MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Carlos Heredia Zubieta, odio a la organización popular o ataque por encargo

image

Un reciente artículo que lleva por título "Mirar a quienes otros no ven", publicado el 1 de marzo del presente año en el periódico El Universal; cuya autoría responde a nombre de Carlos Heredia Zubieta, es digno de mención, ya que también los malos ejemplos enseñan. He de señalar antes de pasar al núcleo del artículo que me interesa, que las imprecisiones e ideas sueltas, no es propio del extracto que cito, sino del conjunto del artículo. Basta con acercarse a él.

Al referirse a los señalamientos que se tienen que hacer hacia aquellos movimientos sociales u organismos de la sociedad civil, el articulista lanza en forma de pregunta la siguiente advertencia: "¿acaso la monja que atiende a transmigrantes centroamericanos en un albergue, puede meterse en el mismo costal que los líderes de Antorcha Campesina o de la UNTA, que se dedican a chantajear a autoridades mediante la invasión de terrenos y el tráfico con la miseria? "Es claro, que la invitación del articulista es a que el lector diferencie las limpias y bienintencionadas organizaciones de la sociedad civil y de aquellas que a decir del autor, se han dedicado a invadir terrenos y traficar con la pobreza, poniéndole nombre y apellido. Aún más, no se refiere a la organización en su conjunto, sino específicamente a la actividad de su dirigencia. Este mal ejemplo de organización, dentro de la idea general contenida en el artículo, es un peso muerto acumulado, del que la sociedad debería deshacerse.

La presente alusión a nuestra organización se inscribe dentro de una ola de redoblados ataques y desprestigio mediático, que podemos fechar desde el 1 de diciembre. En los 45 años de vida de nuestra organización, los ataques e intentos serios y agresivos de desaparecernos del escenario político han caminado a nuestro lado. Hemos dicho que una característica importante del periodo que vivimos, es que ahora las difamaciones salen, además de la boca de los mandados, desde el presidente de la república, ni más ni menos. ¿No es válido suponer que hay consigna para que de manera unánime se señale a nuestra organización como un mal social? ¿Se trata simplemente de una coincidencia en cuanto al punto de vista que para sacar adelante al país hay que liberarle peso, y, por lo tanto, sumarse a los ataques del presidente, es un acto patriótico?. Las respuestas a estas y otras preguntas sólo las develará el tiempo, por lo pronto resta decir que los ataques de Carlos Heredia caen por su propio peso. Al respecto señalaré lo siguiente refiriéndome al Movimiento Antorchista.

ds

Veamos. Cualquier persona que haya tomado un curso introductorio de Lógica formal, sabrá que un razonamiento -afirmativo o negativo, perfecto o imperfecto- es aquello que se sigue necesariamente a partir de ciertas proposiciones ya demostradas o dadas por ciertas. Nuestro articulista no se tomó la molestia de seguir este sencillo procedimiento; por lo tanto, podemos calificar su escrito, ya no de perfecto o imperfecto, sino de una serie de prejuicios o estereotipos irracionales; es decir, a los que no se les puede juzgar como ciertos o falsos, sino que hay que creerlos por fe en quien los dice. Asombra y espanta que las presentes deficiencias vengan de un académico. Pero, dejemos dormir en paz al estagirita, y demos un salto a nuestro sistema jurídico a ver que nos sugiere.

El señor Heredia sabrá que abrir la boca tiene su costo, y que cuando sin pesarle mucho acusamos a alguien o afirmamos algo de alguien, estamos obligados a probarlo. Lo señalo, porque la acusación que le hace a los líderes antorchistas de invadir terrenos, está tipificada por el Código Penal Federal como delito de despojo. ¿Sabrá de las implicaciones o consecuencias de sus palabras? Diré de paso que en las cuatro décadas de vida que lleva nuestra organización nunca se ha interpuesto una denuncia por esta acción. La misma característica tiene su segunda acusación de llamar a los líderes, traficantes con la pobreza. Aquí comete el error de no ser muy preciso y revela que en la ambigüedad esta la maniobra que le sirve para acusar sin probar. ¿A qué le llama traficar con la pobreza? El diccionario señala que traficar, es el acto de comerciar, negociar con el dinero y las mercancías. Hacer negocios no lícitos. ¿Hacer negocio con los pobres? ¿Quién, cuándo, cómo? Nuevamente pura saliva en contra, sin ninguna prueba que la avale. Puedo contestar que nuestra labor organizativa y de educación se dirige hacia este sector por ser el grupo más desprotegido y vulnerable, ante los vaivenes de los grupos de poder económico y político de México y el mundo; no de ahora, sino desde la Colonia. Y por una razón de derecho, hemos luchado porque se materialice los derechos de disfrute a la salud, la educación, la vivienda digna, así como los servicios rurales o urbanos. Diré que la dirigencia antorchista se va conformando por los núcleos sociales de estos grupos, y son electos por la misma gente; de ahí el cariño y confianza creados. Todos los grupos antorchistas del país nos reunimos periódicamente para analizar los problemas de las comunidades del país y del mundo, tomar resoluciones conjuntas para llevarlas a cabo. Esta labor tesonera y abnegada, ha permitido ir tejiendo desde las entrañas de la pobreza, un proyecto de país viable y grandioso, que los antorchistas atesoramos para entregárselo a todo aquel que quiera sacar del aletargamiento en la que tienen sumida a la población mexicana. ¿Será que lo que verdadera preocupa a esos señores es lo que tenemos que ofrecer a los mexicanos? Dime a quién atacas y te diré a quién defiendes.

No hay duda, los ataque mediáticos, torpes e infantiles, buscan inhibir mediante la difamación y el engaño, al numeroso contingente de pobres en México para que no se acerquen a Antorcha. Desde el gobierno federal están "vacunando" a toda la población para que reprueben la labor de nuestra organización, creando así división y encono, en un país ya muy maltratado. El presidente de la república está incurriendo en la falta grave de coartar el derecho de petición y organización establecidos en los artículos octavo y noveno de nuestra Carta Magna, aunque no lo diga así. No pedimos trato especial, exigimos un trato justo. Somos un movimiento que lucha en el marco de la Constitución y que es respetuoso de otras expresiones políticas. Compañeros ¡a continuar con nuestra labor diaria de educación y organización, estamos en el camino correcto!

  • Etiquetas:

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más