MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En Sonora, palos a la confianza popular, no a la piñata

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Pareciera que al gobierno de Sonora no le interesara la reacción que el pueblo más humilde pueda tener respecto al incumplimiento de su palabra; como si no tuviera vergüenza. En lugar de darle a la piñata, el gobierno de Claudia Pavlovich le da de palos a la confianza de su pueblo en las instituciones y en el Estado de derecho. ¿Qué otra cosa puede pensar el pueblo cuando su gobierno, en lugar de una defensa ardiente y decidida, responde timorato y negando información a las graves acusaciones de que llevó a cabo desvíos por 140 millones de pesos para las campañas políticas del PRI (Partido Revolucionario Institucional) desde el 2016, o cuando —y en este caso nos consta pues fue por comunicado oral directo de ese gobierno a nosotros en la mesa de tratos —se niega a cumplir el compromiso de construir la Casa del Estudiante Sonorense o cuando rechaza tomar en cuenta a miles de ciudadanos organizados en Antorcha para los gastos sociales en obra pública para el 2019?

Sabemos que el señalamiento de que el gobierno de Sonora miente y no tiene palabra es una afirmación grave, que es una gran responsabilidad social decirlo, mas no dudamos en sostenerlo luego de que recibió 9 millones de pesos de la Federación, gestionados por los legisladores antorchistas en la Cámara de Diputados para construir la Casa del Estudiante Sonorense en Hermosillo, de que se comprometió públicamente a hacerlo y de que ahora se niega a cumplir; por ello afirmamos que este gobierno miente.

Nueve millones de pesos destinados por la Federación para apoyar a los estudiantes más humildes de Sonora se pueden perder por culpa de este gobierno. Ya está el terreno, ya está el dinero y tienen todo para construir, ¿qué más quieren? ¿O es que ya no está el dinero y, como le hacen en Michoacán, lo "metieron a la licuadora"? Dijeron que en diciembre iniciarían, ahora se echan para atrás y se desviven en justificaciones llenas de tecnicismos legaloides, como durante décadas han hecho; no están honrando su palabra, y le dejan al pueblo otro amargo sabor de boca.

Los antorchistas no pedimos ni queremos que nos dejen administrar el dinero, eso nunca lo ha exigido Antorcha porque no es intermediaria, nunca lo ha sido; sólo queremos que con ese dinero ellos construyan las obras necesarias para los estudiantes pobres, para pueblos y colonias que han decidido organizarse voluntariamente con nosotros, eso es todo.

Ante estas lamentables situaciones, los antorchistas sonorenses hemos emprendido campañas de denuncia, tanto a nivel de calle con volantes, como en las asambleas populares que realizamos cada semana y, en la medida de nuestras posibilidades, en las redes sociales, principalmente en Twitter y en Facebook. El objetivo de estas campañas no ha sido desprestigiar a nadie: eso no es necesario, Antorcha no juega sucio; por el contrario, a lo largo del año hemos dado sobradas muestras de mesura, lealtad y paciencia, cualquiera que siga nuestros comunicados lo comprobará. Sin embargo, no podemos tolerar que se le mienta al pueblo. Por ello, nuestra campaña tiene la intención de sensibilizar a la población acerca de estos graves incumplimientos y mentiras. Así, pedimos que nos ayuden a exigir seriedad y la realización de los compromisos.

Estas actividades del pueblo organizado no promueven la mala imagen del gobierno estatal porque no necesita hacerlo: para eso él se pinta solo. El pueblo tomó cartas en el asunto durante las elecciones pasadas al darle la espalda: la decisión salió de allá adentro, de lo profundo del alma popular, desde donde el cansancio se manifestó de forma terrible el pasado 1 de julio y cobró su factura a la insensibilidad y al olvido que tuvo la multicolor clase social sonorense que nos gobierna, dándole el revés más contundente en toda la historia política de Sonora y, perdida la vergüenza, se empecina en repetir la desvergüenza.

A pesar de tan abrumador resultado, los antorchistas esperábamos que este gobierno recapacitara porque, según los funcionarios políticos y miembros prominentes de la clase social que lo componen, quieren refundarse, renovarse y encontrar las causas de su fracaso; pero hoy nos damos cuenta de que esas son sólo palabras huecas, porque en la realidad rechazan comprometerse con el pueblo, sobre todo cuando está organizado. "Sobre todo cuando está organizado", pedimos a nuestros compañeros atención en esto, que lo noten y anoten con tinta indeleble en sus pechos.

Así, esto nos conduce obligadamente a una nueva manifestación popular que llevaremos a cabo el próximo martes 11 de diciembre a partir de las 9:00 horas para denunciar de nueva cuenta estos desarreglos, y haremos también una modesta gala cultural que nos servirá de preselectivo para elegir a los mejores artistas para que vayan a representarnos en la XX Espartaqueada Cultural que se realizará en Tecomatlán, Puebla, del 26 de enero al 3 de febrero del año entrante. Con declamación, oratoria, baile y canto denunciaremos la falta de palabra gubernamental.

Las artes nos reafirmarán en la noble idea de que la solidaridad entre los ciudadanos es fundamental para nuestro desarrollo; que en medio de la desesperanza que causa esta injusta sociedad en que nos debatimos, nuestra única esperanza real y verdadera la constituyen la unión, la fraternidad y la lucha de los pobres. ¡Exigimos que se enderece el rumbo y se actúe en consecuencia! ¡Obras para el pueblo en 2019!

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