MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

4T, gobierno decepcionante

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Es evidente que no es lo mismo ser oposición que ser gobierno, o como bien dice el gastado pero cierto refrán popular, “no es lo mismo ser borracho que cantinero”, pues, a la luz de los resultados, primero de López Obrador y ahora de Claudia Sheinbaum, nadie duda ya de que Morena hace todo lo contrario de lo que criticó y por lo que “luchó” durante décadas, convirtiendo su gobierno en una dictadura.

Cada vez más mexicanos se convencen de que, efectivamente, muchos políticos de la 4T no son iguales, sino lo peor de los políticos del pasado.

Lo peor de todo consiste en que los políticos de este partido creen que el pueblo es ignorante y no se da cuenta de sus errores y maniobras, y, envalentonados por tener el poder absoluto, hacen con él lo que les viene en gana, sin importar que con su incongruencia estén llevando cada vez más a México al desastre.

Ya en el gobierno, destacan entre sus incongruencias la modificación de las leyes para anexionar la Guardia Nacional al Ejército Mexicano. Como opositor, el entonces político y aspirante a la presidencia, López Obrador, insistió hasta el cansancio en el regreso del Ejército a los cuarteles, y que no era con medidas coercitivas como se resolverían los problemas de inseguridad y violencia. Para argumentar su propuesta, citó al expresidente Benito Juárez: “sabía que no podíamos apostar a una República militar, sino a una República civil”.

“Cambié de opinión”, dijo López Obrador ya como presidente, y con respaldo de los diputados de Morena y la ayuda del PVEM y PT, modificaron el artículo 21 constitucional para eliminar la obligación de que las instituciones de seguridad pública sean de carácter civil, burlando el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que ya para entonces, por aplicar las leyes, era un estorbo para el gobierno morenista.

Y vinieron muchos ejemplos más, todos acordados de la manera más cínica, abusiva y descarada. La supuesta izquierda, “luchadora de los derechos y las libertades” de los mexicanos, impulsó una reforma constitucional para ampliar el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, en diciembre de 2024, que modificó el artículo 19 de la Constitución para aplicar la detención automática de las personas sin ser declaradas culpables. Basta con una acusación contra cualquiera para ir a la cárcel, por lo que organismos internacionales como la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la consideran una violación a principios fundamentales, como la presunción de inocencia y el debido proceso.

A pesar de que como oposición se rasgaban las vestiduras en su lucha contra el nepotismo, hoy han convertido esta práctica en un arte. Existen decenas de ejemplos donde se han otorgado cargos a familiares de altos funcionarios y líderes del partido.

Según datos de la revista Proceso, la ministra fotocopiadora de tesis, Yasmín Esquivel Mossa, tiene en su ponencia a familiares directos de altos funcionarios del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y del gabinete del exmandatario, algunos sin tener títulos profesionales, con sueldos de más de 100 mil pesos mensuales y las prestaciones que ofrece la Corte a sus trabajadores. Y como ella, otros magistrados; los Salgado Macedonio en Guerrero, los Batres en la Secretaría de Gobernación y los hermanos Monreal en Zacatecas.

Y finalmente, por falta de espacio, dos pruebas más de la hipocresía e incongruencia del gobierno de la 4T: la reciente aprobación de las llamadas “ley espía” y “ley mordaza”. La primera para facilitar al gobierno espiar a cualquier ciudadano en tiempo real: su teléfono, su ubicación, los lugares en los que ha estado, sus datos biométricos, personales, financieros, fiscales, vehiculares, etcétera, que como oposición, los legisladores morenistas se negaron a aprobar por considerarla violatoria de los derechos de los mexicanos.

Y la Ley de Telecomunicaciones, también llamada “ley mordaza”, propuesta por la presidenta Sheinbaum, que en el artículo 109 viola la libertad de expresión, al facultar a la Agencia Digital para bloquear las plataformas digitales y redes sociales que les convenga, sin aclarar en qué casos y bajo qué condiciones. Es decir, será el gobierno de Claudia Sheinbaum quien decida cuáles contenidos deben difundirse, cuáles medios deben existir y cuáles desaparecer.

Cada vez más mexicanos se convencen de que, efectivamente, muchos políticos de la 4T no son iguales, sino lo peor de los políticos del pasado.

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