MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

A mayor desigualdad, mayor inseguridad

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Hace unas semanas, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México (CDMX), rindió el informe de sus 100 días de gobierno. Con relación a la inseguridad, que azota no solo a la CDMX sino al país entero, la señora Scheinbaum aseguró que encontraron "el maquillaje de distintas cifras de delitos en la ciudad, incluidos homicidios, robo de vehículo, feminicidios, violaciones; y añadió que esto hace difícil generar una línea de tiempo que permita saber entre el año anterior y este año en cuánto han aumentado los delitos", aunque, aclaró, la información "está disponible en los datos de la CDMX". Ante tal imposibilidad, y siguiendo la misma tónica del discurso del presidente López Obrador en cuanto a erradicar la corrupción, manifestó que "...lo que estamos haciendo es medir a partir del 5 de diciembre, donde se dio la orientación de ninguna simulación". Y, haciendo un paréntesis, con el claro propósito de enaltecer al presidente, aseguró que el delito de homicidio doloso creció desde que él dejó el gobierno de la Ciudad de México en 2006, de 0.8 en promedio diario a 5.19 cuando ella asumió el gobierno. Pero, como ya sabemos, el presidente tiene sus propias cifras y, un mes antes del informe de la señora Sheinbaum, declaró: "...cuando yo goberné la ciudad, el promedio que dejamos fue de 1.8 ..." (Proceso, número 2215); o sea, de casi dos por día, y no de uno, según los datos del informe en cuestión, ¿maquillaje o simple olvido?

No resulta vano recordar que la capital de la república fue gobernada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) desde diciembre de 1997 hasta el 4 de diciembre del año pasado, y que la pasada administración fue encabezada por Miguel ángel Mancera, gracias al triunfo del Movimiento Progresista, una alianza política encabezada por el PRD, que se construyó en torno a la candidatura del entonces perredista Andrés Manuel López Obrador para las elecciones federales de 2012. Pero resulta que, según la afirmación de la señora Sheinbaum, el delito de homicidio doloso creció desde que López Obrador dejó la jefatura del gobierno de la CDMX, lo cual querría decir que desde la administración de Marcelo Ebrard, antecesor de Mancera y actual secretario de Relaciones Exteriores, vinieron maquillándose las cifras. ¿Se obvió la administración de Ebrard por el hecho de que ahora es alto funcionario del gobierno de la cuarta transformación y en ella ya no hay corrupción? Si ello fuera así, estaríamos, por lo menos, ante un caso de claro ocultamiento de información para no afectar la figura de un funcionario público, es decir, ante una simulación.

Hace falta conocer un poco más la situación de algunos parámetros, sobre todo de carácter económico, para estar en posibilidades de valorar qué tan bueno fue el gobierno de AMLO (diciembre de 2000 a julio de 2005), cuyo objetivo central era hacer de la capital del país la Ciudad de la Esperanza, en el caso que nos ocupa, si la inseguridad fue menor en su periodo debido a la efectividad de su estrategia de seguridad, o bien, a que en aquellos años se generaron más y mejores empleos y a que se pagaron mejores salarios, es decir, a que había más mexicanos que vivían en una cierta mejoría económica y, en consecuencia, el índice de diversos delitos fue menor. También habría que tomar en cuenta si hubo o no un incremento en las remesas enviadas por nuestros connacionales que trabajan fundamentalmente en los EE.UU., y hasta la permeabilidad del narcotráfico en la capital del país. De otro modo, soltados así los datos, y además, haciendo un paréntesis, como lo hizo la señora jefa de gobierno, no nos quedaría más que alabar la administración de López Obrador de aquellos años.

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Veamos algunos datos. En el cuarto trimestre de 2006 (octubre-diciembre), la tasa de desocupación en la CDMX fue de 4.34% con respecto a su Población Económicamente Activa (PEA); en el cuarto trimestre de 2018, representó el 5.13% de la PEA (INEGI. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, ENOE, actualizada el 14 de febrero de 2019); es decir, en el lapso de seis años, se incrementó en 0.8%. Aunado a la desocupación, hay que considerar las tasas de empleo informal, que son altas y persistentes y, por lo mismo, uno de los graves problemas del país. En el año 2006, la tasa de informalidad laboral en la CDMX representó el 27% de la población ocupada; en el cuarto trimestre de 2018, alcanzó casi el 49%; en el periodo que analizamos, dicha tasa sufrió un considerable incremento de 22% En cuanto a las remesas familiares, si bien es cierto que la CDMX tiene un nivel de expulsión de migrantes menor a la de estados con menores niveles de ingreso per cápita, en 2006 la CDMX captó un mil 500 millones de dólares (a nivel nacional, en ese año hubo un incremento importante); en diciembre de 2018, captó un mil cuatrocientos millones de dólares (Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco), es decir, cien millones de dólares menos con respecto a 2006. Como podemos observar, a finales del año 2006 había menos población desocupada, menos población trabajando en el sector informal y hubo mayor captación de remesas, por lo que el promedio diario de homicidios dolosos fue menor.

¿Qué plantea la jefa de gobierno en materia de seguridad? Además del incremento en el número de policías -que es una de las medidas preferentes de los gobiernos-, "...la parte fundamental de la estrategia de seguridad, gobierno y justicia, es llevar el acceso a derechos a las zonas que históricamente han estado abandonadas; estoy convencida que si disminuimos desigualdades disminuimos la violencia...", y, dentro de las medidas para disminuir la violencia considera "...evidentemente los programas nacionales de Jóvenes Construyendo el Futuro y Jóvenes Escribiendo el Futuro." Sí, leyó usted bien, amable lector, se trata de los programas estrella del presidente de la República que, hasta ahora, han presentado dificultades para poder implementarse. Pero donde quiero poner el acento, de acuerdo con lo dicho en el párrafo anterior, es en el convencimiento de la jefa de gobierno en cuanto a que si se disminuyen las desigualdades disminuye la violencia. Como sabemos, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año en curso disminuyó drásticamente los recursos destinados a obras e infraestructura, por lo que millones de habitantes de colonias marginadas, muchos de los cuales viven en la CDMX, seguirán sin poder mejorar sus condiciones de vida a través de obras y servicios elementales, como agua potable, energía eléctrica, drenaje, pavimento, etc., de tal manera que los índices de violencia en vez de disminuir irán en aumento.

¿Cuánto de lo prometido por la jefa de gobierno de la CDMX será hecho realidad? Es difícil saberlo. Por lo pronto, dado que otro de sus compromisos es fortalecer el respeto a los derechos humanos, me uno a la exigencia de cientos de jóvenes estudiantes de escasos recursos económicos para que se respete su derecho a solicitar la cooperación voluntaria de los capitalinos para poder solventar sus gastos de alimentación y pasajes, pues se les ha venido dando trato de delincuentes por parte de la policía de diversas alcaldías de la ciudad, mayoritariamente gobernadas por Morena. Ojalá que esta justa exigencia encuentre eco en la señora Sheinbaum.

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