Tanto los medios de comunicación locales como los nacionales han dado cuenta de la grave situación que se vive en el estado de Hidalgo bajo el gobierno del priista Omar Fayad Meneses. Campesinos, colonos, estudiantes y profesores están por cumplir 100 días en plantón afuera del palacio de gobierno y siguen no solo sin recibir respuesta a su pliego petitorio, sino que,además, han sido víctimas de intimidación y golpes por parte de sujetos enviados desde el propio palacio de gobierno para hacerlos desistir de susjustificadas demandas. El más reciente de estos ataques, con sujetos armados, ocurrió precisamente el día de hoy. El gobernador, de extracción priista, se ha mostrado más que dispuesto a no resolver ni una sola demanda a los ciudadanos organizados en el Movimiento Antorchista Nacional, muchos fuimos testigos de su arenga en un acto público (junio del año en curso), en el que a gritos desaforados, evidentemente nada propios de un gobernador que se supone debe respeto a sus gobernados, repitió una de las partes favoritas del discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador, asegurando que "no habrá recursos para lasorganizaciones", "no a los intermediarios" y que los recursos se entregarán" directamente a la gente" y, para rematar, acusó al Movimiento Antorchista de tener un padrinazgo local que ha permitido a los antorchistas hidalguenses sostener un plantón en su contra. Por supuesto, aunque muy valiente ante su público (mayormente conformado por funcionarios de su gobierno), no fue capaz de proporcionar ninguna prueba de lo dicho ni siquiera nombre y apellido del supuesto padrino. El gobernador desconoce la decisión y la fuerza que el pueblo adquiere cuando se organiza y lucha, por eso no duda en inventar fantasías para combatirlas. Pocos días antes del ataque al plantón, el secretario general de Gobierno, Simón Vargas Aguilar, negó categóricamente y sin el menor rubor que los antorchistas hidalguenses hubieran solicitado audiencia y afirmó no haber recibido ni una sola petición de estos. Francamente, ¡qué desfachatez! Hay una enorme cantidad de documentos, sellados y firmados de recibido, así como constancia de las distintas ocasiones en que el Comité Estatal del Movimiento Antorchista Hidalguense ha acudido, con cita de por medio, a tratar su pliego petitorio al palacio de Gobierno. El señor secretario ignora, al igual que su jefe, que el pueblo no es tonto e ignora, también, que les tiene plena confianza a sus dirigentes. ¿Cree, acaso, que su afirmación iba a caer como piedra en un gallinero, es decir, que los antorchistas que lo abordaron para pedirle soluciones iban a creerle y, por tanto, emprenderían la retirada? Nada de eso, muy por el contrario, su conciencia y determinación salieron fortalecidas; su coraje también.
Ignoro hasta dónde cree que puede llegar un gobernador que, apenas en marzo, obtuvo un 27.7% de aprobación de sus gobernados (AriasConsultores), con su política de ignorar a los más pobres de su estado, pero lo que la realidad ha demostrado es que una política así lleva directamente al fracaso, pues a los miles de pobres que ya existen en Hidalgo se van a ir sumando todos aquellos que, gracias a la política de austeridad del gobierno de la Cuarta Transformación, se han quedado sin programas sociales, sin atención de la salud, sin guarderías, etc., y, peor aún, sin trabajo. ¿No sería, pues, más conveniente que atendiera las demandas de los antorchistas hidalguenses? El Movimiento Antorchista Nacional, que en este año cumple 45 años de existencia, ha demostrado a lo largo de su historia que el pueblo, organizado y politizado, puede lograr grandes cosas. A partir del próximo mes, en seis multitudinarios eventos de festejo que llevará a cabo en el país, hará un recuento de las obras y servicios conseguidos tan solo en los últimos cinco años (como lo hiciera en su 40 aniversario), así como de los miles de familias beneficiadas a través de su lucha organizada. Si alguien supone que un movimiento así puede ser engañado, calumniado y amenazado, como ha venido sucediendo en el estado de Hidalgo, se equivoca de cabo a rabo. La solidaridad de los antorchistas del país con sus compañeros de Hidalgo se ha manifestado ya en varias ocasiones y de distintas maneras, y ante los acontecimientos brutales ha sucedido lo mismo. ¿Cuántos mexicanos en desgracia pueden decir que han sido apoyados, de manera incondicional, por quienes pueden hacerlo? Desafortunadamente pocos, muy pocos. ¿Cuántos han podido resolver solos, sin la mano amiga,sus problemas, sobre todo, los de carácter económico-social? La respuesta es la misma, pocos, muy pocos. Se dice que el hombre solo, aislado, es como polvo humano, en cambio, unido, haciendo frente común con quienes están en su misma situación, se vuelve una roca. En los tiempos que corren, se hace cada vez más necesario que la inmensa mayoría de los mexicanos entendamos esto y actuemos en consecuencia. Ojalá que así sea.
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