Una de las principales obligaciones del gobierno, es atender las demandas y necesidades que tienen las familias de escasos recursos que habitan en los pueblos y colonias; la Constitución Política General que rige a los mexicanos, concede todas las facultades a los gobiernos de los 3 niveles en su respectiva esfera para establecer los mecanismos que lleven a resolver la falta de obras y servicios, y den mejores condiciones de vida a quienes menos tienen.
Sin embargo, en el actual modelo económico y político en que vivimos, la inmensa mayoría de los gobernantes utilizan los puestos públicos, para beneficio de los grandes capitalistas, aquellos que concentran la mayor parte de medios de producción o sea los grandes empresarios; dejando en el olvido a quienes con su fuerza de trabajo generan la riqueza del país, las clases trabajadoras. Además, los malos gobernantes, utilizan el poder para beneficiar a grupos políticos que favorezcan sus intereses individuales, aun cuando vayan en contra del interés colectivo.
Un ejemplo claro de esta situación se vive en el municipio de Soteapan, ubicado en la zona sur del estado de Veracruz, cuenta con alrededor de 32 mil habitantes, todos indígenas de la etnia popoluca; Soteapan está catalogado a nivel nacional como uno de los que mayor índice de pobreza y marginación presenta. Pues a casi 10 meses de la administración de la alcaldesa, Deysi Sagrero Juárez, el ayuntamiento se encuentra en total parálisis; no se realizan acciones del gobierno local para hacer frente a las necesidades que se tienen en las 28 comunidades que forman el municipio.
De acuerdo a la Ley de Ingresos para el estado de Veracruz correspondiente al año 2018, al ayuntamiento de Soteapan se le asignaron 114 millones 136 mil pesos, la mayor parte etiquetada a rubros específicos para atender las necesidades, sin embargo, nadie sabe a dónde ha ido a parar tanto dinero. A ello se suma el trato despótico y discriminatorio que ejerce la alcaldesa ante sus gobernados.
Por tales razones, el Movimiento Antorchista viene encabezando las demandas de los campesinos de este municipio, ante el descontento por la falta de solución a sus necesidades. A inicio del año que transcurre se presentó a la comuna municipal un pliego petitorio con demandas de cada una de las comunidades que integran al municipio, entre las que destacan: pavimentaciones, asfaltados de caminos, construcción y mantenimiento de aulas didácticas, acciones para el mejoramiento de la vivienda; insumos para el campo como: fertilizantes, semillas de maíz mejorado, aperos de labranza, entre otros.
El pliego petitorio fue recibido y firmado con puño y letra por parte de la alcaldesa, Deysi Sagrero Juárez, sin embargo, a 10 meses de su administración, no se ve cumplimiento alguno a tales demandas ni intención alguna de su parte por querer solucionar; pues las innumerables comisiones que los campesinos han realizado al ayuntamiento lo demuestran; en algunas ocasiones han sido "recibidos" por la policía municipal, en otras por empleados municipales que no tienen rango o autoridad alguna en la tomas de decisiones. Cuando la alcaldesa los atendió, en lugar de plantear resolver los problemas, los agredió e intimido con la intención de que desistieran de su lucha.
La actitud de este tipo de gobiernos, improvisados, ignorantes de la problemática local con toda la indiferencia que muestran ante la situación en que viven las familias de escasos recursos, son un freno para el desarrollo de los pueblos y para el mejoramiento de las condiciones de vida de los más necesitados; y hoy en Soteapan se frena el desarrollo social.
Solo a manera de comparación, en el primer año de la administración del gobierno municipal anterior ya se habían aplicado 80 millones de pesos en obras, sin embargo, con la administración de Deysi Sagrero simplemente nada. Surge por tanto la pregunta de rigor, ¿En qué se han aplicado los recursos que el estado envió al municipio de Soteapan?
En el municipio es vox populi, que Deysi Sagrero, en su afán por ganar la alcaldía pactó con los grupos de poder económico en la región para financiar la compra de votos y demás acciones ilegales que la llevaran al triunfo; y ahora como alcaldesa está pagando esos favores políticos, de ahí que no se invierta en el municipio, pues el dinero se desvía hacía esos pagos. Tan grave es el asunto que el mismo cabildo municipal se encuentra dividido.
El descontento de los campesinos popolucas es genuino, su problemática lo justifica; las familias viven con la preocupación de cómo llevar el sustento a sus familias, de cómo educar a sus hijos, de cómo atender su salud. Lo mínimo que puede hacer la alcaldesa es aplicar de manera correcta los recursos que los soteapeños pagan a través de sus impuestos; los campesinos organizados en Antorcha sólo exigen los derechos que el Artículo 4º de la Constitución Política establece en su favor. La razón absoluta los ampara.
El Movimiento Antorchista continuará dando la lucha por una justa distribución de la riqueza nacional, la misma que crean las clases trabajadoras, incluidos los campesinos con el sudor de su frente; sabedores de que la coyuntura política en el estado y en el país cambiará, sostenemos que la única herramienta que tiene el pueblo pobre para transformar sus condiciones de vida, es estar organizados y educados, solo así las clases trabajadoras serán la fuerza real que lleve a cambiar el modelo económico por uno más justo y equitativo, en donde haya empleo para todos, salarios bien pagados, una política fiscal donde paguen más impuestos quienes más ganan y sobre todo, una distribución del gasto público donde se inviertan más recursos para obras y acciones en los sectores más pobres.
Esta misma herramienta es la que desde hace varios años usan los campesinos de Soteapan para alcanzar mejores condiciones de vida en sus pueblos y comunidades, hasta ahora les ha dado exitosos resultados. No resulta extraño, pues, que estén decididos a presentar batalla antes que echar para atrás tantos años de progreso.
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