MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El teatro de Antorcha es un arma revolucionaria de conciencias

image

El teatro es una herramienta de educación, porque el teatro enseña verdades profundas de la realidad social, maestro Aquiles Córdova.

Los antorchistas del país y todos los amigos de nuestro movimiento estaremos de manteles largos este fin de semana, los días viernes 28, sábado 29 y domingo 30 de noviembre en la XXIV edición del Encuentro Nacional de Teatro.

El verdadero teatro educa y hace mejores a hombres y mujeres; los hace más sensibles, más humanos y solidarios: los hace respetuosos de la vida y de la humanidad.

Esta fiesta cultural y del espíritu tendrá lugar en el Teatro “ingeniero Aquiles Córdova Morán”, en Tecomatlán, Puebla, la cuna de Antorcha. El nuevo teatro lleva el nombre muy honroso del fundador de nuestra organización hace 51 años.

La fachada del teatro luce al estilo de la Grecia antigua, de la lejana época en su más alto desarrollo cultural y político, y es un orgullo para nuestro movimiento, al contar, por fin, con un recinto propio que reúne características como las de las ciudades más importantes de México.

Las características y cualidades avanzadas de este monumental teatro son para que la gente que asista disfrute hondamente el contenido del espectáculo que se le brinde.

Desde su nacimiento como organización del pueblo pobre, el antorchismo ha venido pregonando que la cultura, y dentro de ella, las Bellas Artes desde su creación y con su práctica, crean en el género humano consciencia del mundo en que vivimos y nos desarrollamos. Las presentaciones de las puestas en escena están pensadas para hacer reflexionar a los espectadores.

Se trata de que el teatro siembre inquietud para lograr educar a la gente y para crear soluciones. El teatro no debe ser sólo un espejo de la vida del hombre, sino un verdadero análisis de la problemática que aborda.

El hombre siempre se ha preguntado ¿quién es?, ¿de dónde viene?, ¿a dónde va?, ¿por qué existe? Por eso se inventaron las artes como una respuesta a estas preguntas, a estas inquietudes.

Los grandes dramaturgos no se conforman con hacer del teatro un espejo, van más allá, hacen un análisis del hombre, de su sociedad, con el propósito de ver lo profundo de la sociedad, porque sólo así logran educar y transformar la realidad.

El verdadero teatro educa y hace mejores a hombres y mujeres; los hace más sensibles, más humanos y solidarios y los hace respetuosos de la vida y de la humanidad. Incluso nos atrevemos a decir que el teatro descubre las trampas que usan los políticos y dispone al individuo para que no lo engañen.

El hombre siente, sufre, llora, ama, se alegra y piensa; todos los hombres sufren y albergan en su cabeza variados pensamientos, y tienen necesidad de expresarlos y de comunicarlos, pero sabemos que esto no es fácil; por eso nos identificamos con los grandes dramaturgos cuando, a través del teatro, logran comunicar con sus brillantes ideas lo que el hombre siente, lo que le atormenta.

Cuando el artista simpatiza con la clase dominante, éste se convierte en un artista de la clase dominante. Pero cuando el artista se hace partidario de la clase proletaria, también genera obras de importancia. 

En Antorcha trabajamos por la defensa espiritual que necesitamos todos los que pertenecemos a la clase trabajadora, la clase que ha estado económica y culturalmente marginada. 

Educarnos a través del arte es una manera de prepararnos, porque la expresión artística de los creadores de belleza que hay en el mundo y en México fortalece nuestra fuerza espiritual y capacidad de discernimiento.

Todo el discurso anterior es la forma de pensar y actuar de los dirigentes antorchistas; y es producto de un esfuerzo intelectual de pensamiento y estudio verdaderamente colosal del maestro Aquiles que, con su cultura, ha destilado para todos nosotros la filosofía y práctica del arte teatral de la antigüedad hasta nuestros días.

Para seguir transformando la vida de hombres y mujeres, el viernes, sábado y domingo de este fin de semana se presentan en Tecomatlán 32 obras de los mejores dramaturgos, en las cuales actúan en total 600 artistas de las comunidades campesinas, de colonos de las ciudades y de estudiantes, profesores y amas de casa de todo el país.

La Ciudad de México participará con dos obras: “Los perros” y “Don Quijote amigo mío”. La obra “Los perros”, escrita por la mexicana Elena Garro, en opinión de los especialistas, introduce en la literatura la cosmovisión de los pueblos de provincia, del imaginario campesino e indígena en una época en la que estos grupos habían pasado a segundo término; sus personajes, desde el nombre, asoman sus gestos más profundos; su lenguaje poético recrea la atmósfera del campo y la ciudad, al tiempo que cuestiona los resultados de la Revolución, trae de vuelta el trauma de la conquista o las desigualdades sociales. “Don Quijote amigo mío”, del escritor cubano William Fuentes, es una adaptación de capítulos de la obra magna de Miguel de Cervantes Saavedra.

La mesa está puesta: asistamos todos con nuestras familias a saborear esta fiesta de colorido y mensaje espiritual, de tantas y tantas obras de entre lo mejor de la dramaturgia mundial, sea esta asistencia de forma presencial o de manera virtual en nuestros aparatos digitales. Los esperamos.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más