México es un país que ha sido golpeado por el fanatismo. Tal vez esto venga de un sentimiento de inferioridad irracional que nos persigue desde la época de la conquista, porque de ser una sociedad organizada y orgullosa de su estirpe pasamos a ser esclavos y a ver a todo extranjero como miembro de una raza superior.
Desgraciadamente muchos mexicanos este sentimiento nos sólo lo llevan al terreno de la práctica porque se sienten inferiores, sino que tratan de crearse un ser superior para sentirse aplastado por él pero protegido. Esta situación desencadena el fanatismo o el sentimiento fanático en varios terrenos, por ejemplo, en el político. Un fanático es aquel que se entusiasma o preocupa ciegamente por algo. El fanático trata siempre de imponer sus ideas, sin detenerse a pensar en si son o no correctas y desprecia con odio a quien piense diferente, pues carece de espíritu crítico. El fanático es irracional y puede llegar al extremo de matar a otra persona solo por hacerse a la idea de que es su enemigo por pensar de manera distinta.
Es grave el fanatismo en cualquier ámbito de la vida cotidiana, pero cuando éste se introduce al sistema político es fatal, pues se tratan de imponer ideas y creencias y pobre de aquel que no quiera acatarlas pues puede ser castigado con la cárcel o la muerte. En realidad el fanático es el ser más inseguro que existe y con un sentimiento de inferioridad desmedido por esta necesidad de seguridad. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Este retrato fiel del fanatismo se aplica a muchos individuos que hoy en nuestros días han descarado terriblemente su sentimiento de inseguridad y desatado su fanatismo.
No saben si tienen la razón pero aun así, sin temor a quedar en el ridículo atacan a todo aquello que no esté de acuerdo con ellos y sus ideas, aunque éstas den risa. ¿No se dan cuenta que es ridículo? Y que vivimos en un mundo que al menos de palabra es plural donde todos tenemos derecho a pensar y a opinar de manera distinta. Es lamentable esta situación precisamente cuando gente conocida, la que yo creía muy cuerda se dejan dejen llevar por el fanatismo. Entiendo que la necesidad de creer en algo es fuerte por las continuas decepciones que los han acompañado en su triste vida, porque tantas cosas los han decepcionado, pero también entiendo que debemos de aplicar nuestra racionalidad a todo lo que nos rodea porque nos podemos equivocar. Hay que dejar vivir en paz, bien lo dijo el Benemérito de las Américas "el respeto al derecho ajeno es la paz", pues vamos respetándonos.
Entiendo que este nuevo gobierno tenga contratado un ejército de focas aplaudidoras que estén hablando bien y aplaudiendo hasta lo más estúpido que hace su representante número uno, pero lo curioso es que existen algunos que se tragan el cuento cuando ni siquiera se dan cuenta de las tonterías que se cometen desde las altas esferas del poder, que están hundiendo a nuestro país, y lo peor que quieren que todos nos hundamos en el mismo barco. No señores, la única esperanza que tiene este país para salvarse es la lucha organizada, la lucha consciente como la que promueve el Movimiento Antorchista, en donde no existe el fanatismo, en donde a los más pobres, aquellos que los poderosos quisieran ver siempre con la venda en los ojos para seguir explotándolos a su antojo, en las filas de Antorcha logran ver la luz, pues se les abren los ojos, se les educa, porque un pueblo consciente es roca.
Y Antorcha quiere formar una roca fuerte que muy pronto, con paso firme conquiste el poder por la vía democrática y desde las alturas cambiar la vida de los más pobres de nuestra patria, aquellos que han sobrevivido de milagro porque las condiciones nunca les ha favorecido porque gobiernos van vienen y la situación se empora, y menos con gobiernos cada días más ignorantes como el actual. Lo vamos a lograr porque la rueda de la historia sigue avanzando y no retrocederá. Mientras tanto, estamos listos, Antorcha está lista para celebrar su 45 aniversario de trabajo y lucha organizada y decidida en favor de los que menos tienen, y a pesar de los fanáticos que abundan, sigue adelante sin detenerse. El Estadio Azteca retumbarás el 21 de diciembre con el grito al unísono de libertad, porque Antorcha llenará este gran recinto y demostrará que está mas viva que nunca y que muy pronto gobernará nuestra nación.
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