MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

De las promesas a los hechos en Valle de Santiago

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Mientras escribo, los compañeros antorchistas de Guanajuato cumplen 33 días de plantón frente al palacio municipal de Valle de Santiago. La causa: la insensibilidad del presidente municipal morenista, licenciado Israel Mosqueda Gasca, quien no solo ha negado soluciones a las carencias básicas de los vallenses, sino que ha emprendido una lucha feroz contra la organización popular que encabeza el Movimiento Antorchista en Guanajuato, con el único propósito de impedir que la población se organice y exija sus derechos.

Los herederos de los conquistadores aprendieron bien la lección, por eso insisten en destruir cualquier intento serio de organización popular en nuestro país y en la cuna de la Independencia. 

Es una estrategia recurrente en los distintos gobiernos de Morena en todo el país para silenciar a las voces disidentes y, como se dice coloquialmente, “servirse con la cuchara grande” desde el gobierno municipal; desde el poder público pretende desacreditar la lucha auténtica y la única vía que tiene la clase trabajadora para hacerse escuchar.

¿Con qué intención? Con la misma que buscaban los españoles en los tiempos de la Conquista: cambiar cuentas de oro por cuentas de vidrio y baratijas. Veamos. La situación de pobreza y desigualdad que padece el estado de Guanajuato no es nueva; es producto sistemático de la forma en la que está organizada la sociedad, en la que priman los derechos de quienes poseen la riqueza, por un lado, y de quienes sólo tienen su fuerza de trabajo, por el otro. 

En el estado, tan sólo el 24.5 % de la población no es pobre ni vulnerable; una parte menor en comparación con la inmensa mayoría, 75.5 %, es decir, 4 millones 848 mil 975 guanajuatenses que padecen carencias de todo tipo. La clase trabajadora en el estado no la pasa nada bien.

Seguimos: el 22.8 % de la población tiene rezago educativo; el 33.2 % tiene carencia en el acceso a la seguridad social y, por último, el 50.2 % tiene carencias en la calidad y los espacios de la vivienda. Son malas las condiciones materiales en las que se desarrollan la mayoría de los guanajuatenses.

En un estudio de pobreza laboral realizado por el Inegi, se informa que en el estado de Guanajuato los trabajadores son cada vez más pobres a pesar de ser la sexta economía del país y de haber sido, desde siempre, una de las regiones más atractivas para la inversión extranjera.

La realidad es distinta para la población en general: el 39.8 % de los trabajadores en empleos formales no perciben ingresos laborales suficientes para adquirir una canasta básica; se vuelve una gran odisea llevar pan a la mesa día con día.

Esto ha propiciado que el estado se encuentre entre los primeros lugares que más migrantes expulsan con destino a Estados Unidos. Se van en busca de oportunidades, porque su estado no es capaz de garantizar lo elemental para sobrevivir.

Y, por si fuera poco, el 59 % de los trabajadores no cuenta con seguridad social y el 30.9 % trabaja durante jornadas excesivas; el 28.5 % no tiene prestaciones y el 53.5 % no cuenta con un contrato estable de trabajo.

Las cosas no pintan mejor para el municipio de Valle de Santiago, ya que, según datos del Coneval, el 88 % de la población padece carencias de todo tipo, entre las cuales destacan carencias por acceso a los servicios de salud, a la seguridad social, a la alimentación, mala calidad de los espacios de vivienda, falta de servicios básicos en la vivienda, rezago educativo, entre otros. 

Las condiciones de precariedad de los vallenses son altas. Por último, solo para evidenciar la gran desigualdad salarial que existe en el municipio: mientras que los más ricos pueden llegar a ganar hasta 50 mil pesos al mes, los más pobres apenas si ganan 4 mil 200 pesos mensuales.

Pero los invito, lector guanajuatense y en especial a los de Valle de Santiago, a que puedan corroborar lo descrito hasta aquí.

A pesar del agravamiento de la calidad de vida de los guanajuatenses, ¿por qué se mantiene el statu quo? Si consideramos la historia nacional, recordamos que Guanajuato fue cuna de la lucha por la independencia de México, donde hombres y mujeres valientes se rebelaron contra la miseria y la pobreza de aquella época.

La respuesta es evidente: los partidos que han gobernado el estado y los municipios han sido, en su mayoría, salvo honrosas excepciones, representantes de la clase rica; gobiernan en favor de ellos y salvaguardan sus intereses. 

¿Qué mecanismo utilizaron los iniciadores de la Independencia de México? La organización de los pobres, de los oprimidos y sufrientes de aquel tiempo, los que trabajaban como mulas, pero que no podían gozar del producto de su trabajo, formando un bloque sólido, heroico y decidido, bien identificado entre sí. Eso garantizó el triunfo ulterior.

Los herederos de los conquistadores aprendieron bien la lección, por eso insisten en destruir cualquier intento serio de organización popular en nuestro país y en la cuna de la Independencia. El gobierno de la “cuarta transformación” (4T) se ha presentado ante el público como salido de las calles, de las manifestaciones, de la protesta pública.

No obstante, una vez ungidos en el gobierno, se muestran tal cual son: se encargan de calumniar y luego de lanzar la fuerza pública contra todo aquello que suene a organización popular. La 4T llegó con la consigna “primero los pobres”, pero en la práctica hace caso omiso a las peticiones e inconformidades de las clases populares organizadas.

Lo que acontece hoy en Valle de Santiago con el presidente municipal, el licenciado Israel Mosqueda Gasca, no dista de lo que hasta aquí hemos dicho; su afán desmedido por calumniar al Movimiento Antorchista en Guanajuato y, en particular, en el municipio que él preside, a sus líderes populares auténticos y a los vallenses organizados, utilizando dádivas, canonjías y promesas al por mayor, al puro estilo de la “vieja política”, tiene un objetivo firme: dinamitar, como hasta ahora lo ha hecho la clase gobernante en el estado de Guanajuato y en Valle de Santiago, la organización popular, única vía que tienen las clases pobres del país para luchar y obtener resultados positivos. Busca enterrar, hasta lo profundo, el ejemplo de los antiguos guanajuatenses, esos que lucharon por liberar a un país del yugo español. Ese es el verdadero peligro de la política del presidente municipal.

En su discurso pronunciado durante su toma de protesta, celebrada el 10 de octubre del 2024, dijo: “Construiremos un Valle de Santiago de todos y para todos”; “Siempre habrá por parte de su presidente municipal la voluntad absoluta y el compromiso serio de hacer de nuestra ciudad un lugar mejor para vivir”; “Haremos un Valle de todos” y “El bienestar de tu familia es mi prioridad”. ¿Ya no? Pareciera que el presidente actual es contrario a aquel que expresó dicho discurso, ya que el actual hasta amenaza con utilizar la fuerza pública para reprimir vallenses.

Vallenses, aún no es muy tarde para corregir el rumbo; necesitan recordar y seguir el ejemplo de los guanajuatenses que encendieron el fuego de la liberación nacional en 1810. De lo contrario, el futuro seguirá siendo de miseria para las futuras generaciones.

La única forma, y eso sépanlo bien, es organizarse como sociedad, una sociedad que busque el desarrollo social y económico de todos y para todos. El Movimiento Antorchista en Guanajuato y en el país lo ha demostrado desde hace más de 50 años. Que conste. 

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