Este 2019 el Movimiento Antorchista Nacional cumple 45 años de lucha organizada contra la pobreza y es algo muy digno de celebrar, pues ha demostrado tener el pulso político que le ha permitido sobresalir como un movimiento social, dedicado a promover el arte, la cultura, el deporte y la organización entre las masas en busca de un mejor porvenir para las grandes mayorías.
En todo el país se realizarán concentraciones multitudinarias a partir de agosto, y en noviembre los estados de Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Puebla festejarán un año más de metas y logros abarrotando los estadios Cuauhtémoc y Hermanos Serdán, así como el estacionamiento entre estos, en la capital poblana, para mostrar su fuerza en número y reafirmar su compromiso de crecer de manera más acelerada a fin de convertirse en un partido político que sea una verdadera opción para el pueblo mexicano ante los fracasos de pasados gobiernos y la actual administración federal que avanza sin rumbo y con más tropiezos que aciertos.
El antorchismo nació en 1974, cuando un grupo de 30 personas se reunieron en Tecomatlán, Puebla, para consolidar este proyecto encabezado por Aquiles Córdova Morán, hoy, cuatro décadas y media después somos casi dos millones los que militamos en estas filas en todo el país.
En este contexto y de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en México, el 43.6 por ciento de la población está en algún grado de pobreza, es decir, la gente vive en condiciones miserables, en donde no le alcanza sino para sobrevivir, por lo que es necesario cambiar el rumbo que lleva el país haciendo una repartición más justa y equitativa de la riqueza nacional, es esta razón fundamental, la que ha llevado a más gente a agremiarse a Antorcha, pues coinciden en los cuatro puntos que se plantean para mejorar la situación: la creación de empleos para toda la gente en edad de laborar; pagar mejores salarios; creación de una ley fiscal progresiva y reorientación del gasto público.
En estos últimos tiempos el poder federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, ha buscado el modo de desvirtuar al antorchismo, no obstante, son las circunstancias de más pobreza, más desigualdad, más inseguridad y la poca acción del mismo gobierno, lo que empuja a la gente a exigir un verdadero cambio que favorezca y solvente las demandas más sentidas de la gente.
Y es que la pobreza gana terreno, pues de 53.4 millones de personas pobres que hay en el país 9.4 están en pobreza extrema, además 21.4 millones no tienen ingresos suficientes para comprar la canasta alimentaria al mes. En este mismo contexto, el Coneval ha señalado que para 2016 cinco entidades habían aumentado su porcentaje de población en situación de pobreza, entre las que destacan Veracruz (de 58.0 por ciento a 62.2 por ciento) y Oaxaca (de 66.8 por ciento a 70.4 por ciento). Asimismo en el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2016, se expuso que en el estado de Puebla 3 millones 728 mil personas vivían en condiciones de pobreza.
El antorchismo también ha ganado terreno, gestionando, luchando y educándose cada vez con más entereza, por lo que han sabido avanzar y crecer en todos los frentes, obrero, estudiantil, campesino, además, han logrado llevar conciencia a la gente, muestra de ello han creado escuelas de artes, de deportes y han apoyado a la conformación de albergues estudiantiles para aquellos jóvenes de escasos recursos que buscan un mejor porvenir. Es así como han transcurrido 45 años de logros, no sin sufrir también la pérdida de elementos a manos del tiempo y de los enemigos del pueblo, que no se han tentado la mano a la hora de arrancar la vida a muchos de nuestros compañeros.
Es eso lo que recordaremos a una sola voz el próximo 10 de noviembre, los frutos del esfuerzo y el sacrificio de nuestros compañeros, porque la batalla aun no acaba y estamos llamados a conformarnos como una opción para el pueblo mexicano, como un partido con una sola voz y un solo ideal, un país mejor para todos.
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