de Colima (Sedescol), afirmó con optimismo que sí es posible que para 2024 ya no exista la pobreza extrema en Colima. Ante las elevadas expectativas del gobierno estatal y federal, me reservo algunas dudas.
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), organismo encargado de medir la pobreza en el país, desde 2010 hasta 2016 (último dato con el que se cuenta) la cantidad de pobres en Colima no ha dejado de aumentar. En 2010 había 230 mil colimenses en situación de pobreza, de los cuales, 16 mil vivían en pobreza extrema. -Se dice que una persona está en pobreza extrema cuando sus ingresos económicos no son suficientes para alimentarse suficientemente bien; no le alcanza para quitarse el hambre ni siquiera gastando todo su dinero en comida-. Para 2016 se registraron 248 mil personas en pobreza y 19 mil en pobreza extrema. En 2016, pues, en el estado había 18 mil pobres más que en 2010, y 3 mil personas más en pobreza extrema. La pobreza, como se ve, no ha dejado de aumentar. Pero Colima no es un caso aislado, sino el reflejo de lo que ocurre a nivel nacional: de 2008 a 2016, los pobres en México pasamos de ser 49 a 53 millones.
El problema de la pobreza, pues, no es solo de Colima, sino de todo el país. La solución, por lo tanto, no puede ser estatal, sino que debe ser federal. Desde 1988 hasta la fecha, prácticamente todas las medidas del Gobierno de la República para acabar con la pobreza han consistido en darle dinero a la gente a través de programas sociales. Sí, los programas que va a implementar López Obrador fueron invención de Carlos Salinas. Pero esta vía de combate a la pobreza, que siguieron Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, ha demostrado su ineficacia, ya que, a pesar de las carretadas de dinero que se reparten entre los pobres, la pobreza sigue ganando víctimas. La solución a la pobreza en México, pues, no es dar más dinero a la gente. La solución es cambiar el modelo económico, el neoliberalismo.
El neoliberalismo se caracteriza básicamente porque el Estado se retira de la economía y deja que las grandes empresas la manejen a su antojo. También le llaman economía de mercado. En nuestro país este modelo empezó en los años ochenta, durante el sexenio de Miguel de la Madrid. Muchas empresas que antes eran propiedad del Estado pasaron a manos privadas, así, el Estado sacaba sus manos de la economía. La consecuencia inmediata fue que la cantidad de pobres empezó a aumentar -además de que ahora los pobres eran más pobres que antes- mientras que un puñado de ricos engrosó sus fortunas. Para que la gente se calmara un poco, el gobierno comenzó a aplicar los Programas de Transferencias Monetarias, conocidos como programas sociales. Estos programas no iban a sacar a nadie de pobre, pero al menos cumplirían la función de apaciguar los ánimos populares. Así hemos estado durante los últimos treinta años. Por eso, aunque quisiera, Ignacio Peralta no podría acabar con la pobreza extrema en Colima; necesita, a fuerza, que el Gobierno de Andrés Manuel cambie el modelo neoliberal por otro más justo.
En honor a la verdad, hay que decir que López Obrador sí ha expresado opiniones críticas acerca del neoliberalismo, e incluso ha dicho que su gobierno va a cambiar la política económica del país. No queda claro, sin embargo, cómo lo hará. Hasta ahora, lo único que sabemos es que el nuevo gobierno repartirá más dinero que los gobiernos anteriores. Pero esto, si bien ayudará momentáneamente los bolsillos de la gente, no combatirá efectivamente a la pobreza. Así las cosas, no veo cómo el gobierno estatal y el gobierno federal puedan levantar pronto bandera blanca en pobreza extrema en Colima. Espero equivocarme.
En el segundo evento que celebró AMLO en el estado, el mitin del Parque de la Piedra Lisa, el tabasqueño dijo algo que llamó mi atención, aunque ya me lo esperaba. Por enésima vez, Andrés Manuel dijo que su gobierno no dará nada para "Antorcha Mundial", pues todos los apoyos serán entregados individualmente de manera directa. Ya antes lo había dicho en varios estados, por eso no me sorprendió que lo dijera aquí. Pues bien, independientemente de lo que diga el futuro presidente, Antorcha seguirá luchando contra la pobreza en Colima y en todo México. Quizá López Obrador ignore qué se debe hacer para cambiar el modelo neoliberal, pero nosotros no. Nosotros sí lo sabemos, y no descansaremos hasta que la fuerza del pueblo organizado eche a andar este nuevo modelo más justo para todos.
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