En Colima, como seguramente en otros estados, funciona una modalidad de bachilleratos rurales creados para simular que se cumple, en las comunidades más vulnerables, con la obligación que tienen los gobiernos de ampliar la cobertura de la educación media superior; dichos bachilleratos se llaman de Educación Media Superior a Distancia (EMSAD) y Telebachillerato Comunitario (TBC). Se sabe que en Colima operan también otros bachilleratos públicos: como las preparatorias de la Universidad de Colima, los ocho planteles federales, como CBTiS (Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios), CETyS (Centros de Estudios Tecnológico Industrial y de Servicios), CBTA (Centro de Bachillerato Tecnologico Agropecuario), CETMAR (Centros de Estudios Tecnológicos del Mar) y CEDART (Centro de Educación Artística); los desconcentrados, como el CONALEP (Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica); o los estatales, como el ISENCO (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima), pero ninguno de ellos, absolutamente ninguno, son tan gratuitos y maltratados por los gobiernos, como los de EMSAD y TBC.
"Toda persona tiene derecho a recibir educación" Así se recuerda, como un reclamo, en el artículo 3 de nuestra Carta Magna. En el mismo párrafo, la Constitución ordena: "El Estado - Federación, Estados, Ciudad de México y Municipios - impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y media superior [...] y no deja lugar a dudas: [...] ésta y la media superior serán obligatorias". Líneas más adelante instruye: "El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos." ¿Por qué entones los gobiernos y los Congresos destinan tan poco - más bien poquísimo - recurso a los bachilleratos rurales?
El último día del mes octubre, el secretario de Administración y Finanzas del gobierno del estado, Carlos Arturo Noriega García, entregó al presidente de la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Fiscalización de los Recursos Públicos del Congreso del Estado, la propuesta del Presupuesto de Egresos del Ejercicio Fiscal 2019. En este evento se informó que la propuesta contempla un aumento del 8.4 por ciento en relación a lo erogado en el 2018, por lo que considera un gasto total de 18 mil 137 millones 670 mil pesos. El contador Noriega precisó a los medios, que el gobierno del Licenciado José Ignacio Peralta se propone invertir más en la gente, en el desarrollo de sus capacidades, y que esto lo piensa hacer con un presupuesto superior a los 6 mil 700 millones de pesos para la educación. ¿Habrán pensado, el gobernador y el contador Noriega en la terrible situación que padecen los bachilleratos rurales? Esperemos que sí. Aunque aún habrá que ver lo que dicen los diputados morenistas de la Cuarta Transformación.
En Colima, sólo tres organizaciones sociales están al pendiente de la suerte que padecen los bachilleratos rurales de todo el estado: los estudiantes agrupados en la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionario Rafael Ramírez (FNERRR), los maestros, directivos y personal de apoyo pertenecientes a Antorcha Magisterial (AM) y los colonos, campesinos y obreros organizados en el Movimiento Antorchista de Colima. La unión desinteresada de esfuerzos de estas tres solidarias agrupaciones, cumple más de tres años de lucha continua, y sus resultados en beneficio de los EMSAD y TBC no son despreciables. Pero tal vez, la hazaña inédita hecha por esta unión de esfuerzo en tan corto tiempo, es entender y convencer al magisterio antorchista, de que nada no sirve para la sociedad futura, mejorar la suerte laboral de los maestros y maestras, si al mismo tiempo y en el mismo grado, no se mejora la suerte de los estudiantes. Mejorar sólo el salario y las prestaciones del magisterio, como quieren hacer algunos en Colima, sin mejorar las escuela y las condiciones educativas de los alumnos, es tanto como querer jalar una carreta con bueyes, pero poniendo la carreta delante de ellos. Hasta un párvulo de primer grado entiende que no puede haber maestro sin alumno y viceversa, como se entiende que no hay padre sin hijo; ¿por qué entonces hay, en los bachilleratos rurales, quienes se obstinan maldiciendo su suerte laboral y no dicen ni hacen nada por la suerte que viven sus alumnos?, ¿cómo pueden sentir tanto desprecio social por la suerte de los que son el motivo esencial de su profesión? Por eso destaco nuevamente la hazaña conseguida por el Movimiento Antorchista Colimense.
No hace mucho, un importante contingente de antorchistas salimos a protestar en las calles, marchamos hasta llegar a la casa donde atiende el gobernador. Una demanda destacó ese día entre todas las que llevamos, una que se ha enarbolado con orgullo desde hace tres años: Transporte para trasladar 600 estudiantes de los EMSAD y TBC a la Feria Internacional del Libro (FIL) en la ciudad de Guadalajara. Algunos pudieran considerar esto como no prioritario, otros más, tal vez hasta exagerado, pero los antorchistas, FNERRR y AM sabemos que tenemos la razón. Por los estudiantes rurales que ese día gritaron, protestaron y reclamaron por su educación, los antorchistas invocamos tres argumentos que en seguida mencionaré.
Primero. Como ya dijimos, los estudiantes de los bachilleratos rurales de EMSAD y TBC son en los que menos gastan y han gastado los gobiernos. ¿Dónde quedó aquello de "El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria"? Segundo. Absolutamente ningún bachillerato rural de EMSAD y TBC, cuenta con biblioteca equipada para su nivel, sencillamente porque ninguno tiene edificio propio para guardar y resguardar sus libros. Y tercero. Por mucho que signifique el gasto en transporte que deba erogar el gobierno para trasladar a los muchachos a la FIL, no se compara en nada con la gran inversión conseguida por Movimiento Antorchista ante la federación en los últimos dos años, para los EMSAD y TBC; la prueba de esto son los poco más de 20 millones de pesos que la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano (Sediur), del gobierno del estado, está aplicando para la construcción de 12 edificios en igual número de bachilleratos rurales. ¿Cuántas organizaciones hay como Antorcha que antes de pedir un solo peso al gobierno, consigue tanta inversión para el estado? Como se ve, los argumentos son imbatibles, y el gobierno cedió. Por tercer año consecutivo, los muchachos visitaron la FIL.
Finalmente, ¿que pasará con la inversión pendiente para terminar de construir los bachilleratos rurales de EMSAD y TBC? Si la "mafia del poder" del PRI (Partido Revolucionario Institucional, con toda su corrupción invirtió en los bachilleratos rurales de Colima, poco más de 20 millones de pesos, ¿imaginan cuánto más invertirán los incorruptibles de la Cuarta Transformación de Morena? Sería así, y sólo así, la mejor manera de saber si seguimos en la sartén, o ya caímos en la lumbre. Veremos.
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