En sus primeros años el hombre, por supervivencia, se vio obligado a trabajar en colectivo, distribuyéndose las tareas de acuerdo a sus habilidades físicas principalmente. Si un hombre se separaba del colectivo, las amenazas de sobrevivir eran escasas o prácticamente nulas. Cuando los medios de producción se desarrollaron de tal forma que permitieron, a través de herramientas más sofisticadas, que se pudiera crear un excedente en el producto social, ello hizo que unas pocas personas se apropiaran de él, dando origen a la propiedad privada y al modo de producción esclavista (amos y esclavos). De ahí se remonta la división en clases sociales, vigente hasta nuestros días. Con el esclavismo empieza, pues, la explotación del hombre por el hombre, y comienza también una nueva estructura social en la que la superestructura social comienza a jugar un papel clave en todas las siguientes etapas históricas: el de reproducir la relación de explotación generacionalmente, haciendo creer a los individuos que es correcta la forma en la que les tocó vivir. Se les dice, por ejemplo, que es orden divina que amo y realeza fueran elegidos para sobreponerse al resto de la sociedad. Es decir, se intenta justificar la apropiación del producto social por una clase explotadora.
La relación de explotación (explotador/explotado) en nuestros días sigue vigente y sigue siendo la superestructura, controlada por los grandes capitalistas, la encargada de seguir reproduciendo esta relación para defender la gran concentración del capital que acaparan. En la obra Sobre el Estado, de Lenin, se afirma que el Estado "aparece en el lugar y en la época en que surge la división de la sociedad en clases, cuando aparecen los explotadores y los explotados" (Fragmento de la conferencia pronunciada en la Universidad Sverdlov el 11 de julio de 1919) Esta explicación histórica es necesaria y urgente que la comprendamos.
El actuar del estado busca entonces ocultar esta división, para lo cual tiene personeros. Veamos algunos casos. En La Paz, Baja California Sur, el gobierno panista como el ayuntamiento de Morena, facilitan todos los trámites a las cadenas hoteleras, es más, celebran y aplauden las nuevas instalaciones, pero no sólo eso, el Presidente Municipal de Morena, decide dar en paga por deudas adquiridas al ISSSTE, las reservas territoriales municipales, en vez de dársela a la gente que realmente las necesita. En el evento de alcaldes del Norte con sede en Los Cabos, Rubén Muñoz, alabó y presumió su encuentro con el hombre más rico de México, proponiéndole resolver las condiciones necesarias que requiera Carlos Slim, para que logre extender su cuantioso capital a la península sur. Además, los grandes funcionarios que asumen tareas del Estado abusan de su autoridad, como lo demostró el caso de la senadora "pistolera" Lucía Trasviña, quien en plena vía pública y en estado de ebriedad daba a conocer la gran potencia que tiene su pistola. La edil de Los Cabos, Armida Castro, no se queda atrás, ya que contradiciendo la política de la Cuarta Transformación de no incurrir en nepotismo, parientes de ella ocupan puestos públicos sin que tengan experiencia en la administración pública local. Y así puede uno seguir y encontrará decenas de casos en los que se demuestra en primer lugar que el Estado no fue creado para favorecer al pueblo pobre, sino todo lo contrario. En segundo lugar, que la situación en Baja California Sur y en México no va a cambiar si el pueblo no se organiza y educa para tomar el poder político, es el único que puede y debe derrocar al sistema capitalista. Esto es lo que ocurre con el Estado y sus personeros.
Por el otro lado, entre los explotados, se encuentran las familias pobres de la colonia La Pasión, que siguen sin tener derecho a los servicios de drenaje y alumbrado público. En su mayoría son trabajadoras del campo, donde se les paga tres pesos por cubeta cosechada en jornadas de 12 horas, pero, no va sólo el padre de familia, lo acompaña la madre y en muchos casos los hijos; otra parte trabaja en casas ajenas realizando la limpieza. En los dos casos, la escasez de alimentos perdura en sus hogares. A esta parte de la población se le conoce como la clase explotada que es obligada a trabajar para adquirir los satisfactores que le permitan sobrevivir el día y regresar al siguiente, sin poder tener acceso a la cultura, al arte, impidiéndole su desarrollo pleno, convirtiéndose solamente en entes dedicados a agrandar las ganancias de los empresarios y actuar bajo la ideología burguesa para los intereses de los partidos políticos o pseudo servidores públicos como los mencionados.
Desde el año 2010, en la colonia La Pasión, un "líder perredista prometió -a cambio de grandes cuotas y mientras duraba la candidatura al Gobernador del Estado-, dar terrenos a 300 familias para que estas pudieran contar con una vivienda. Una vez que este vividor les sacó lo más que pudo y al haber perdido la candidatura desapareció, abandonando a su suerte a las decenas de familias que en medio de la necesidad fueron engañadas. El nuevo gobierno, en ese entonces panista, dirigido por Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor, amedrentó y amenazó a estas familias utilizando todos los métodos de terror para desalojarlos de sus predios. Fue entonces que en el 2011 solicitaron el apoyo del Movimiento Antorchista sudcaliforniano, para entablar la lucha contra tal injusticia y despotismo, logrando adquirir la lotificación y la creación legal de la colonia La Pasión. Pese a la victoria popular que representó este paso, el gobierno no se conformó y decidió instalar en la colonia a un grupo de choque disfrazado de "comité" que permitiera expulsar más adelante a los antorchistas, impuesto por los panistas. Así surgió la división en la colonia, (literalmente), entre la clase trabajadora, en tres fracciones territoriales denominadas La Pasión A, La Pasión B y La Pasión C, todo esto encabezado por la cúpula panista en el poder. Unos no podían pasar a otra área sin ser agredidos de forma verbal o físicamente. Como consecuencia, el desarrollo de La Pasión fue lento, hasta que los resultados de la lucha antorchista dieron nuevamente frutos al conseguir la instalación de la luz eléctrica y la instalación del agua potable. Fue en ese momento cuando colonos de las distintas fracciones al reconocer la lucha antorchista comenzaron a unirse para luchar por las demás mejoras de la colonia.
Ahora, la ola cambió de color. Con la llegada de Morena al poder del país, se crea un nuevo grupo impuesto por Rubén Muñoz, cuyo objetivo es dividir nuevamente el esfuerzo organizado que ha impulsado el antorchismo entre los pobres, objetivo que, de lograrlo, frenará el desarrollo que con mucho esfuerzo se ha construido colectivamente en La Pasión. Con frases despectivas como "a las antorchas ya no se les va dar nada", que sería "perder el tiempo asistir a sus asambleas", etc, se sabotea la unidad cada más necesaria en nuestra colonia.
A nuestros compañeros y demás habitantes de La Pasión les decimos que Antorcha no busca un hueso en el poder, ni mucho menos la aprobación de un gobierno del partido que sea. Antorcha busca el poder político porque sabemos que mientras el Estado esté manipulado por los capitalistas, la humanidad en general corre peligro. Estamos plenamente convencidos que el pueblo es el único que ha generado los grandes cambios en la historia y será ese mismo pueblo el que cambie la situación de miseria y sometimiento que hoy sufre; pero para tener éxito en esta tarea, debe cumplir una condición fundamental: debe estar organizado y educado políticamente. Ese pueblo, con esas características, lo está levantando, lo está construyendo el Movimiento Antorchista Nacional, con modestos esfuerzos como en La Pasión, sí, pero sin detenerse. No renunciemos al desarrollo y a nuestra lucha a cambio de promesas y susurros aunque vengan de la más alta investidura. Si los funcionarios realmente quieren dar resultados, lo veremos en nuestras gestiones y audiencias: ahí podrán comprobar que realmente buscan atendernos.
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