A estas alturas todo mundo sabe sobre la renuncia del Dr. Carlos Manuel Urzúa Macías como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y, lo más importante, las causas que lo llevaron a tomar tal decisión. Esta acción, sumada a las 14 renuncias de subsecretarios y 227 directores generales, todos ellos puestos por la propia administración, manifiestan un grave conflicto al interior de la colosal estructura administrativa que tiene como cabeza al titular de ejecutivo.
Esto demuestra que no todos están de acuerdo en la forma de operar del Gobierno federal, quien se ha impuesto como tarea la entrega de dinero "directamente" a los beneficiarios de los programas que impulsa. Pero lejos de analizar este fenómeno con carácter autocrítico para corregir y tomar las decisiones correctas, pensando siempre en el bienestar del pueblo mexicano, AMLO hace lo contrario con una soberbia absoluta, su actitud es de "aquí sólo mis chicharrones truenan".
Como prueba de ello, está lo que dijo en una de sus tan acostumbradas conferencias matutinas y que algunos medios informativos reprodujeron: "Si aún hay funcionarios en el gobierno que no estén de acuerdo con la política económica que impulsa el gobierno federal, lo más honesto es que busquen otra opción laboral". El problema no reside en si están de acuerdo o no, sino en que el presidente de la nación no admite opinión distinta a la suya, aun cuando un perito en materia le haga ver su error, no entiende que el hombre se desarrolla en un mundo que se rige por leyes objetivas y que estas no pueden ser modificadas a voluntad, y para entender estas leyes es necesario tener como base las ciencias particulares.
Durante la campaña electoral de 2018, el Movimiento Antorchista expuso públicamente los motivos por los cuales consideraba mejor opción al candidato del Partido Revolucionario Institucional, José Antonio Meade, pues es una persona que conoce el funcionamiento del sistema económico y que podría tomar decisiones acertadas con conocimiento de causa, muy distinto a la forma de operar del actual mandatario federal.
El propio Manuel Clouthier Carrillo, ingeniero industrial y de sistemas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) opina respecto al actuar López Obrador en materia de las finanzas públicas del país y la situación económica del gobierno federal: "es necesario que (...) tenga claridad de las prioridades de inversión (...). Quitarle carga fiscal a Pemex obligará inmediatamente al gobierno mexicano a implementar una reforma fiscal que permita incrementar la recaudación, ampliar la base de contribuyentes, hacer la recaudación más justa y progresiva, bajar las tasas impositivas y combatir la evasión fiscal; además de fortalecer otros impuestos en el ámbito estatal y municipal. Si la reforma fiscal ha de ser integral, deberá establecer nuevas prioridades del gasto, entendiendo que salud, educación y pensiones son gasto social, y no solo regalar dinero indiscriminadamente con criterio populistas y clientelares. Agregó que la propuesta de una política fiscal progresiva es una de las medidas que el Movimiento Antorchista Nacional ha señalado, desde hace ya varios años, urge implementar.
Sin embargo, la verdadera intención de Andrés Manuel no es atender los problemas del pueblo pobre de México como lo sostiene en su discurso, pues sus acciones van encaminadas en un rumbo diametralmente opuesto. "Crecimiento es hacer dinero, es hacer riqueza, pero no implica necesariamente la distribución de la riqueza, la distribución del ingreso". Mandando así al diablo hasta la teoría del goteo; Smith se avergonzaría de este leguleyo de economía.
En este punto, nuevamente se encona la diferencia de perspectiva entre Antorcha y Morena. Desde hace años, también, hemos sostenido que, para mejorar las condiciones materiales de vida del pueblo mexicano, es necesario que se implemente una reorientación del gasto social hacia los sectores más empobrecidos, además de la creación de empleos suficientes para la población económicamente activa (PEA), pero, además, que estos sean bien remunerados. Actualmente no lo dice sólo Antorcha, el director general interino del Fondo Monetario Internacional (FMI) David Lipton dijo, durante un evento celebrado en Francia con motivo de la creación del FMI y del Banco Mundial (BM), que el capitalismo es "un sistema imperfecto que necesita corregir el rumbo. Parte del problema es el auge de desigualdades (...)". También abogó por que los gobiernos aumenten sus gastos para reducir las desigualdades y evitar que las multinacionales aprovechen vacíos legales para pagar menos impuestos.
Con estos hechos queda demostrado que AMLO, el economista, no sabe mucho de la materia, pues no sólo se atreve a contradecir a los peritos de México, sino a las grandes instituciones que durante años han salvaguardado el funcionamiento del capitalismo y quienes hoy reconocen algunos de sus errores. No hay estabilidad en el panorama financiero de nuestro país, las políticas del Gobierno Federal son improvisadas y obedecen sólo a la ley de "lo que diga mi dedito", y la economía, dicen los que saben, no opera así.
Sólo Antorcha le ha hablado de frente al pueblo diciéndole cuáles son los verdaderos males de nuestro país, los peligros latentes a nuestra soberanía, las causas intrínsecas de los problemas y las soluciones de raíz que se deben aplicar para defender verdaderamente los intereses del pueblo pobre. Morena, en poco tiempo, ha demostrado su "habilidad" para gobernar el país, dejando mucho que desear y decepcionando a las masas populares que creyeron que era "la esperanza de México". Es momento de que el pueblo organizado y politizado encauce por el rumbo correcto.
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