En México estamos viviendo una historia similar a la famosa fábula danesa titulada "El traje nuevo del emperador", mejor conocida como "El rey desnudo" (Hans Christian Andersen, 1837). Muchísimos mexicanos, chairos o no, afirman "ver el nuevo traje anti corrupción y cuarto-transformado" del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. En otras palabras, aunque todos ven que "está desnudo", es decir, que sus estrategias no están funcionando, todavía no se atreven a reconocerlo, mucho menos a admitir su error. Como mexicano, me preocupa y me ocupa. Por un lado, no me preocupa tanto que AMLO le mienta a México, sino que México no vea que su "cabecita de algodón" es un charlatán. Hay descontento por la 4T, mas no en la misma proporción por Andrés Manuel, quien es el corazón y el cerebro de la misma.
Mientras muchos creen que sus "ocurrencias" son positivas para el país, lo cierto es que se han convertido más en necedades que otra cosa. El decir que la ciencia no es necesaria ¡es una barbaridad! Recordemos que por decisión personal canceló una mina en Baja California Sur y mantuvo otra en Coahuila sin considerar los estudios ambientales (ciencia); seguirá adelante con el aeropuerto de Santa Lucía a pesar de que "se le pasó detectar un cerro" a su equipo de trabajo (por falta de ciencia); e igualmente continuará el proyecto del Tren Maya con todo y la devastación ecológica que provocará (falta de ciencia); no olvidemos que recortó el presupuesto para investigación científica y becas en ese sentido. A pesar de todas estas evidencias ¿por qué la gente no se indigna, por qué no protesta?, bueno, una respuesta nos la ofrece la misma ciencia: por desgracia, 72.24% de los mexicanos cree más en amuletos y limpias que en la ciencia (CONACyt, 2011), la gente de su equipo y el mismo presidente, lo saben.
Para acabar con sus enemigos, AMLO utiliza la Santa Inquisición mañanera. Recordemos que, aconsejado por sus asesores, atacó de manera "coloquial y chusca" a la "Antorcha mundial" al inicio del sexenio; sin embargo, no les resultó como esperaban porque la Antorcha le salió respondona. En varios eventos masivos lo encaramos y decidió dejar de decir que recibiamos moches y que éramos intermediarios de programas sociales con la gente: ambas mentiras.
Quizá los más grandes atentados contra Antorcha son la guerra sucia, la falta de respeto hacia la libre expresión de las ideas y a la organización popular, todos, orquestadas desde Palacio Nacional. Es de todos conocido, la lamentable cancelación del 45 aniversario de Antorcha en Chiapas, amenazas incluidas. Así es como puedo darme cuenta de la farsa de nuestro presidente. Conozco a Antorcha, desde hace más de 20 años, y soy militante desde hace diez, y puedo decir que, a pesar de los pesares, somos un grupo de gente buena, con defectos, claro, pero ninguno equiparable a ser huachicolero, intermediario o hasta gorila, como nos dibujó el afamado caricaturista Helio Flores, por cierto, señor, ni soy gorila ni tengo un mazo ni agredo a la gente (lo que insinuó con su cartón). Nota: Lástima, admiré su trabajo por muchos años hasta que me di cuenta que su pluma no es honesta.
¿Resultados de AMLO?
La lucha anticorrupción es la ilusión mejor vendida por el presidente desnudo. Despedir a cientos de empleados, según él "innecesarios", y terminar varios programas sociales le valió muchos bonos entre la clase media y la opinión pública. Sin embargo, existen muchos elementos evidentes que esta misma clase media y opinión pública no quieren ver: René Bejarano, Napoleón Gómez Urrutia y Manuel Barlett, sin mencionar el poco honroso caso del diezmo municipal en Texcoco durante la administración de Delfina Gómez (los empleados del ayuntamiento "voluntariamente" dieron una cuota durante al menos tres años, al grupo político dirigido por el ex senador Higinio Martínez), y sin embargo la gente sigue viendo el traje del rey.
Y hablando de corrupción, si durante el sexenio de Peña Nieto y anteriores, las licitaciones públicas eran cuestionables (a pesar de los elaboradísimos laberintos administrativos creados para tal efecto), HOY nadie puede negar el conflicto de interés en licitaciones directas que se han hecho en el primer año de gobierno de López Obrador. Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad destaca que de 28 mil 458 contratos subidos a Compranet, solo en el 18.3% se utilizó la licitación pública, ¿enojados, nadie? ¿Quién en su sano juicio puede negar el conflicto de interés entre el Gobierno de la República y la revista Proceso? Julio Scherer Ibarra es titular de la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal (CJEF) y su revista incluye publicidad del Gobierno Federal por varios millones de pesos, legal sí; inmoral, sobretodo, ¿por qué la gente no se escandaliza? ¿Cómo no se ve esto como corrupción o conflicto de intereses? El Rey va desnudo pero "nadie" lo ve.
Seamos francos aunque duela, las medidas anticorrupción de López Obrador no cambian el problema de fondo en México que es la injusta distribución del PIB; distribución inequitativa y generadora de la pobreza, no solo en México sino en el mundo. De esta lucha se "ahorrarían 800 mil millones de pesos" afirmó el presidente, sin embargo, apenas llevamos 500 mil millones -dijo López Obrador el primero de septiembre en Puebla-, pero, ¿dónde está ese dinero si todavía hay "tarjetitas" y becas sin saldo? ¿Se hará un ejercicio democrático de transparencia para detallar el destino de esa política y los dineros tan presumidos mediáticamente? ¿Este dinero resolverá la pobreza en México?
A los mexicanos nos queda una opción: educarnos y organizarnos con Antorcha. Somos la única organización que se ve en el horizonte político nacional con un proyecto sólido a corto, mediano y largo plazo y una política social incluyente basada en la gestión de mejores salarios, empleos dignos para quien quiera trabajar, impuestos progresivos que permitan a su vez, inversión en infraestructura para TODOS los mexicanos y no sólo para los privilegiados; así pues, se ve cómo Antorcha es el camino. Los invito a conocer nuestro proyecto y a poner en duda las noticias falsas en nuestra contra. Lo cierto es que la gente sigue viendo el traje nuevo del emperador, por eso, Antorcha es ese niño que se atreve a gritar con valentía en medio del desfile: el emperador ¡está desnudo!
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