¡Cazando el agua! Así nombró el periódico norteamericano New York Times a “una cruel sequía” que afecta a nuestro país. Y señala que casi dos terceras partes de los municipios del país, es decir, alrededor de mil 646 municipios, “se ven afectados por la escasez de agua”, sólo que esta nota se escribió en agosto del año pasado; sin embargo, la situación hoy en día no pinta mejor: “El riesgo de una sequía mayor en 2023 está latente en la mitad del país. Ante los bajos niveles de las presas, aumenta la probabilidad de que este año se registre una sequía más grave que la de 2022. Actualmente la mitad del país está en esta condición”, dice la revista Expansión.
Con los datos del “Monitor de sequía en México (MSM)”, en la actualidad 1,707 municipios tienen alguna condición de sequía, lo cual representa un 69 por ciento. De estos 1,707 municipios, 804 tienen una condición de anormalmente seco, 438 una sequía moderada; 370 municipios tienen una sequía severa; 95 municipios tienen una sequía extrema (de estos 56 están en Jalisco, 21 en Michoacán de Ocampo, 12 en Zacatecas, 3 en Guerrero, 2 en Colima y uno en Nayarit).
En el periódico El Economista, con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), leemos lo siguiente: “Al corte de marzo de 2023, el nivel total de las 210 principales presas de agua en México se ubicó en 71,476 millones de metros cúbicos (Mm3), lo que significó una disminución del 2.1 por ciento respecto a la semana previa cuando se registraron 73,008 Mm3, detalló el más reciente Informe semanal del Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas. Se trata de una cifra significativamente menor a las registradas en los años previos… Adicionalmente, el pronóstico de lluvias para este año es de 25 por ciento menos al anterior. Respecto al sistema Cutzamala, el almacenamiento actual en sus tres principales presas es de 363.25 Mm3, equivalente al 46.4 por ciento, mientras que históricamente se reconocía el 69.5 por ciento de almacenamiento según datos del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México de Conagua".
“El total de mantos acuíferos en la República Mexicana es de 653 y al día de hoy 245 –equivalentes al 38 por ciento– ya no están disponibles, es decir, fueron sobreexplotados, están secos o altamente contaminados y no se permite seguir usándolos o registran intrusión salina, que significa haber pasado de una sobreexplotación a recibir agua de mar porque se encuentran en regiones costeras" dice una nota del diario Universo de la Universidad Veracruzana.
En este sentido, vale la pena considerar, a manera de ejemplo, la actualización de la disponibilidad de agua en el acuífero de Texcoco, pues resulta que presenta un déficit de 111 millones de metros cúbicos anuales según la Conagua. Esto significa que se saca más agua de la que se inyecta y, por lo mismo, se deja de utilizar ese monto de agua anualmente. Al año se recargan 145.1 millones de metros cúbicos, pero se extraen 256.12 millones de metros cúbicos. Los mantos acuíferos están siendo sobreexplotados.
Si consideramos las aguas subterráneas del Estado de México sólo en 2 de 9 acuíferos que lo conforman tienen superávit; sin embargo, se tiene un déficit anual en el Estado de México de 433.7 millones de metros cúbicos anuales. Esta condición es verdaderamente peligrosa para el estado.
Por desgracia los gobiernos de los tres ordenes no colaboran para la recarga de mantos freáticos; no se hacen obras tendientes a la inyección intencional y controlada del agua de lluvia para los mantos freáticos; tampoco se promueve la captura de agua de lluvia en las casas de la gente mediante programas que lo promuevan, o bien, desde las escuelas, fábricas. No existe, tampoco, en términos generales, el trabajo de tratamiento de aguas residuales. En vez de desperdiciar inútilmente los recursos para hacer obras inútiles, deberíamos estar pensando también en la importancia de garantizar que el vital líquido no se pierda, se cuide y se conserve, pero no vemos que esas acciones se realicen.
Si a esto le agregamos que, con información de los Censos de Población y Vivienda, se estima que en 2010 había 12.9 millones de personas sin acceso al agua en sus hogares, en 2020 se estima que ese número ascendió a 28.3 millones, es decir, el 21 por ciento de los mexicanos no tiene acceso al agua. “La brecha del acceso al agua en México: 8 millones de viviendas no cuentan con suministro en su interior”, apunta el periódico El Economista en marzo de este año. Al cancelar el Ramo 23 de recursos federales; al recortar los recursos de los gobiernos estatales y municipales y al concentrar todos los recursos a tres obras inútiles y destinar todo al consumo (compra de votos) entregando dinero en efectivo a la gente el gobierno morenista de la 4T no muestra ningún interés en resolver los verdaderos problemas de este país. Ahí se demuestra que la gente, cuando vota por Morena está, sin darse cuenta, dañándose a sí misma.
Lamentablemente, mientras el interés egoísta del dinero, o el interés por obtener votos para seguir en el poder sin pensar profundamente en los intereses de las clases populares, predominen en nuestro país, entonces, seguiremos empeorando nuestra situación de vida, lo más grave es que la manipulación seguirá hasta que el pueblo no se organice, se eduque y luche por tomar el poder político nacional. Es importante hacer un llamado enérgico, pero fraterno al pueblo de México para que despierte y se levante, pues la naturaleza y la sociedad le reclaman una actitud distinta: estamos llegando a un punto de “no retorno”: “Las tasas actuales de calentamiento pondrán a la Tierra en riesgo de cruzar seis "peligrosos" puntos de no retorno climáticos, según un nuevo análisis".
El problema es que en este barco llamado Tierra vamos todos y es necesaria la construcción de una sociedad libre de egoísmo, libre de intereses mezquinos que ponga el acento en los seres humanos para que verdaderamente cooperemos y coordinemos acciones que alcancen el equilibrio del medio ambiente y se pueda utilizar de manera más racional el agua potable y la humanidad, con base en la ciencia y en la técnica, construya ciclos virtuosos de desarrollo por el bien de todos. Pero ello necesita, repito, que los pueblos del mundo construyan un mundo multipolar y mejor para todos. No nos queda mucho tiempo. Hagámoslo.
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